La Dama de Elche es un busto esculpido en piedra caliza hace unos 25 siglos, que representa una mujer de elegantes facciones y ricamente ataviada, cuyo uso original estuvo relacionado con prácticas rituales. La escultura, originalmente policromada, constituye uno de los grandes tesoros arqueológicos del arte ibérico y se ha convertido en un símbolo de identidad nacional.
Esta pieza apareció accidentalmente el 4 de agosto de 1897, en La Alcudia, a unos pocos kilómetros de Elche (Alicante). Desde ese momento, inició un viaje por el tiempo con distintas paradas: Elche, París y Madrid. Una aventura influida por el acontecer histórico de España y Europa, desde finales del siglo XIX hasta casi mediados del siglo XX.
Cuando apareció, la escultura fue bautizada por su descubridor como 'Reina mora' y exhibida durante unos pocos días en Elche. La casualidad quiso que estuviera en la ciudad, con motivos de la celebración del Misteri, el arqueólogo francés Pierre Paris, quien negoció la compra de la pieza para el museo del Louvre. El negocio se cerró con el pago de 4.000 francos.
En el museo del Louvre se expuso a finales de 1897 en la sala Apadana, y será aquí donde recibirá el nombre de Dama de Elche. Aunque pronto hubo intentos y gestiones para recuperar la pieza, no sería hasta 1940 cuando las negociaciones alcanzan su objetivo gracias a varios acontecimientos internacionales.
El avance de las tropas alemanas hacia París, durante la Segunda Guerra Mundial, obligó a trasladar las colecciones de arte a sitios más seguros, entre esas obras estaba la Dama de Elche. España aprovechó la situación para exigir su devolución ante la debilidad francesa. La garantía de la neutralidad española en la guerra y las pretensiones del gobierno español sobre las colonias francesas del norte de África, forzaron al jefe del Estado del régimen de Vichy, Phillipe Pétain, a realizar un acuerdo de intercambio de obras de arte.
Junto a la Dama de Elche retornaron, entre otras obras, el cuadro de la Inmaculada Concepción de Murillo, el tesoro de Guarrazar y el Archivo de Simancas.
En junio de 1941 se exhibió por primera vez en el Museo del Prado. Allí estuvo treinta años, hasta que en 1971 viajó hasta el Museo Arqueológico Nacional, lugar donde, actualmente, reina y preside las ocho salas destinadas a la cultura ibérica y se ha convertido en el icono y en el símbolo del propio centro.
El busto de la Dama de Elche ha visitado su ciudad en dos ocasiones, la última en 2006, para inaugurar el Museo Arqueológico y de Historia de Elche. Los ilicitanos han reclamado desde hace años el regreso de su dama, pero el gobierno central y el Museo Arqueológico Nacional han rehusado la petición. En marzo de 2017, la Comisión de Cultura del Senado rechazó la demanda de traslado permanente al Museo Arqueológico Municipal de Elche, con el argumento de que la obra es un bien de dominio público y titularidad estatal.
Documentos RNE, con guión de Antonio Buitrago, penetra en el valor arqueológico de La Dama de Elche y hace un recorrido por su trayectoria, desde su descubrimiento hasta el momento presente. Para ello cuenta con la participación de: Teresa Chapa, catedrática de Prehistoria y directora del Servicio de Arqueometría de la Universidad Complutense de Madrid; Sonia Gutiérrez, directora científica de la Fundación La Alcudia y directora del Instituto de Investigación en Arqueología y patrimonio Histórico de la Universidad de Alicante; y Magdalena Barril, arqueóloga y conservadora del departamento de Protohistoria y Colonizaciones del Museo Arqueológico Nacional.
Documentos RNE se emite los sábados, de 15 a 16 horas, por Radio Nacional.
