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¿Qué es Pueblo de Dios?

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Pueblo de dios - Cabecera

Nuestro reto es traducir al lenguaje icónico el hecho religioso, sabiendo que estamos en un medio de comunicación de masas y por tanto que nos dirigimos a una audiencia plural ideológica, social, cultural y religiosamente.

Técnicamente, tratamos de hacer de Pueblo de Dios un programa con profesionalidad, teniendo en cuenta las características del medio audiovisual, calidad de imagen y lenguaje para interesar a gran público y no sólo a los más cercanos a la Iglesia.

La audiencia del programa (con una media de 700.000 televidentes, el lunes y 300.000, el domingo; sin contar la audiencia del Canal Internacional), revela la buena aceptación de Pueblo de Dios, a pesar de estar ubicado en franjas horarias lejos del prime time.

Pueblo de Dios se presenta en formato de reportaje que nos parece un lenguaje adecuado para comunicar el ser y el hacer de los cristianos y la Iglesia.

El programa ha optado por el lenguaje testimonial, con gran fuerza comunicativa, y sus cámaras han salido del plató para ir a los escenarios donde se hace operativa la fe en Jesucristo, teniendo en cuenta las palabras de Juan Pablo II: "El hombre contemporáneo cree más a los testigos que a los maestros" (Evangelii Nuntiandi, 41).

Denuncia social y compromiso cristiano

El programa, al adentrarse, en clave evangélica, en los campos de la injusticia, pobreza, violación de derechos humanos y exclusión social, lo hace con cuatro criterios:

- Denuncia social de las estructuras injustas (siguiendo la línea de la Iglesia).

- Respeto a las víctimas de la exclusión social, conscientes de que la exclusión no les priva de su dignidad de personas.

- Testimonio de vida de las personas entregadas a la causa de los pobres y comprometidas en la lucha contra la injusticia.

- Sentido de esperanza de que es posible construir un mundo nuevo.

La videoteca de Pueblo de Dios es un muestrario de la infinidad de actuaciones positivas que personas e instituciones de la Iglesia están haciendo dentro y fuera de nuestras fronteras. Pocas organizaciones tienen en su haber tantas obras y tantas personas dedicadas al servicio de los más necesitados, como la Iglesia, y Pueblo de Dios las está dando a conocer.

En el devenir de los programas van perfilándose la amplitud de la acción misionera de la Iglesia, el sentido de la vocación religiosa, la importancia del voluntariado y el destino del dinero procedente de la solidaridad canalizado a través de instituciones como Cáritas, Manos Unidas, Iglesia Necesitada, congregaciones religiosas, etc.

Contenidos del programa

El rastro de Dios, que el programa va siguiendo, le lleva a descubrir la infinidad de campos en los que la Iglesia está comprometida: pobreza, enfermedad, ancianidad, cultura, arte, vida contemplativa, minusvalías, juventud, campos de refugiados, niños de la calle, Sin Techo y Sin Tierra, mutilados de las minas antipersona, grandes catástrofes humanas, naturales o provocadas, etc.

Pretendemos hacer una comunicación que muestre el rostro de una Iglesia samaritana y provoque en la audiencia comunión, solidaridad y compromiso con los más desvalidos de nuestra sociedad y de nuestro mundo.

Nos aplicamos las palabras de Juan Pablo II: "Cada día, los medios de comunicación social llegan a nuestros ojos y a nuestro corazón, haciéndonos comprender las llamadas angustiosas y urgentes de millones de hermanos menos afortunados, perjudicados por algún desastre, natural o de origen humano; son hermanos nuestros que están hambrientos, heridos en su cuerpo o en su espíritu, enfermos, desposeidos, refugiados, marginados, desprovistos de toda ayuda; ellos levantan los brazos hacia nosotros, cristanos que queremos vivir el Evangelio y el grande y único testimonio del amor". (Juan Pablo II. Cuaresma de 1986).