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No necesitas batidos (ni cosas peores) para mazarte

GEN PLAYZ

  • En muchos gimnasios el trasiego de sustancias químicas es mayor, en variedad y cantidad, que el que se observa en una refinería de petróleo
  • La tasa de fallecimiento de los culturistas profesionales supera la de los atletas profesionales de cualquier otro deporte

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Proteínas
Proteínas

Quizá te suene lo de Citius, altius, fortius- communiter (Más rápido, más alto, más fuerte – Juntos) que es, desde 1896, el lema de los Juegos Olímpicos modernos. Con él se promueve el espíritu de superación deportiva, así como la equidad, diversidad y la solidaridad. Hoy, en muchos gimnasios algunas personas tienen otro lema. Haciendo la broma sería algo así como Guapius, esbeltius, cachius – yosolius. Y es que, en algunos casos, el culto al cuerpo le está ganando la partida al deporte como tal y a mantener un estilo de vida activo, que es una de las mejores recetas para mejorar la salud.

Si has llegado a este post buscando ingredientes “secretos”, o misteriosas sustancias de origen más o menos exótico, te has equivocado de artículo. Este va en serio. Por el contrario, si buscas magia, brilli-brilli y promesas autocomplacientes deja de leer ya, abre Tik-Tok y visita todos esos maravillosos perfiles en los que macizos y macizas te pintan todo de color rosa, azul... o de tu color favorito.

No, no necesitas tanta proteína como te han hecho creer

Que sí, que ya sabemos todos que las proteínas son necesarias tanto para el crecimiento como para el mantenimiento de la masa muscular. Esto lo sabe muy bien y lo reconoce la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), pero por favor toma nota de estos datos relativos al consumo de proteínas y que nos ofrece la propia EFSA:

  • La cantidad de proteínas que se recomienda consumir diariamente, a todo el mundo, está cuantificada en 0,83 g de proteína por kg de peso corporal. Es decir, que una persona de 70 kg necesita incluir diariamente en su alimentación la cantidad de 58 gramos de proteína. Ojo al siguiente dato.
  • Una ingesta de proteínas por encima de la cantidad mencionada no tiene ningún beneficio sobre la masa muscular o su función en ningún grupo de edad.
  • No obstante, y es posible que aquí encuentres una “buena noticia”, la evidencia científica actual no permite establecer un límite de consumo de proteínas por encima del cual se incremente el riesgo de padecer algún problema de salud.
  • Además, la EFSA reconoce que no existe riesgo de déficit de proteínas en ningún grupo de población.

Siendo sinceros, es complicadillo lo de andar calculando la proteína que consumimos diariamente con los alimentos, pero no te preocupes porque la propia EFSA ya se ha encargado de decirnos cuánta proteína consumimos los europeos por término medio. Y el caso es que, en general, los europeos (de ambos sexos) estamos haciendo un consumo muy por encima de la cifra que se recomienda alcanzar (recuerda 0,83 g/kg/día) y consumimos unos 1,25 g/kg/día. Es decir, y a cámara lenta: sin-proponérnoslo-ya-estamos-inmersos-en-una-dieta-hiperproteica. Ya comemos mucha más proteína que la que necesitamos.

Comer más proteína, en persecución del llamado “efecto Popeye”, no solo es innecesario, sino que probablemente te salga muy costoso. Digo muy caro, porque los suplementos de proteínas nos son precisamente baratos, en especial si tienes en cuenta dónde va a ir a parar toda la proteína de más que consumes y que, sabemos bien, no vas a aprovechar: tu orina. Si lo quieres ver de otro modo, el dinero que gastas en suplementos de proteínas acaba en el retrete. Tal cual. Si tus bíceps, tus deltoides, tus cuádriceps femorales o tus abdominales “te crecen”, es porque estás entrenando a base de bien, no porque estés tomado chupisuplementos de proteínas en tu shaker de diseño. Y que sepas que se le dice shaker porque queda mucho más cool, y que llamarle botellín-de-ciclista de toda la vida es, por lo que se ve, de ser muy cutre.

“El dinero que gastas en suplementos de proteínas acaba en el retrete. Tal cuál. Si tus bíceps, tus deltoides, tus cuádriceps femorales o tus abdominales “te crecen”, es porque estás entrenando a base de bien, no porque estés tomado chupisuplementos de proteínas en tu shaker de diseño”

Hay otras instituciones que, aunque tampoco saben nada de Instagram, ni de portadas de revistas con tías o tíos cachas, sí que saben mucho de deporte, alimentación y salud. Me refiero por ejemplo al American College of Sports Medicine quien junto a las Asociaciones Americana y Canadiense de dietética sostienen que (abro comillas): “la alimentación de los deportistas no debe ser sustancialmente diferente de aquella recomendada para la población general”. Por cierto, en el mismo documento se sostiene que los suplementos de vitaminas y minerales son innecesarios en el caso de deportistas que sigan un patrón de alimentación saludable (como el que se recomienda a la población general, recuerda). Más claro, agua.

De Guatemala a Guatepeor

No obstante, y bien mirado, los excesos proteínicos quizá sean el menor de los problemas en el mundo de la musculación tal y como lo observan algunas personas. El caso es que en muchos gimnasios el trasiego de sustancias químicas es mayor, en variedad y cantidad, que el que se observa en una refinería de petróleo. Esto sucede así cuando se pone en el primer puesto de las prioridades a la imagen -cierta imagen, todo hay que decirlo- aunque al así hacerlo haya que pisotear, maltratar y relegar al último puesto la salud. Sí, me refiero al uso de anabolizantes esteroideos, hormona de crecimiento, testosterona, insulina, diuréticos, etcétera. Sustancias cuyo uso está prohibido en dicho contexto y que, por tanto, proceden del mercado negro. Que estén prohibidas debería ser ya una señal de alarma suficiente como para plantearnos su uso. Por muy estupendo que esté el monitor de pesas de tu gimnasio.

El número de fallecimientos a edad temprana de fisioculturistas profesionales que usan estas sustancias es elocuente. Por no habar de todos aquellos que, sin llegar a fallecer, acumulan problemas cardiacos, hepáticos y renales a edades muy tempranas. Algo ilógico a priori porque... ¿no eran deportistas?

Toma nota:

  • La tasa de fallecimiento de los culturistas profesionales es mucho mayor que la de los atletas profesionales de cualquier otro deporte (salvo lo de la denominada “lucha profesional”).
  • De entre todas las causas de fallecimiento, destacan las cardiovasculares. Los culturistas profesionales fallecen por esta razón, antes de los 50 años, a un ritmo sorprendentemente alto.

Las “leyes Maughan” sobre los suplementos deportivos

El profesor Ronald Maughan es una eminencia en su terreno. Miembro condecorado del ya mencionado American College of Sports Medicine, es un reconocido profesional que ha consagrado gran parte de su vida a cuestiones relacionadas con el rendimiento deportivo, al uso de suplementos en este contexto y a la lucha contra el dopaje. Así, y para saber a qué nos enfrentamos cuando hablemos de sustancias ergogénicas el profesor Maughan promueve el uso de dos simples reglas:

  1. Si el suplemento funciona, probablemente esté prohibido
  2. Si el suplemento no está prohibido, probablemente no funcione.

La tercera regla, que es mía, es que, si el suplemento está prohibido, no será “por deporte” (o porque sí) si no porque su uso implica importantes riesgos para la salud.