"Dime dónde vives"

• Comando Actualidad retrata a la clase media española llamando a la puerta de su casa
• Nuestros reporteros visitan un barrio obrero, un barrio bien, una urbanización y un pueblo

Comando Actualidad - Dime dónde vives

Comando Actualidad se adentra en cuatro lugares muy diferentes de la geografía española para retratar a la clase media. Clase media, baja o alta, pero es al fin y al cabo la clase media la que con su trabajo sostiene este país.

En el cinturón obrero de Barcelona la mayoría de sus trabajadores están en pie a las cinco de la mañana. Es la generación de los cincuenta, los trabajadores de toda la vida que un día dejaron su Andalucía o Extremadura natales y emigraron a Hospitalet de Llobregat. Los currantes que convirtieron esta ciudad dormitorio en uno de los puntos de Europa con mayor densidad de población.

El barrio de Salamanca de Madrid, donde gran parte de la población supera los sesenta años, es una de las zonas más exclusivas de España. En sus mercados puedes encontrar trufas a seis mil euros el kilo junto a un puesto que vende ropa para las empleadas del hogar. En estos hogares se mantienen dos puertas: la principal y la destinada al servicio. Los porteros son fundamentales en unos edificios señoriales con amplios portales para los antiguos carruajes.

Son muchas las parejas jóvenes que con la llegada de los hijos deciden dar un giro y trasladarse a vivir a poblaciones de reciente construcción como Arroyomolinos, plagadas de chalets adosados y pareados. Son las nuevas colmenas donde la vida se hace de puertas adentro, en horizontal, donde son imprescindibles dos coches, y donde casi el 100% de las parejas están hipotecadas como mínimo para los próximos 20 años. Pero, eso sí, sus viviendas cuentan con jardín y en muchos casos con piscina y hasta barbacoa.

A tan sólo unos kilómetros de las capitales, la vida cambia de ritmo en las zona rurales. En el pueblo dicen que viven "bien" con un ingreso mínimo de 600 euros, una huerta y las gallinas.El paro desaparece en el campo. En la vida rural no existen las hipotecas y muchas puertas se dejan abiertas por la noche.