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Entre las bambalinas de Cibeles

  • Cibeles arranca con nuevo nombre y dos pasarelas en lugar de una
  • La mañana ha comenzado con los nervios habituales del estreno
  • 18 peluqueros y 18 maquilladores preparan a las modelos para los desfiles
  • En la cafetería, sirven cogollos de tudela y solomillo ibérico para comer
  • Serán cinco días intensos con 40 desfiles para mostrar el trabajo de 52 diseñadores

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Sala de maquillaje de Cibeles
Actividad en el 'backstage' de Cibeles antes del desfile de Amaya Arzuaga.

"Raya en el medio y marcado cuatro dedos". Una de las peluqueras de Cibeles da instrucciones a su equipo para preparar a las modelos para uno de los desfiles. La antigua pasarela, ahora rebautizada con el nombre de Cibeles Madrid Fashion Week, ha arrancado a las diez y media de la mañana con los diseños de Devota & Lomba. La maquinaria de la moda con mayúsculas está ya en marcha y no parará en cinco intensos días con 40 desfiles en los que 52 diseñadores darán a conocer sus colecciones para la primavera y el verano de 2009.

Detrás de las dos pasarelas con las que cuenta este año la semana de la moda madrileña, Cibeles y Neptuno, el bullilcio es constante. Los hermanos de Ailanto, Iñaki y Aitor Muñoz, ultiman los detalles mientras atienden a la prensa. En su vestidor, el equipo da los últimos retoques, mientras suenan las primeras notas del primer desfile de Devota & Lomba.

Todos los vestidos están en perfecto orden. En el suelo, en cartulinas, varias fotos muestran como tienen que quedar las modelos justo debajo de cada creación colgada en la percha. Vestido, accesorios, zapatos, peinado, todo está definido hasta el último detalle. Nada queda la improvisación.

Mientras, el equipo de montadores 'forra' de plata el suelo de la pasarela Cibeles con 2,4 metros de ancho. También apuesta por la plata en el suelo Duyos, en este caso en la pasarela Neptuno a ras del suelo y con seis metros de ancho. En primera fila está Ana Botella y la cantante Bebe.

Varias modelos hacen tiempo sentadas en el suelo. No hablan español. Una de ellas aprovecha para conectarse a internet con un portátil. El desfile está a punto de comenzar, pero hay tiempo para un pitillo rápido.

Ya habrá más tiempo para relajarse después en una sala habilitada para ello con tumbonas y un equipo preparado para dar un masaje en el cuello de los modelos.

En la sala de maquillaje y peluquería todo está medido al milímetro. Su responsable, Yolanda López, explica a RTVE.ES que a los 20 días de terminar cada edición de Cibeles ya comienzan a trabajar sobre las tendencias y el colorido de la siguiente pasarela con el calendario en la mano.

Se queda con cada diseñador y se define todo, explica. Nada está improvisado, "todo está hecho", afirma. En Cibeles Madrid Fashion Week trabajan estos días 18 peluqueros y 18 maquilladores.

Pero en Cibeles trabaja mucha más gente, aparte de los diseñadores, las modelos y los profesionales de la imagen. Están también los encargados de cargar con los elementos de la escenografía sin tiempo de respirar. "¿Tú tampoco habrás desayunado, no?", le pregunta uno a otro compañero mientras se dirigen al almacén del pabellón 14.1 de Ifema. No hay tiempo para un paréntesis.

Los hay con más suerte. Aquéllos, que tienen tiempo de pasar por la cafetería. Uno de sus responsables explica que las modelos "comen normal". Lo único, que a lo mejor "en lugar de comer unas natillas de postre, pues se cogen fruta".

Sobre la mesa del desayuno todavía quedan zumos y bollería. En la misma cafetería también dan comidas y por la tarde la merienda.

Menú para comer en Cibeles

En el primer día de Cibeles hay para comer de primero: cogollos de tudela, paella, tortelini en salsa de orégano y salteado de verduras. De segundo a elegir entre estofado a la mostaza, pez espada a la plancha con arroz blanco, solomillo ibérico a la pimienta y suprema de pollo al grill. De postre hay arroz con leche, natillas, tarta de queso, flan con nata, puding, fruta y yogur.

La gente de Cibeles come gratis, los invitados que vienen a ver las colecciones tienen que abonar 16 euros si quieren comer.

Y fuera del llamado backstage, está el Cibelespacio, un lugar de encuentro con zona de bar, tienda y expositores de revistas de moda y otras marcas de diseño. También está el Showroom, donde los jóvenes diseñadores, que desfilarán el viernes, muestran y venden sus diseños, pero esa es otra historia.