Discópolis   Historia discopolita del Jazz 3 28/12/2011 59:22

Tercer capitulo dedicado a la historia discopolita del Jazz. Ediciones académicas previas a la celebración el cinco de enero de 2012 del XXVª aniversario del programa. El habla inglesa distingue entre los términos history y story. El primero es una visión erudita y rigurosa de la Historia; el segundo es una forma más ligera de contar lo mismo, algo así como coloquial pero riguroso. Esta historia discopolita del jazz atiende al segundo concepto. Nuestro castellano no tiene un termino parecido. Bien, pues empezamos bailando con Ivie Anderson cantando en la orquesta de Duke Ellington. Hoy vamos a tratar el Swing, la década de los años 30 del siglo XX. Época de grandes bandas de veinte o mas músicos orientadas hacia el baile distinguido. Nada de tugurios como en Nueva Orleans sino grandes salones de baile y músicos vestidos de etiqueta. El piano de pared ha sido sustituido por un piano gran cola de concierto. Se ha producido una importante migración del Sur al Norte de los Estados Unidos, no solo de músicos de jazz sino de la población en general. Los artistas se asientan en Chicago o Nueva York y surgen temas como Ecos del Harlem o para aquellos que se quedan a mitad de camino por ejemplo en Misuri, el San Luis Blues. Oímos a las orquestas de Fletcher Henderson, Duke Ellington, Louis Armstrong, Bennie Moten (donde estaba Count Basie como pianista), Jimmie Lunceford y acabamos con la de Benny Goodman. Al principio del programa os desvelo el misterio de ayer con la interpretación de Rhapsody in Blue. Al ser la grabación de 1951 no pudo ser interpretada por el propio Gershwin porque este murió en 1937. Además quien tocaba era muy virtuoso; tanto que en realidad eran dos pianistas ni más ni menos: Roy Bargy y Leonard Pennario. Eso sí, la orquesta era la de Paul Whiteman. Hoy os pongo otra versión de la misma maravillosa obra. Os anuncio el rollo de pianola de 1925 del propio Gershwin y lo que sale por antena es otra versión y es que hoy 28 de diciembre es un día muy especial. Sin darme cuenta vuelvo a cometer el error de datar el viaje de García Lorca a Nueva York en 1931 cuando en realidad es año y medio antes. Esto no es culpa de los Inocentes sino del mismo lapsus linguae de ayer. Lo siento de nuevo. Síguenos en Twitter @discopolis3

Discópolis
Más opciones