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'Documentos TV' estrena 'Las guerras no terminan'

  • Martes 3 de mayo, a las 23:50 horas en La 2. Y preestreno a las 20:00 en RTVE Play

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Estreno
'Las guerras no terminan'

Decenas de miles de niños nacidos de soldados alemanes y de madres noruegas fueron odiados, discriminados, abusados y rechazados tanto por sus familias y comunidades como por su propio gobierno. Es la denuncia del reportaje ‘Las guerras no terminan’, que estrena 'Documentos TV'’.

‘Los hijos del enemigo’

Durante una década, lucharon para que Noruega reconociese el dolor y la discriminación sistemática a que fueron sometidos y se hiciera justicia con ellos.

Durante la ocupación de Noruega por los nazis en la II Guerra mundial, miles de soldados alemanes mantuvieron relaciones con mujeres noruegas. De esas relaciones nacieron 12.000 niños. A ojos de Hitler, los noruegos eran los portadores de la sangre aria más pura, pero para los ciudadanos del país ocupado, aquellos hombres, responsables de terribles atrocidades, eran los padres de esos niños. “Nadie hablaba de mi padre”, recuerda con tristeza Jorunn Skoglund, una hija de soldado alemán. “Comprendí desde que era muy pequeña que había que olvidarlo”. Muchas de las mujeres embarazadas no llegaron a casarse y junto a sus hijos comenzaron a sufrir el rechazo, la discriminación y el odio, tanto de sus familias y comunidades como de su propio estado. “Para los descendientes de ocupantes y ocupadas, ese infierno empieza cuando llega la paz y dura toda una vida”, explica Gerd Fleischer, una de estas niñas de la guerra nacida en 1942.

Los llamados niños nazis estorbaban en la dolida sociedad noruega. Durante los años de la posguerra, algunos fueron internados en psiquiátricos, aunque estuvieran cuerdos, otros fueron dados en adopción o recluidos en orfanatos. Allí sufrieron todo tipo de abusos, vejaciones y maltratos. Se les dejaba claro que todo esto les ocurría porque eran niños de la guerra. “A veces, a uno le cuesta identificarse con este país y con sus sádicas prácticas”, asegura Bjorn Lengfelder, uno de ellos. “Eran los niños del odio, podía pasarles cualquier cosa”, se reafirma Gerd Fleischer.

En 2007, un grupo de 159 noruegos, hijos de soldados nazis alemanes comparecieron ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. Después de 50 años de humillaciones, se decidieron a solicitar que su país, Noruega, reconociese el abandono y la discriminación sistemática sufrida y que fueran resarcidos.

‘Las guerras no terminan’ es una reflexión sobre cómo las naciones se niegan a reconocer y aceptar su pasado a través de la conmovedora historia de estas víctimas de la guerra, que después de 70 años sufriendo la intolerancia de la sociedad noruega, decidieron romper el silencio.