Dedicamos Sexto Continente a la creación femenina.
Comenzamos por Matria, un neologismo utilizado por escritoras como Virginia Woolf, Isabel Allende y ahora Raquel Lanseros, quien acaba de presentar un poemario con tan sugerente título. Matria es la reconstrucción del término patria, ya usado por Plutarco; y para Miguel de Unamuno, el término evocaría la feminización de los atributos asociados a la nacionalidad; así pues, lo mismo que decía Borges metafóricamente sobre la «naturaleza-madre». Matria es la tierra del nacimiento y del sentimiento. Para algunos pueblos de la América precolombina, como los mapuches, aymaras o quechuas se usa Matria como sustituto de patria, por la nación donde la base es la mujer. Matria es un libro de poesía que se sumerge en las raíces personales y colectivas para indagar sobre el concepto de identidad y establecer nuevas perspectivas, nos recuerda la riqueza de la herencia y nos propone la búsqueda de nuevos ángulos creativos.
Vamos después a los orfanatos del franquismo para muchachas. Los reformatorios para menores eran casi cárceles para las que eran rebeldes, rojas, o que eran hijas de rojos, de presos, de viudas… todas aquellas tenían que ser salvadas porque eran pecadoras o iban a pecar. Esos orfanatos funcionaron durante todo el franquismo y –aquí llega la sorpresa– durante muchos años de la Transición, al menos hasta 1984. Traemos para hablar de este tema duro y cuyas heridas no han cerrado, a Consuelo García del Cid Guerra, autora de La niña del rincón, y a Mariaje López, autora de Por Caridad. Ambas son historias reales, de niñas salidas de esos orfanatos, de mujeres que no pudieron borrar el dolor y el recuerdo.
Los orfanatos fueron oficialmente creados como centros de beneficencia y reeducación, pero estaban incluidos en el sistema penitenciario español, dependían del Ministerio de Justicia. El funcionamiento de los reformatorios era llevado a cabo por órdenes religiosas, como las Cruzadas Evangélicas o las Trinitarias, entre otras. El fin que se perseguía era el del adoctrinamiento de las chicas recluidas en ellos, habitualmente en contra de su voluntad.
No olvidamos tener creación en directo. Miguel Ángel de Rus nos lee relatos de la mexicana Angélica Santa Olaya, de la española María José Barrios, y de la argentina Ana María Shua.
Y en los últimos minutos, Vera Kukharava nos propone la lectura de algunos libros muy interesantes de tres jóvenes poetisas o poetas, como cada uno prefiera decir: textos de Elvira Sastre, La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida; Teresa Mateo, 52 hercios, y Loreto Sosma, Naufragio en la 338.
Literatura femenina, literatura comprometida que pretende mostrar problemas y las propias visiones de la realidad.
