¿Saben por qué nos gusta
ver las cosas desde las alturas?
Porque el mundo desde aquí arriba
parece distinto.
Emprendemos un viaje de Norte a Sur
y de Este a Oeste
para averiguar cómo somos
y cómo hemos cambiado.
Esta es la historia de España.
De una España diferente.
Desde un lugar privilegiado,
el cielo.
Hoy nos subimos a los techos
más altos de España
para conocer los desafíos y retos
a los que se enfrentan
las personas que viven
y trabajan más cerca del cielo.
En los techos artificiales
más elevados de nuestro país
voy a afrontar
mi desafío particular.
Subir a 261 m de altura
sujeto tan solo por un arnés,
un lugar al que muy pocas personas
pueden acceder.
Estoy en el punto más alto
que he estado en mi vida.
Soy el hombre más alto
en estos momentos.
Acompañaremos al ex piloto de motos
Sergio Gadea
en el nuevo reto de su vida:
saltar por primera vez
en caída libre desde esta montaña.
-Muy asustado, la verdad.
No quiero pensarlo mucho.
Es la primera vez
que salto de una pared,
siempre saltando
desde un avión
y ahora que te pongan
en una pared de 200 m...
Mucha confianza no da.
En el refugio de montaña
a más altura de los picos de Europa
descubriremos cómo es la vida
de un guarda
que todos los días asciende 2000 m
solo para hacer la compra.
¿Esto es lo que coges cada día?
Exacto.
Esto pesa lo de Dios.
Seremos testigos a ras de cielo
de un complicado rescate
en el pico más alto de España.
¿Sabían que la mayoría
de los deportistas de élite
se preparan en Sierra Nevada,
a más de 2000 m de altitud
para mejorar su rendimiento físico?
La mejor nadadora española de
todos los tiempos, Mireya Belmonte,
nos asombrará
con los duros entrenamientos
que tiene que soportar a diario.
Yo sé que vengo a sufrir
cuando vengo aquí,
pero sé que después la competición
me sale muy bien.
Esto es "España A ras de cielo".
La mayoría de la gente
piensa que España
es un país netamente costero
pero sorprende saber
que somos el tercer país
más montañoso de Europa,
después de Suiza y Austria.
Los Pirineos, Sierra Nevada
o la cordillera cantábrica
en la cual me encuentro,
son tres buenos ejemplos
de estas sierras.
Estos colosos naturales
que acarician el cielo,
suponen un auténtico desafío
para las personas
que intentan conquistarlos,
vivir o trabajar en ellos.
Por eso hoy, desde arriba,
vamos a tomar la verdadera foto
de estos rascacielos.
Siempre se ha dicho
que de Madrid al cielo
pero yo voy a hacer
el camino inverso.
Desde el cielo a Madrid.
Comenzamos nuestro viaje
buscando los techos artificiales
más altos construidos por el hombre
en España, las cuatro torres.
Ya estamos sobrevolando
estos gigantes de hierro
y cristal con una altura
de 230 a 250 m,
que han cambiado por completo
la silueta de esta ciudad.
Su historia es muy curiosa.
Los rascacielos están edificados
sobre la antigua ciudad deportiva
del Real Madrid.
Por este motivo,
durante su construcción
a las torres en las conoció como
la torre Figo, en la torre Ronaldo,
la torre Beckam y la torre Zidanne,
ya que con el dinero de la venta
de estos terrenos,
el Real Madrid pudo fichar
a estos cuatro galácticos.
Lo primero que voy a hacer
es entrar en la torre de cristal
para cumplir
un auténtico reto personal,
subirme al punto artificial
más altos de nuestro país
situado en la planta 51
de este rascacielos.
Allí hay un jardín vertical
al que solamente
una persona tiene acceso
y yo voy a acompañarle
en esta insólita zona verde.
Hola, qué tal.
Cómo estas.
Muy buenas. Me alegro de verte.
Igualmente.
Bueno, ven un poco asustado,
que lo sepas.
Vengo en el ascensor viendo todo
esto y la altura impresiona.
Así, la verdad es que sí.
Me han dicho que
el jardín es impresionante.
Pues sí, ya lo ves. Es el jardín
más alto de toda España.
Vamos a subirnos y ahora me cuentas.
Vámonos arriba, señores.
Es como una pared
de montañismo de esas verticales,
pero llena de plantas.
Pero más cómoda.
Mira el jardín de cerca, qué bueno.
Pues sí, son algunas especies
que encuentras en un jardín normal
de la calle pero plantadas aquí.
Trabajar a esta distancia del suelo
es una aventura que no está
hecha para personas con vértigo.
Yo estoy agarrado aquí,
por eso hablo entrecortado.
No mires para abajo.
No, ni de broma.
¿Cuánto mide el jardín de alto?
Unos 30 m.
30 m cuando ya estamos a 230.
Efectivamente.
Llegamos a los 250 en total.
Vamos a ver, José Luis, a ti qué te
gusta la tierra, la jardinería,
¿cómo es que te vienes aquí arriba?
Pues la verdad es que es algo
que nunca pensé que fuera a hacer
y menos tan alto y resulta que
me gusta mucho, la verdad.
¿Me vas a enseñar
cómo podemos plantar aquí?
Vamos a intentarlo.
Sí, me encantaría.
Esto se pondría así.
Se mete hacia dentro.
Ahí arriba.
Hemos plantado la planta más alta
que se puede plantar en España,
en el jardín vertical.
Todavía me quedan unos metros
para estar en el punto más alto
de esta torre.
Es impresionante,
me estoy agarrando.
Sin miedo, tranquilo.
Una tensión...
Esto es un espectáculo.
Debo reconocer
que me está impresionando la subida.
Voy a ver si soy capaz
de disfrutar de las vistas.
No te preocupes, no pasa nada.
El viento sopla con fuerza
a esta altura
y mi única sujeción
son esta grúa y el arnés.
En todo momento
me embarga la sensación
de que puedo caer al vacío.
Menos mal que tengo
un buen compañero de escalada.
Realmente es espectacular
pero me tiemblan las piernas,
también tengo que decirlo.
Espera que llegues ahí arriba
y verás como merece la pena.
Dios mío, señores, ¡guau!
Bueno, ya no puedo estar más alto,
ya no puedo estar más asustado,
pero mi corazón
está latiendo a 2000 por hora,
estoy asustadísimo
en este momento,
os lo confieso, asustado,
muy asustado,
pero hay que reconocer
que la visión de la ciudad
es única y fantástica.
Ya he subido 261 m,
ahora la ciudad está a mis pies,
reto conseguido.
Es tremendo...
Es un estado.
Es un estado, está claro.
Estamos en el punto
más alto de la ciudad,
dentro del edificio
más alto de España
y estoy en el punto más alto
que he estado en mi vida.
Soy el hombre más alto del mundo
en este momento.
Esto solo lo podemos hacer aquí,
en "España a ras de cielo".
¿Y también hay jardines
en las demás torres?
No, el resto no tienen,
este es el único.
No me subáis más,
diles que me bajen, por favor,
que me bajen ya.
Estos rascacielos
que rozan las nubes
esconden un sinfín
de curiosidades, por ejemplo,
la competición que
existió entre la Torre de Cristal
y la Torre Bankia por ser
el edificio más alto de España.
Esta pugna, que comenzó
durante su construcción,
acabó en 2013.
Una prestigiosa
sociedad norteamericana
ha sentenciado
que la Torre de Cristal
es el verdadero gigante del país,
eso sí, por un solo metro de
diferencia respecto su torre vecina.
Lo que está claro es que desde
cualquiera de estos rascacielos
las vistas son impresionantes.
Pero sin duda, lo más sorprendente
que esconden estos cuatro colosos
está en la Torre Espacio.
Lo que más me llama la atención
de este rascacielos
es una luz verde en la planta 33.
En su interior
hay un lugar muy especial,
la Iglesia más alta del mundo.
A 135 m del suelo,
los trabajadores de esta torre
cuentan con una capilla
donde asistir a misa a diario.
Aquí los feligreses
seguro que se sienten
incluso un poco más cerca de Dios
que de costumbre.
-Mayoritariamente son profesionales
que trabajan aquí en la torre.
Vienen mucho antes
de comenzar su jornada laboral
para tener este rato
de oración y de encuentro
con el Señor.
En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo.
- Amén.
- Que la paz del Señor
esté siempre con todos vosotros.
- Y con tu espíritu.
-Daos fraternalmente
el saludo de la paz.
-Es algo simbólico porque
tenemos a Jesucristo físicamente
en la planta 33
y es una referencia muy importante
en toda la vida
de los que trabajan aquí.
-Estamos en la capilla que tiene
el sagrario más alto de España.
Dentro de la iglesia
hay una luz roja que indica
la presencia de Jesús sacramentado
pero también en su momento
se tomó la iniciativa
de dar una señal visible
hacia el exterior
de la presencia de Jesús.
No pudo ser una luz roja,
hubo que hacer consultas a AENA
y, por lo tanto, ellos sugirieron
que lo más conveniente era
que fuese una luz verde,
indicando que Jesús
está ahí presente.
Dejamos estas montañas artificiales
en las que algunos se sienten
más cerca del cielo
y seguimos buscando
los techos de la naturaleza
que ponen a prueba al hombre.
Nuestra siguiente parada
está en los Mallos de Riglos.
Un espectacular conjunto
de montañas con paredes
de más de 200 m en vertical
localizadas en Huesca.
Además de escaladores,
en este sitio hay quien se dedica
a desafiar las leyes de la gravedad
realizando unos arriesgados saltos
en caída libre con paracaídas.
Esta práctica,
conocida como salto BASE
es uno de los deportes
más extremos.
El peligro de chocar
contra la superficie
desde la que se salta es constante
y cualquier fallo
en el tiempo de apertura
del paracaídas
puede costarle la vida al saltador.
Este es el reto elegido
por Sergio Gadea
en su nueva vida.
Este joven ha sido
uno de los mejores pilotos
de motociclismo del mundo.
Pero ahora, tras un accidente
que casi le costó la vida,
ha escogido
los desafíos en las alturas
como su nuevo proyecto vital.
¿Estará preparado
para dar el salto de su vida?
Hoy es un gran día para Sergio
y no solo porque es su cumpleaños,
sino porque va a cumplir
uno de sus sueños.
Acostumbrado a saltar
desde un avión,
hoy se va a enfrentar,
por primera vez,
a una pared de 250 m.
¿Cómo estás?
-Pues mal y bien, a ratos.
Cuando lo pienso
antes de dormir, mal.
-Lo importante es que tú estés
sin historias alrededor,
que te distraigas.
-Prefiero no pensarlo mucho,
si lo pienso no subo.
-¿Nos vamos?
-Sí, vámonos.
Empiezan los nervios, tío.
Tengo una cosita ahí...
-Bueno, todavía queda.
Relájate, que todavía queda mucho.
-El corazón ...
-Mira, la niebla entrando.
-¡Qué heavy, tío!
Sergio y Armando
han quedado con otros amigos
que también practican
este deporte desde hace años.
Sentirse arropado por ellos
le da la confianza que necesita
para encarar el día más tranquilo.
Realmente esto es una actividad
en la que siempre pueden pasar cosas
y siempre necesitas ayuda,
siempre necesitas el apoyo
de los amigos.
-Ahora que lo veo me da más miedo.
-Esto es así toda la vida,
tanto el primero como el último.
El primer salto BASE
es impresionante.
Yo siempre digo que cuando lo hice
tenía 10.000 saltos de avión
y muy contento de tener
10.000 saltos a mis espaldas.
Salté con Álvaro Bultó,
saltamos los dos juntos.
Y lo quieres hacer pero,
joder, ¡menudo salto!,
¡menudo pasito que vas a dar!
Ahora que la niebla se ha despejado,
el grupo comienza
con los preparativos.
Hay que revisar bien todo el equipo
porque no se puede improvisar.
Aquí los errores se pagan caros.
Aunque Sergio
se ha retirado de las motos,
sigue conservando
un amuleto de aquella época.
Ese es el número de la moto,
por mi abuelo,
lo llevaba cuando corría
y lo he llevado todos los años
del mundial.
Después de guardar
todo lo necesario en las mochilas,
comienza la ascensión.
Desde el campo base
hasta el punto de salto,
un pico conocido como La Visera,
tardarán una hora.
Dejé el motociclismo
por un accidente
en el que casi
pierdo la vida y, de repente,
descubrí este deporte
y me ha sacado de todo lo malo,
me ha hecho mirar la vida
de diferente manera
y tirar para adelante.
Día a día
me levanto con ilusión para saltar,
me siento raro en el suelo,
todos los días quiero volar,
es lo mejor que existe en la vida
hoy en día para mí.
La diferencia del salto BASE
con respecto a los que he hecho
es que siempre han sido
desde el avión, desde 4000 m,
con dos paracaídas, el paracaídas
principal abriendo a 900 m.
Aquí saltamos desde 250 m
con un solo paracaídas,
muy pegados a la pared.
Creo que merece la pena.
-Toda esa diagonal es aterrizable,
la mejor es esa de arriba.
-Como se ve, matorrales, piedras,
tienes que aterrizar como puedas.
El grupo lleva más de una hora
de travesía y ya les queda poco
para alcanzar la cima.
-Hay que ir por aquí.
-Sigue por aquí,
tira para arriba, venga.
-Se ve la cresta.
-Ya no queda nada.
Es el primer salto base
y me queda un minuto,
estamos ya ahí.
Vamos a seguir.
Tras una hora y media
de caminata por senderos con pinchos
y repletos de piedras, al fin
empieza la cuenta atrás para Sergio.
A prepararme y al lío.
Muy asustado, la verdad,
no quiero pensarlo mucho,
es la primera vez
que salto desde una pared,
siempre he saltado desde un avión...
Ahora, que te pongan una pared
de 200 m, mucha confianza no da.
Esto no me está gustando.
Listo para saltar. Me voy a acordar
toda la vida de este salto.
Estoy listo.
Creo que la vida
está para vivirla una vez
y soy feliz con lo que hago
y quiero seguir haciéndolo
pero sé que cuando estoy ahí
a punto de saltar,
estoy saltando al vacío.
La gravedad hace su efecto
y voy a ir contra el suelo.
-¿Todo eso está bien?
-Venga, tira para acá.
Venga, horizonte y como en el globo,
hacia arriba, 45°.
-¡Cómo caga!
-Horizonte, acuérdate.
Horizonte.
¿Ok, Santi?
-Ok.
Preparados, listos, ya.
(Grito)
(Grito)
-¡Madre mía!
Cuando he saltado tenía miedo,
pensaba no abre, no abre,
no notaba nada.
Ha habido momento
que he llegado a asustarme,
pero enseguida se ha abierto.
He pensado, yo me quedo quieto,
no hago nada,
ni he pensado en la pared
ni en nada.
¡Qué grande!
¡Madre mía!
Pensaba que no abría, tío.
¡Grande!
¡Una pasada!
Gracias, tío.
-¡Qué bueno!
En las carreras, en el semáforo,
los nervios eran bestiales
y eso es lo mismo
que he sentido hoy,
me daba la misma sensación.
Aunque realice muchos saltos base
nunca se me va a ir esa cosa
en el estómago.
Si un día se me va,
espero entonces dejar de saltar
porque entonces
es cuando tengo exceso de confianza
y puede venir el problema.
-Preparados, listos, ya.
Preparados, listos, ya.
¡Sergio!
-Gracias, tío.
¡Qué bueno!
¡Feliz día!
-Parece que hay mucho que celebrar.
(Gritos)
-¡Qué tío!
¡Cómo ha aguantado la presión!
Se pasa mucha presión ahí arriba
en un primer salto.
¡El tío los tiene de acero!
Pocos son
los que se atreven con este deporte
pero los que lo prueban
siempre buscan más.
La adrenalina pide más adrenalina.
A Sergio
saltar le hace sentirse vivo
y esa es su mayor motivación,
aún sabiendo que el riesgo que asume
con cada salto
le puede costar la vida.
Y ahora vamos a viajar
al corazón de los Picos de Europa
para conocer a personas
que han encontrado en las alturas
una oportunidad
para salir adelante.
Estamos a los pies de la estación
inferior del teleférico Fuente Dé,
en el valle del Liebana.
Aquí espera Javier González,
un ex trabajador de la construcción
que ha tenido que cambiar
radicalmente de vida
para sacar adelante a su familia.
Ser el guarda del refugio
más alto de estos picos
ha sido
su única salida.
Vamos a comenzar
con una de sus actividades diarias,
bajar y subir al pueblo
a por víveres que después venderá
a los montañeros
que visitan el refugio.
¿Cómo estás?
Aquí estamos.
Qué alegría verte.
Me ha sorprendido,
tú eres el que vives ahí arriba,
en el refugio más alto
de los Picos de Europa.
Sí.
¿Y qué haces aquí abajo?
Pues nada, he bajado a comprar
para subir la comida,
bebida y demás.
¿Esto es lo que coges cada día?
Exacto, más o menos
es lo que subimos todos los días.
¿Qué llevas en la mochila?
Si quieres te lo enseño,
tengo aquí varias cosas.
Melocotón en almíbar, pasta ...
Entre tú y yo,
tendrás la espalda destrozada.
Sí, la espalda la tengo ...
luego hay que ir al fisio.
¿Cuántos kilos llevamos,
Javier?
Pues mira, cada pack de 24
pesa unos ocho kilos.
Haciendo un cálculo aproximado,
8 + 8, 16, 17, ...
unos 20 kilos aproximadamente.
20 kilos que te subes diariamente.
Tendré que ayudarte ...
De vez en cuando te paso la mochila,
te paso el testigo.
Aunque viendo dónde está el refugio,
no sé yo...
Vamos allá.
Venga.
¡Hostia!
¡Esto pesa!
¡Esto pesa la de Dios!
Ahora nos vamos para allá arriba,
al teleférico.
¿Subes en teleférico
hasta ahí arriba?
Sí, lo cogemos para arriba
y luego hora y media de caminata
para el otro lado.
¿Después hay hora y media andando?
¡Hombre! ¿Qué te pensabas?
¿Qué te lo iban a dar gratis?
Vas a sufrir hoy.
Nos dirigimos a un diminuto punto
en medio de las montañas.
Se trata del refugio
cabaña Verónica, situada a 2325 m.
La historia de esta cabaña metálica
de apenas 9 m²
es cuanto menos curiosa.
Antes de ser un refugio
formaba parte
de un portaviones norteamericano
y se utilizaba
como batería antiaérea.
En 1961, cuando desguazaron
el navío se decidió colocarlo
en lo alto
de los Picos de Europa.
Lo más sorprendente de todo
es cómo consiguieron subir
esa estructura metálica
hasta ahí arriba.
Ha llegado el momento
de comenzar el largo camino
que nos llevará hasta el refugio
y todo empieza montándonos
en el teleférico que nos elevará
hasta los 1800 m de altura.
¿Cómo es esto de vivir
en la montaña? ¿Duro?
Sí, la verdad
es que es bastante duro.
Hay que bajar todos los días,
es sacrificado,
las inclemencias del tiempo...
¿Cómo se lleva
vivir solo ahí arriba?
Es bastante duro porque hay momentos
en los que te encuentras solo,
tienes la familia fuera.
Pero no vives solo.
Estamos normalmente José y yo,
un compañero mío.
Llevo aquí con él tres años
y sí, fenomenal.
Estar solo puede ser peligroso.
Es complicado estar solo,
de hecho no es conveniente.
Hemos tenido aquí sustos como
tener que estar dos o tres días
dentro del refugio por culpa
de la ventisca, del aire, del viento
porque el viento igual ahí
corre a 180- 190 km/h.
Y es casi imposible salir,
tienes que hacer virguerías.
Qué bonito, es impresionantes.
Es impresionante.
Mira el mar de nubes
que tenemos ahí abajo.
Es impresionante.
Es precioso.
Ya estamos arriba.
Ahora viene lo sufrido,
el paseo.
Mira qué vistas.
Impresionante.
La estación del Cable,
nos guarda una sorpresa.
Un mirador que sobresale
varios metros
sobre un profundo precipicio.
Ves un puntito que brilla.
Sí.
Ese es el refugio
de campañas Verónica.
¿Vamos a ir hasta allí?
Sí.
¿Estás de broma?
No.
Hoy vas a hacer un buen ejercicio.
Ya lo veo.
Comienza nuestra ascensión
al refugio.
Apenas llevo unos pasos,
y ya empieza a notar
la dureza de la montaña.
Pero lo peor es que todavía
nos queda una larga caminata.
Javi, voy notando la subida.
Sí.
¿Qué es lo más duro para ti?,
¿subir a la montaña
o echar de menos a la familia?
Para mí lo peor es echar de menos
a la familia.
Tengo una cría de 14 años.
¿Cómo lo ven tu hija
y tu mujer esto?
Bueno, pues duro también
para ellas.
Estamos separados
casi toda la temporada,
de vez en cuando la chiquilla
viene algunos días a pasar
el verano conmigo.
Porque sino
no se verían en todo el verano.
Está claro,
sino no habría manera de vernos.
¿Cómo toma uno la decisión
de venirte a vivir aquí arriba?
Pues por muchas razones
una de ellas es la famosa crisis.
Yo era del sector
de la construcción y bueno,
me metí en el mundillo con Tomás
y ahora estoy con José ayudándole
desde hace tres años.
No es mal sitio.
No, la verdad es que no.
Te dará tiempo a reflexionar
sobre tu vida.
Sobre todo, sobre las cosas
que hiciste mal
y las que hiciste bien.
Para tener a lo mejor
buena o mala suerte.
Parece que tú lo estás haciendo
bien Javi, vamos allá, ya verás.
Es admirable el esfuerzo
que realiza Javi
haciendo todos los días
este recorrido,
con la pesada carga de los víveres
para los montañeros.
Estamos a más de 2000 m
de altura,
y aunque parezca mentira,
los Picos de Europa
están a nuestros pies.
Está claro que para trabajar
aquí en la montaña,
lo primero, tiene que gustarte.
Yo he conocido a gente
que no llegó a aguantar.
Debe ser duro,
apasionante pero duro.
Sí, bastante duro.
Qué suerte tienes,
aquí no tienes atascos.
Aquí atascos ninguno.
Amanecer y encontrarte con todo
y todo esto, debe ser un regalo.
Sí, además a la mañana
ves muchos rebecos,
cuando salgo para abajo al porteo,
me encuentro con 20 o 30.
(GRITA)
Prométeme que al llegar
me invitas a una cervecita.
Hombre, no lo dudes.
Les invitaré a todos después
de este momento, es mí regalo.
Se nota, José.
Se nota, se nota.
Sí señor.
Javi, el refugio.
El refugio, ahí está, míralo.
Impresionante.
Parece la casita de los Lunis.
Parece una nave espacial.
Has flipado.
Es como una nave espacial,
vamos a verlo.
Después de dos horas
de ascensión,
cargando los víveres
llegamos al refugio.
El esfuerzo ha sido tremendo,
pero ha valido la pena.
Imagínense
hacer esto todos los días.
Estoy emocionado Javi.
Una pasada.
Estoy emocionado.
¿Sabes qué me pasa?
¿Qué te pasa?
Estoy oyendo respirar a la montaña.
Por fin vamos a conocer a José,
el compañero de fatigas de Javier.
¡José!
-¿Qué tal?
-¿Cómo estás?
-Muy bien.
Darme un abrazo,
que me han hablado tanto
de ti en este viaje.
Qué alegría conocerte, qué bueno.
Oye, Javi, quítate la mochila.
-Sí, vamos a quitarnos la mochila.
Que viene muy cargado.
-Hasta arriba vengo.
Estoy impresionado
con el refugio que tenéis José.
-Aquí tampoco hay mucho que ver.
-Normalmente está todo
bien organizado.
Aquí tenemos las literas de dormir
que son, dos, cuatro, seis, siete.
Siete dormirían aquí.
José y yo solemos decir
siempre que preguntan,
¿cuántas personas cogen
en el refugio?
Siempre decimos,
depende de la tormenta.
Y es cierto porque luego tenemos
la mesa se levanta hacia arriba
y en caso de emergencia
o de tormenta,
puede dormir más gente en el suelo.
José, ¿cómo has acabado aquí?
-Yo llevo desde el año 1970.
¿Qué echas de menos tú
de la gran ciudad?
Nada.
¿Tú estás casado?
-No.
Es más fácil entonces.
No me ata la mujer.
(Risas)
¿Bueno qué?
-Ya ves.
¿Tomamos algo fresquito?
-Habrá que sacar
lo que trajimos aquí dentro.
Por cierto,
¿aquí cómo enfriáis las cosas?
-Con la nieve, mira.
¡Ah con la nieve!
¿Uno de los dos va a coger nieve?
Sí.
-La dejamos deshacer
y ahí metemos todo.
-Ahí lo vamos metiendo.
¿De qué vivís aquí?
Normalmente de lo que se
vende de las coca colas.
Por este refugio es fácil
ver a montañeros
que paran en busca
de alimentos o cobijo.
Cualquier día normal pueden
pasar por aquí unas 50 personas.
-Buenas tardes.
Buenas tardes,
¿qué tal la montaña cómo ha ido?
-Bien, cansada pero bien.
¿Os vais a quedar a dormir
hoy aquí por ejemplo?
Sí, si hay sitio.
¿Habrá hoy plazas para dormir?
-Sí, hoy queremos plazas.
¿Hacéis esto a menudo?
-Sí, venir a la cabaña Verónica
es un clásico.
Sí, nos gusta la montaña,
venido por aquí para hacer
alguna vía de escalada.
Aquí hay muchas cumbres
interesantes.
Encantado de saludarlos.
Igualmente.
Bueno ha llegado el momento,
me tengo que marchar
porque si no me quedaré
sin luz y no podré bajar.
Dame un abrazo José.
Gracias.
Es un verdadero placer conocerte.
Javi, un verdadero placer,
he pasado un día impresionante.
Gracias por enseñarme
como es la montaña.
Nos vemos pronto.
Adiós.
Hasta luego.
Me despido de Javi y su compañero
para proseguir nuestro viaje.
Atrás dejó a un hombre que llegó
a la cima por pura necesidad
y que ahora ha superado
todos los desafíos
que le planteaba la montaña.
Y para entender mejor
los peligros
que esconden las montañas
y sus cimas.
Os propongo que viajemos
hasta las islas Canarias.
Allí se encuentra el pico
más alto de España,
El Teide, un pico
en el que un grupo de personas
exponen sus propias vidas todos
los días para proteger a los demás.
Nos trasladamos
hasta este majestuoso volcán
de 3718 m de altura,
situado en el centro
de la isla de Tenerife
y cuya visión,
es de una belleza sobrecogedora.
No es una opinión personal
ya que nos encontramos
con el parque nacional
más visitado de Europa
y el segundo del mundo.
Pero el atractivo de las montañas
no puede hacernos perder
de vista
los peligros
que esconden estos colosos.
No solo para principiantes,
sino también para montañeros
más avezados.
Por esta razón se crearon
en 1981,
los grupos de rescate e intervención
en montaña,
los GREIM, verdaderos ángeles
de la guarda de los montañeros.
Estas unidades pertenecientes
a la Guardia Civil,
han realizado a lo largo de
su historia más de 15.000 rescates.
Salvando la vida a decenas de miles
de excursionistas
aún a costa de su integridad física.
En la ladera del Teide,
nos espera el sargento Martín
y su grupo de rescate
de la Guardia Civil.
Hoy voy a tener la suerte
de comprobar,
cómo se trabaja en alta montaña.
¿Os estáis preparando para algo?
-Sí, para el entrenamiento.
Nosotros trabajamos
en la montaña más alta de España,
en el Teide.
En el Teide, 3718 m que mide.
¿Habéis tenido que subir
arriba a rescatar alguien?
Sí.
¡Qué grandes!
Y esto qué pasa,
¿os gusta la montaña?
Claro, afición.
Afición.
Una afición que luego
se traslada al trabajo.
A ti te gustaba la montaña,
¿y te hiciste Guardia Civil después?
Sí.
Era una oportunidad
de hacer algo que te gusta
mientras estás trabajando.
-A mí también me gustaba
porque mi padre
estuvo en la unidad de montaña
hace muchos años
y continué con lo suyo.
El gusanillo.
Si nos dedicamos al rescate a salvar
a personas, es algo solidario.
Ese es el factor principal,
nuestro trabajo es muy duro
y te tiene que gustar muchos
no solo la montaña
sino el hecho de ayudar a los demás.
¿Vosotros tenéis claro
que cuando uno se dedica
a esto se está jugando la vida?
Una vez que te llaman,
tú has desconectado
y lo único que quieres es ayudar
y cuanto antes mejor.
En el Teide además de la altura
existe otro factor de peligrosidad.
El terreno volcánico.
A partir de cierta altitud
el olor a azufre
dificulta la respiración,
la tierra,
fuera de los senderos marcados
está a altas temperaturas
y si entramos en contacto
con una fumarola,
comprobaremos
que sus vapores queman.
Acompañamos a los miembros
del grupo de rescate
al rocodromo para ver
en qué consiste
su entrenamiento específico.
¿Esto lo hacéis a diario?
Sí, casi a diario aunque
vamos variando en el entrenamiento,
no es siempre escalada.
Hay muchas cosas
en las que entrenarse.
¿Y qué tal vas?
Bueno, un poco apurado ahora.
Mientras los especialistas entrenan,
reciben un aviso de rescate.
Un hombre,
se ha herido en una pierna
y está inmovilizado a 3000 m,
en una colada de lava.
En ese momento se paraliza todo
y comienza
el operativo de salvamento
que le llevará a la montaña,
su lugar de trabajo.
En el operativo se movilizan
todas las unidades
y en menos de 10 minutos
los cuerpos de seguridad
comienzan a trabajar conjuntamente
en la zona.
La Guardia Civil de Tráfico,
corta los caminos
y organiza los transportes
de la zona.
La sección de helicópteros
de la Guardia Civil,
se desplaza para recoger
a los expertos de montaña
y localizar
el lugar del accidente.
Serán los encargados
de inmovilizar al herido
y trasladarle hasta la ambulancia
para evacuarle al hospital.
Yo tengo la oportunidad
de asistir al rescate,
y lo haré desde
un punto de vista único,
acompañándole en uno
de sus helicópteros.
El hombre accidentado
se encuentra en Pico Viejo,
el segundo pico más alto
de este parque tras el Teide,
con una altura de 3135 m.
Es una zona difícil para caminar
repleta de rocas y abrasivas,
lo que complica el salvamento.
El herido no se puede mover
y el grupo de rescate
tiene que acceder a él
para inmovilizarlo
y llevarlo hasta el helicóptero.
Al acercarse al punto de descenso,
comienza la operación más delicada
de todo el rescate.
El helicóptero
no puede aterrizar en el terreno
y el piloto debe de mantener
el aparato en equilibrio,
apoyando uno de los patines
en el suelo.
En este momento,
cualquier golpe de viento
puede desequilibrar el helicóptero
y provocar que choque
contra el terreno.
El más mínimo error puede acabar
con la vida de las personas
que participan
en esta operación de rescate.
Los pilotos
se preparan todo el año
para realizar esta maniobra
pero solo en momentos como este
se ponen a prueba y deben actuar
de forma rápida y segura.
Una vez el herido
se encuentra en la cabina,
el helicóptero
vuelve al punto de partida.
La operación ha durado una hora
desde la petición de auxilio
y han participado un total de 15
personas de tres cuerpos diferentes.
En este punto el trabajo
se da por finalizado.
En el pico más alto de España
hemos compartido
momentos de máxima tensión junto
a los grupos de rescate de montaña.
Y si algunas personas
son capaces
de llevar a cabo las hazañas
más increíbles en estos techos,
otras han convertido las cimas
en el lugar imprescindible
para triunfar y ser el número uno
en su profesión.
Subimos a 2320 m
sobre el nivel del mar
para conocer el Centro
de Alto Rendimiento deportivo
más alto de toda Europa.
Aquí, nuestros deportistas de élite
se preparan
para las grandes competiciones,
porque se ha demostrado
que entrenar en altitud,
mejora el rendimiento deportivo.
Entre todos los deportistas
que hay entrenando hoy en el Centro,
se encuentra la mejor nadadora
española de la historia,
Mireia Belmonte.
Esta joven se ha convertido
en el personaje deportivo revelación
de los últimos años.
Desde que consiguiera
conquistarnos a todos
con sus dos medallas de plata
en los Juegos Olímpicos de Londres,
se ha superado cada día
y la última alegría que nos dio,
fueron sus cuatro oros en
los campeonatos de Europa de 2013.
El secreto de su éxito está aquí,
en lo más alto de Sierra Nevada,
esta nadadora desafía las duras
condiciones de las alturas
y lleva al límite
su capacidad física.
Mireia se está preparando junto
a la selección española de natación.
Acostumbrados a verla
entrenar en una piscina,
es curiosa encontrarnos con ella
en un gimnasio.
¿Cómo estás, Mireia?
¿Sabes que yo soy fan tuyo?
Estoy un poco nervioso,
estoy con la nadadora
más importante que hemos tenido
en España en toda nuestra historia.
Ha llegado Francis
y ahora me lo vas a poner difícil.
50 abdominales.
A ver quién me sigue.
220, 230...
Estamos en el Centro
de Alto Rendimiento.
Aquí la gente se prepara
por la mañana y por la tarde
entrenando continuamente
porque el deporte de élite
es muy complicado.
Yo lo estoy comprobando.
Estamos haciéndolo en altura
y en altura, es todo más complicado.
Ellos se adaptan porque llevan
una temporada aquí haciéndolo
y es una de las cualidades
y características
de este entrenamiento.
Me he parado estratégicamente
por qué no iba a poder hacer 50
e iba a quedar fatal
pero ahora iba a continuar.
A ver si acabo como ellos.
49 y 50.
Elegís siempre el CAR, un centro
de alto rendimiento a gran altitud,
¿por qué razón?
El nivel de glóbulos rojos aumenta,
por lo tanto,
cuando bajas a nivel del mar,
es mucho más fácil nadar
y te cuesta mucho menos.
Hay mucho más oxígeno
y tu cuerpo reacciona mejor.
Yo sé que vengo a sufrir
cuando vengo aquí,
pero sé que después la competición
me sale muy bien.
Cuando una deportista
como tú entra en una piscina,
¿qué le pasa por la cabeza?
De todo.
Yo voy cantando normalmente para
que se me haga un poco más ameno.
En todos los deportes
tenemos manías que al final,
son chorradas para la gente
que nos ve desde fuera
pero da mucha autoconfianza
a uno mismo.
Y alguien tan grande como tú,
que ha llegado a conseguir
lo que no ha conseguido nadie,
pero de repente
llega una recompensa.
Sí, yo soy una afortunada
porque yo me esfuerzo muchísimo
y consigo resultados
pero hay gente que entrena conmigo,
que lo hace igual que yo y después,
a lo mejor, no da esos resultados.
Yo creo que cada uno tiene un don
y a mí me ha tocado don de nadar
y lo aprovecho lo mejor posible.
Y en la trayectoria que llevas,
que es impresionante,
¿hasta dónde te gustaría llegar?
Cuando vi las olimpiadas
por la tele, que fue en Sydney 2000,
ya sabía que quería
una medalla olímpica.
Las veía tan contentas y tan felices
con sus medallas de oro,
que yo también
quería ser una de ellas.
¿Tienes pensado
seguir vinculada a la natación?
¿Te gustaría o quieres
hacer otra cosa?
No gustaría dedicarme
al mundo de la moda
pero me gustaría retirarme
en lo más alto,
no porque me cuerpo no pueda más,
sino porque yo piense
que ya he hecho
todo lo que podía hacer en natación
y no me queda nada más,
ningún récord por conseguir.
Gracias por haberme atendido
y por estar tan amable conmigo.
Gracias a ti y gracias por entrenar
con nosotros también un ratito.
Ahora Mireia se encuentra
ejecutándose en su medio natural,
el agua.
Quiero hablar con su entrenador,
Fred Vergnoux,
para ver cuál es el secreto
de su éxito.
Si entras en el agua así y haces
con los brazos esto para subir,
pones mucha resistencia.
Fred, hola. ¿Cómo estás?
Muy bien, ¿y tú?
Fred, estamos en uno
de los techos de España,
el CAR de deportistas de élite.
El único centro a 2400 m.
El promedio es 1008 en Francia,
en Australia, en China.
Pero este tiene 400 m más.
Hay una diferencia muy grande.
A mí me gustaría
que esta piscina estuviera
encima del Veleta, pero...
¡Aún más alta!
Un entrenador tiene que tener
un punto de psicólogo
Porque aparte de estar entrenando
hacemos también
de padre o psicólogo.
Personalmente, la parte de
preparación con el deportista
es lo que me gusta más.
Además, cuando estás,
como en el caso de Mireia,
buscando el top, yo creo
que lo mental es casi el 90%.
¿Qué supone para un entrenador
como tú tener a alguien de élite
que gana medallas en un mundial,
que gana medallas olímpicas?
El reto que tengo yo
como entrenador
supongo que es el mismo
que tiene Mireia como nadadora.
Y por ello
tenemos esta colaboración.
Estamos buscando hacer historia
pero no una vez, cada año.
A Mireia ahora mismo
lo que le falta es un oro olímpico.
Por eso estamos aquí.
Enhorabuena, Fred, un placer.
Muy amable.
Salimos del centro para conversar
con la persona que mejor conoce
estas instalaciones deportivas.
Julio Gutiérrez
fue uno de los albañiles
que participó en su construcción.
20 años después se encarga
de su mantenimiento.
Tú eres una de las personas que
ha estado aquí en la construcción,
que vio cómo nació todo esto.
Es que lo he hecho yo.
¿Cómo es eso?
Casi desde el principio.
¿Qué había aquí antes?
Fue un desmonte y después
del desmonte, se hizo el edificio,
se arropó con la misma arena
que se movía.
¿Fue muy complicado construirlo?
Te lo digo porque aquí había nieve.
Sí, había que quitarla a diario.
Todas las columnas
que hay en el centro
están y pilotadas
también bajo tierra,
todo el edificio y todo el contorno.
Se tenía que pilotar a diario
con esta máquina
que era la que lo hacía
y, al mismo tiempo,
hacía la ferraya de los muros.
Todos los días había
que quitar nieve.
Para poder trabajar.
Y 20 bajo cero, 15 bajo cero...
Creo que viene mucha gente a
entrenar aquí, toreros, artistas...
Han venido los hermanos Rivera,
el Cordobés, Pepín Liria,
vienen y aprovechan también
unos días también la nieve.
Por este centro pasan al año
25 medallistas olímpicos
en diferentes temporadas.
Las estancias
no pueden ser permanentes
porque los entrenamientos en altura
son muy intensos
y deben tener periodos de descanso.
Ahora mismo está entrenando
el marchista Miguel Ángel López.
Para él,
lo más importante de la zona
son los kilómetros
de asfalto y la montaña.
Miguel Ángel, ¿Cómo estás?
Hombre, Francis. Muy bien.
Qué tal, que alegría verte.
Aquí me pillas,
a punto de salir a entrenar.
Si te animas
y quieres acompañarme...
Oye, pues me encantaría
charlar contigo un rato,
así que te acompaño.
Venga.
¿Te parece?
Vamos.
Esto es duro en cuesta.
Esto es durísimo.
Aquí, en Sierra Nevada,
esto es el doble, la verdad.
Vengo varias veces al año.
Hago períodos de 10-14 días
más o menos.
Al final son 40 o 50 días
que pasa aquí entrenando
y, psicológicamente,
sobre todo, es duro.
Y la mayor parte es en solitario.
A veces salimos en grupo pero
al final, como se suele decir,
la soledad del corredor de fondo...
¿Qué pasa cuando uno, de repente,
consigue una medalla?
Después de luchar tanto tiempo,
conseguir tu objetivo
es algo impresionante.
Sabes que otras veces no saldrá
pero cuando sale, la verdad,
es que te motiva para luchar
por retos mayores.
La verdad es que se nota la altura.
Con el cambio de presión,
cuesta mucho más esfuerzo
hacer ejercicio y aquí
uno se cansa hasta de caminar.
Se nota, ¿eh?
Se nota, se nota.
¿Cuántos kilómetros haces diario?
Al final una media de 20 o 25 km
diarios. Alrededor de 150 semanales.
Todos vemos cómo se consiguen
las medallas
pero no el esfuerzo que hacen.
Hoy lo estamos viendo un poco,
así que muchas gracias
por tu colaboración y por tu apoyo.
Muchísimas gracias a vosotros.
Podemos continuar un poquito
y vamos viendo esto.
Deportistas como Miguel Ángel
o Mireia recurren todos los años
a las alturas para ser los números
uno en sus carreras profesionales.
El desafío que les plantea
en sus vidas
y el esfuerzo que dedican
para superarlo
es lo que también une
a todas las personas
que hemos conocido hoy en nuestro
recorrido por los techos de España.
Todos ellos están hechos
de una pasta especial
porque trabajar en las alturas
conlleva un riesgo.
Pero también tienen su recompensa.
Disfrutan de un punto de vista
que el resto de los mortales,
tan solo podemos mirar.
Ver el mundo a ras del cielo.