Estos dos molares de neandertal son los primeros fósiles humanos que aparecieron en Pinilla en los años ochenta, en un cubil de hienas situado en un camino al borde del Embalse de Lozoya, en lo que hoy se conoce como en Cueva del Camino.
Descalzas para no dañar el preciado material, estas jóvenes trabajadoras excavan con delicadeza el abrigo del Navalmaíllo. La quietud de esta escena está rota por la música del grupo de glam punk Nancys Rubias, que escuchan sus compañeros de unos metros más allá.
Bajo la atenta mirada de Enrique Baquedano, codirector de las excavaciones, los voluntarios lavan las piezas recogidas en el terreno durante las excavaciones. Llegan a esta sala en bolsas de plástico individuales. Una a una se sacan se lavan en un barreño, se dejan secar al aire y sobre papel secante y se devuelven a la bolsa.