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En Palu, capital de la Isla Célebes y la ciudad costera más afectada, no dejan de acumularse los cadáveres. La falta de espacio ha hecho que empiecen a trasladarse a una fosa común construida rápidamente a las afueras. Y el panorama se presenta aún peor porque, según las autoridades indonesias, sólo en Patobo, una zona de Palu, puede haber centenares de personas enterradas bajo el lodo. El terremoto y posterior tsunami del viernes, con olas de más de tres metros se llevaron todo a su paso. El suelo era poco sólido y con bolsas de agua, por eso, se vino abajo y se convirtió en barro. La ONU avisa de que 190.000 personas, entre ellas 46.000 menores, necesitan ayuda urgente. Falta, sobre todo, comida y gasolina para los generadores. Visiblemente dañado, el aeropuerto de Palu no da abasto. A la espera de la ayuda internacional, las autoridades están evacuando a gran parte de la población afectada.

El gobierno indonesio ha pedido ayuda internacional este lunes para afrontar los destrozos que provocaron los terremotos en Palu y Donggala, en la isla de Célebes, y el posterior tsunami que asedió la ciudad con olas de hasta seis metros de altura. Casi 72 angustiosas horas después de la tragedia y con daños aún por determinar, los equipos de rescate y familiares intensifican la búsqueda de supervivientes y víctimas bajo los escombros de los edificios derruidos por el seísmo de magnitud 7,5 en Palu. Muchos están atrapados en los hoteles de Palu y se teme que varias personas estén atrapadas bajo el lodo en pueblos adyacentes.

Las calles más cercanas a la costa sufren severas inundaciones por el tsunami. El ejército continua con las evacuaciones por aire de los vecinos de barrios enteros reducidos a la nada...Los llevan a la ciudad de Makasar.

Y mientras se recuperan centenares de cadáveres que se quedan en la morgue improvisada del cuartel de la policía hasta que se identifican.

Las autoridades no son optimistas

Las urnas van a abrir o cerrar en las próximas horas uno más de los inacabables capítulos de la historia de los Balcanes. Con independencia, tras la guerra de la exYugoslavia, con idioma, con bandera, pero sin un nombre internacionalmente reconocido, la Antigua República Yugoslava de Macedonia no se llama así en su Constitución, sino República de Macedonia.

El problema es que Macedonia es el nombre que en la Grecia Clásica tomaba una amplia región que incluía una pequeña parte de las actuales Bulgaria, Albania y Serbia, la totalidad de la república exyugoslava y, su mayor parte, la hoy región griega de Macedonia. Y Atenas ha vetado el reconocimiento de ese nombre temiendo, además, reivindicaciones territoriales de los nacionalistas.

Preconizan el no en el referéndum quienes se niegan al apellido "del Norte" a su República de Macedonia. Según las encuestas, solo el 22%. El problema es que la consulta no será válida si la participación no alcanza el 50% y las encuestan dicen que votará entre el 43% y el 49%.

Los que no lo harán -y han llamado al boicot- será porque aunque quieran la integración en las instituciones europeas no aceptan el cambio de nombre impuesto o porque desean la entrada en la UE, pero no en la OTAN. El primer ministro asegura que renunciará y dejará el cargo si hay más noes que síes, pero no ha aclarado qué hará si no se alcanza la mitad más uno en este referéndum no vinculante.