Los menores que viven en el campamento de Bangladesh recibieron ropa nueva para jugar y celebrar la fiesta musulmana del Eid.
La ONG ha atendido a más de 60.000 personas desde que estalló el éxodo de los rohinyás.
Los rohinyás que permanecen en Birmania viven en "centros de tránsito" en condiciones infrahumanas, que recuerdan al apartheid, sin acceso a sanidad y custodiados por la Policía fronteriza.