Ante la imposibilidad de obtener el oro suficiente para que Carlos sea emperador, Margarita de Austria propone cambiar de candidato y presentar a Fernando como la mejor elección para el Imperio, ya que no mantenía enemistad con ningún reino. Sin embargo, su idea no será bien acogida en Castilla, donde Carlos V dejará muy claro que él será el único Emperador.
Hernán no dudará en acercarse a La Malinche ataído por su belleza y por sus conocimientos del castellano, los cuáles le serán muy útiles para conocer lo que hablan sus hombres cuando él no está. Estas habilidades de traductora le servirán a Cortés para frenar un motín.
Tras haber decidido presentar su candidatura como emperador con el apoyo de Francisco I de Francia, Federico de Sajonia tendrá que dar marcha atrás en el último momento motivado por la presencia de hombres armados enviados por el prestamista de Margarita en el momento de la votación. El resultado será el nombramiento de Carlos como Rey Emperador.