Octeto para cuerda de Felix Mendelssohn

"Los insectos del planeta están en peligro (y hemos subestimado el riesgo que eso supone)", este es el titular con el que comenzamos la semana en Café Zimmermann, un texto aparecido en "Nature" a través del que recordamos la importancia de la biodiversidad para nuestra propia supervivencia mientras escuchamos "La avispa" para oboe y piano de Benjamin Britten. En "Sinestesias" nos referimos a la coreografía más famosa de uno de los bailarines más virtuosos de todos los tiempos, Vaslav Nijinksy. Se trata de la que creó en 1912 para el "Preludio a la siesta de un fauno" de Claude Debussy en la que el bailarín, mitad fauno, mitad hombre, recreó una escena sexual explícita ante la atónita mirada del público del Chatelet de Paris. En "Cómo se hizo" recordamos una de las obras de juventud más brillantes de Felix Mendelssohn, su "Octeto para cuerda en Mi bemol Mayor, Op. 20" pero antes de analizar brevemente su primer movimiento escuchamos muestras de otras obras del siglo XIX para ocho cuerdas como el "Octeto en do menor, Op. 15a" de Woldemar Bargiel y el "Doble Cuarteto de cuerda en re menor, Op. 65" de Louis Spohr.