La máquina como medio y protagonista del arte surrealista
- Surrealismos: La era de la máquina expone más de un centenar de obras de Duchamp, Stieglitz, Man Ray y Picabia
Surrealismos: La era de la máquina es la nueva exposición que se instala en la Fundación Canal Isabel II. Un centenar de obras conformadas por fotografías, cuadros y revistas, entre otros, pretenden abordar la introducción de la máquina en el arte de Alfred Stieglitz, Francis Picabia, Man Ray y Marcel Duchamp.
Este año se celebra el centenario del primer Manifiesto del surrealismo de André Bretón (1924), y la fundación quiere mostrar esta corriente artística y a sus integrantes. Artistas que buscaban romper con la tradición y ofrecer obras vanguardistas. Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, muchos tuvieron que emigrar a Nueva York, lugar en el que surgió el movimiento Dadá y ciudad en la que el artista estadounidense Alfred Stieglitz promovió las obras de los artistas europeos refugiados.
Dividida en cuatro secciones temáticas, el visitante comenzará adentrándose en la Nueva York de inicios del siglo XX de la mano de las fotografías de Stieglitz. Este nuevo mundo y la "fotografía pura”, nombre que recibe la primera sección, se compone de una serie de 18 fotografías tomadas por este artista. Una presentación de las imágenes de la ciudad estadounidense, de las instantáneas que realizó a su mujer, Georgia O'Keeffe, o la popular composición “social”, El entrepuente (1907).
“Es un portfolio homenaje que se le hizo cuando murió y que se publicó un año después de su muerte (1947) con unas fotografías que son un resumen como de las mejores fotografías de su trayectoria y resume muy bien los campos fotográficos de Stieglitz”, nos cuenta la comisaria de la exposición, Pilar Parcerisas.
El movimiento Dadá y el surrealismo del siglo XX cambió la forma tradicional de representar ese “desnudo artístico” introducido a principios del siglo XVIII. Duchamp, Man Ray o Picabia representan, a través de fragmentos, partes del cuerpo, esa desnudez, ese erotismo. De esta forma, en la sección, ‘Del desnudo artístico al cuerpo como máquina’ se muestran unas fotografías de Man Ray en las que aparecen desnudos femeninos, en algunos casos, sin mostrar su rostro. Pretende ser una representación erótica sin mostrar la totalidad.
Además, esta parte expone la vuelta de Picabia a las pinturas dadaístas de contenido erótico con Çam’estégal (Me da igual) de 1947. Algunas obras de Salvador Dalí tienen también su espacio en esta sección con piezas como el Catálogo Julien Levy (1936). Dalí representa un busto de una “mujer-máquina” de la que caen las obras de sus pechos.
Aquí se expone también la obra de Duchamp en bronce, Feuille de vigne femelle (Hoja de parra hembra) de 1951, o la obra, Prière de toucher (Se ruega tocar), en la que el artista coge la portada del catálogo Surréalisme en 1947 y le añade un pecho femenino.
Duchamp: "La seriedad es algo muy peligroso"
“La seriedad es algo muy peligroso. Para anular la seriedad tiene que intervenir el humor, y si se interviene con humor, lo único serio que podría considerar o haber intentado considerar es el erotismo. Eso es serio y traté de usarlo como plataforma”, dijo Marcel Duchamp.
En la tercera sala de la exposición, ‘De la abstracción a la máquina' se aprecian dibujos de Picabia en la revista 291 o el libro Poèmes et dessins de la fille née sans mère, (Poemas y dibujos de la niña nacida sin madre) de 1918.
Pero la mirada se dirige, sin duda, a Relieves de rotor (1935). Una obra con la que Duchamp pretende, y “logra”, mostrar una tercera dimensión con el movimiento espiral. “Tenía un gran interés y pasión por el ilusionismo óptico”, nos explica la comisaria de la muestra. La ciencia y el arte o los collages de Man Ray, Revolving Doors (Puertas giratorias, 1916-1917) en la que se relaciona al hombre con la máquina, también están presentes.
La muestra, que es circular, finaliza con la sección ‘Eros y máquinas’ en la que confluyen obras de Duchamp con fotografías o sus famosos ready-made. En el centro se muestra la Boíte-en-valise (Caja-maleta) (1941-1969), en la que el propio artista realiza una retrospectiva de su obra en miniatura.
La Fundación Canal Isabel II expone desde el 7 de febrero hasta el 21 de abril estas obras procedentes, en su mayoría, de colecciones privadas de todos los rincones de Europa y Estados Unidos.
La exposición también cuenta con un proyecto audiovisual que acompaña al visitante a lo largo de la exposición. Una muestra a través de la cual, la comisaria espera que el público pueda entender “cómo la máquina, la ciencia, la técnica avanzan en el siglo XX y se aparejan también con el arte”.
Pilar Parcerisas pretende mostrar así la sensibilidad de estos artistas a la actualidad de su época y “cómo hoy seguimos inmersos en la técnica, en el progreso, en lo que significa la máquina”. Una máquina que ha evolucionado a la inteligencia artificial de hoy.