Cuando los Pitufos encuentran una nota escrita por Gargamel rogando por su madre porque está enferma, se sienten obligados a ayudar y hacer una visita a domicilio con el médico. El único problema es que Doctor nunca antes había trabajado con un humano.

Convencido de que es un maestro del amor, Soñador utiliza todos los grandes clichés del romance para intentar reunir a dos Pitufos muy improbables: Papá Pitufo y Sauce. Aunque cada plan es un fracaso mayor que el anterior, se niega a renunciar al amor.

Filósofo accede a regañadientes a prestarle a Flor su preciosísimo y muy cuidado pitumóvil para ir al final del bosque a buscar rosas para su gorro. Pero mientras coge las flores descuida el pitumóvil y este desaparece. Flor se desespera buscándolo antes de que Filósofo se dé cuenta.

Cuando las Chicas Pitufas invitan a todos los Pitufos a su baile del Gran Equinoccio, Gargamel y Azraël se transforman en Chicas Pitufas para colarse en los preparativos de la fiesta.

Finalmente ha llegado el momento de recoger Zarzaparrillo, esta poderosa planta mágica crece sólo una vez cada 300 años y Papá Pitufo está muy emocionado. Pero no es el único, Sauce, Hoja e incluso Gargamel y su madre también están buscando la planta.

Chef está cada vez más preocupado al ver que el ingrediente principal de su famosa tarta de equinoccio de primavera, el ñamñams, es de floración tardía. Insta a Granjero a hacer algo, pero su frustración crece y Chef termina usando las pociones de Papá Pitufo para impulsar su crecimiento.

Esta mañana, el pueblo de los Pitufos se ha despertado presa del pánico: el tiempo está alterado. Frío, calor, frío... Y con razón Hoja está enferma. Si quieren poner fin a este clima loco, que pone en peligro al bosque y a sus habitantes, los Pitufos tienen que hacer lo que sea necesario.

Cuando el torneo de Pitufos está en pleno apogeo, Gruñón no comparte el entusiasmo de los demás Pitufos. Molestos por su mal humor, los Pitufos lo relegan a un segundo plano. Sintiéndose abatido, Gruñón se adentra en el bosque donde se encuentra con Boca Grande.

Flor y Carpintero son hechos prisioneros por pitufos prehistóricos que planean ofrecer a Carpintero como sacrificio a una bestia feroz, mientras tanto, Flor se convierte en su ídolo. Comienzan a adorar el reloj de cuco que viaja en el tiempo.

Cuando Salvaje les roba los pastelitos, Begonia, Lily y Flor deciden darle una lección, horneándole un pastel gigante para que le dé una indigestión. Todo va según lo planeado y Salvaje está tan hinchado que se cae del árbol, pero cae directamente en los brazos de la madre de Gargamel.

Pitufina anima a Lily a presentarse al concurso de poesía porque hace muy buenas rimas. Poeta se siente inseguro porque cree que perderá contra ella.

Tímido está fascinada por Flor, que es muy expresiva y conversadora, y sueña con convertirse en su amiga. El único problema es que es demasiado tímido para hablar con ella. Desesperado, Tímido le ruega a Papá Pitufo que lo ayude. Papá Pitufo le da una poción "Relajapitufos".

Después de haber perdido su almohada favorita, Dormilón ya no puede conciliar su sueño legendario y para ello pide prestado el peluche de Baby. Sin embargo, mientras vuelve a dormir milagrosamente, un lagarto se lo roba y Baby, que está inconsolable, se pone a llorar constantemente. 

Torpe y Tontín encuentran la oportunidad de demostrar a todos lo bien que pueden hacer las cosas, cuidando por un rato a Bebé Pitufo.

Chef abandona la aldea porque Filósofo ha hecho una crítica muy mala de su postre de zanahorias. Mientras los pitufos buscan entre ellos un sustituto, Chef se ve obligado a cocinar para los ogros, que lo han capturado en el bosque.