El acero se mete en una máquina de corte por cizalladura donde las láminas se cortarán en bloques de unos 770 gramos.
Desde Legazpi, Guipúzcoa, Miriam Posadas nos cuenta como una herramienta tan pequeña como una paleta es capaz de construir edificios tan altos como los rascacielos.
De ahí pasan por una bobina de inducción que eleva su temperatura hasta los 1100 grados para que el material gane en elasticidad y se pueda trabajar bien con él.