Esta semana hemos compartido un día con los sordociegos y sus familias porque en este centro de día y residencia para quienes conocen el mundo con las manos y el olfato, principalmente. Este es un lugar muy especial porque aquí nada es al azar. Cada piedra en su construcción tiene un por qué. El suelo rugoso antes y después de pasar por una puerta, las barandillas, las plantas aromáticas para saber dónde te encuentras, las puertas a las aulas marcadas con los materiales de trabajo como la lana o el mimbre o el aula de los sentidos con una cama de agua y una alfombra que da calor, son sólo algunos de los elementos que les facilitan el día a día a estos chicos y chicas. Y todo ello lo han logrado sus padres. Lola es la madre de Inés y el alma de este lugar porque lleva años luchando desde la asociación española de padres de sordociegos para que su hija y los otros afectados vivan en un lugar específicamente adaptado a sus necesidades.
Estos padres han tenido que aprender a comunicarse con sus hijos de alguna manera y no es fácil hacerlo solamente con las manos que son sus ojos y sus oídos, como dice el lema de la asociación. La incomunicación que sufren los sordociegos les lleva a autolesionarse brutalmente, viven en su mundo porque los que nacieron sin esos sentidos no tienen referencias de su entorno y no pueden comprender qué pasa a su alrededor. Es la oscuridad y el silencio absolutos.
Histórico de emisiones:
07/11/2010
14/08/2011