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Raphael pone a sus pies el Teatro Compac de Madrid

  • Ha sido el primer concierto de los 12 que ha programado en Madrid
  • En la gira el cantante de Linares celebra sus 50 años sobre un escenario

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Raphael pone Madrid a sus pies

Pasan los años y las arrugas hace ya tiempo que empezaron a ganar terreno en su rostro, pero Raphael, inasequible al desaliento, mantiene una pasión extraordinaria que, a sus 66 años, le permite dispensar conciertos maratonianos como el que esta noche ha ofrecido en el Teatro Compac de Madrid.

El cantante de Linares, recién llegado de su periplo americano, enfrentó el primero de los doce conciertos que ha programado en Madrid con motivo de la gira "Raphael, 50 años después", con la que celebra sus bodas de Oro profesionales.

Unos mil espectadores abarrotaron el patio de butacas del Teatro Compac para disfrutar de un artista singular y personalísimo, forjador de un estilo con el que ha amasado cinco décadas de éxitos ininterrumpidos.

Yo empecé a escuchar su música hará unos tres años, y desde entonces me encanta

Banda sonora para varias generaciones de todo el mundo, Raphael puede presumir de una obra que soporta con entereza el paso del tiempo, como certifica la presencia de numerosos rostros jóvenes entre el público madrileño.

"Yo empecé a escuchar su música hará unos tres años, y desde entonces me encanta y voy a sus conciertos siempre que puedo", confesaba Marta, una veinteañera que acudió al concierto acompañada por su madre.

Su vida en imágenes

Hija y progenitora, al igual que el resto del gentío congregado, no pudieron reprimir sus ansias de aplaudir cuando una serie de proyecciones repasó en imágenes la vida del artista, que saltó al escenario en medio de una atronadora ovación.

Parecía que no, pero aquí están, señoras y señores, mis primeros cincuenta años sobre el escenario

Los vítores se sucedieron durante unos breves instantes, los que Raphael dejó que transcurrieran antes de arrancarse con un "Cantares" que, interpretado a capella, bañó de emoción el recinto antes de que sonara la cabaretera "Ahora".

"Parecía que no, pero aquí están, señoras y señores, mis primeros cincuenta años sobre el escenario", afirmó el cantante, un ejemplo de vitalidad que transitó las distintas épocas de su trayectoria artística a lo largo de tres horas.

Poco tardó en llegar "Mi gran noche", una pieza poderosa y emocionante que Raphael dedicó a sus "imitadores", a los que, con una sonrisa en los dientes, reprochó que "nunca" le hayan pagado "un solo euro" en concepto de derechos de autor.

Derroche de grandes éxitos

Arropado por una sólida banda de acompañamiento, el artista desgranó un repertorio de casi cuarenta canciones que continuó al ritmo de "Cuando tú no estás", "Desde aquel día" o "Cierro mis ojos".

Como si se tratara de un concurso de grandes éxitos, Raphael encadenó, uno tras otro, "Digan lo que digan", "Cierro mis ojos", "Hablemos del amor", "A mi manera" y "Yo sigo siendo aquél", un tema con el que salió a relucir la cara más teatral del único cantante español que ha logrado un disco de Uranio -cincuenta millones de copias del disco "Raphael: ayer, hoy y siempre"-.

Llegado el turno de las melodías latinoamericanas, Raphael atacó "Cómo han pasado los años" y "Volver, volver", una pieza que el cantante interpretó, vestido con un poncho mexicano, antes de lanzarse a dar "Gracias a la vida".

Si "En carne viva" provocó que corrieran las lágrimas y "50 años después" trajo un ambiente chulesco, la emotividad se desbordó con "La fuerza del corazón", un tema compuesto por Alejandro Sanz y que Raphael ha sabido hacer suyo por completo.

La fiesta inundó el teatro con "Escándalo", anunciando el final de un espectáculo que terminó con "Maravilloso corazón" y "Payaso".