Problemas singulares de clasificación

En el mundo real, en muchas tareas de clasificación como el diagnóstico de un tumor a partir de una imagen médica o la detección de fraude en el uso de las tarjetas de crédito, nos encontramos a menudo con lo que los ingenieros llaman problemas desequilibrados o singulares, aquellos en los que la población de una clase tiene un tamaño muy superior a la de otra. Estos problemas plantean grandes desafíos a los algoritmos --asegura Anibal Figueiras, ingeniero de telecomunicación y miembro de la Real Academia de Ingeniería-- ya que se disponen de muchos menos ejemplos de la clase de interés (como pueden ser fraudes bancarios, problemas médicos graves, piezas defectuosas) y es importante detectarlos.
Desde hace más de 20 años se han venido proponiendo algoritmos no funndamentados para salvar las dificultades que plantea el desequilibrio. El problema es que actúan como trajes a medida, que pueden funcionar bien bajo unas condiciones muy estictas pero dejan de valer cuando esas condiciones cambian. Un campo pujante de investigación, en el que España ocupa un lugar destacado, es el de los algoritmos fundamentados, que permiten ajustarse a los distintos problemas. La base teórica existe, aunque es necesaria una mayor voluntad para apostar por estas soluciones.