Sinopsis
Resulta imposible ir a Croacia y no enamorarse de cada uno de sus sitios y de su gente. Es un país pequeño, pero lleno de joyas naturales.
Se encuentra al borde del Adriático, y posee miles de kilómetros de playas, de las que presumen por ser las más limpias Europa; más de mil islas e islotes, algunas de entre las más bellas del mundo; 8 parques naturales, entre los que destacan los lagos de Plitvice y las cataratas del Krka; una península, Istria, verde por dentro y azul por fuera; montañas, campo, bosques, praderas¿.
La región de Dalmacia posee 4 monumentos protegidos como Patrimonio Cultural Universal de la Unesco: los cascos históricos de Dubrovnik, Trogir, Split y la catedral de Sibenik.
En Croacia central se encuentra Varazdin, conocida por su tradición musical y sus edificios barrocos; y Hlebine, el pueblo donde nació la cultura del arte naïf que hizo célebre entre otros, Ivan Generalic. No podemos olvidarnos de Zagreb, la capital, repleta de parques y museos.
La región de Kvarner y Lika, la más variada de todas en cuanto a paisaje, acoge la ciudad costera de Opatija, donde nació el turismo croata. También se encuentra entre sus fronteras el Parque Natural de los lagos de Plitvice, Patrimonio Natural Mundial de la UNESCO desde 1979.
Por último Istria, la tierra mágica. Visitamos Pula, la bella Rovinj, y Porec, la población más turística de toda Croacia. Allí se encuentra la Basílica Eufrasiana, del siglo VI, Patrimonio Cultural Universal de la Unesco.
