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Conmoción en Tailandia, donde llevaban años sin padecer un atentado como el de ayer. Ahora tratan de identificar al sospechoso, y averiguar quién o quiénes están detrás del segundo ataque en Bangkok, grabado por unas cámaras de seguridad. Una granada ha caído en las aguas de un embarcadero, sin que haya habido víctimas. La policía ha rastreado el lugar y los buzos han hallado restos del artefacto en el fondo del canal

Las autoridades tailandesas han elevado a 21 la cifra de muertos en la explosión producida este lunes junto al santuario de Erawan en Bangkok, al tiempo que siguen la pista de un sospechoso de aspecto asiático que fue grabado por cámaras de seguridad poco antes del atentado. En las imágenes, se acerca al lugar con un bulto.

Las autoridades de Malasia han encontrado en el norte del país 28 campos clandestinos con 139 tumbas donde habría los restos de inmigrantes y refugiados víctimas del tráfico de personas, según ha informado este lunes la policía.

Tailandia hizo a principios de mes un hallazgo similar en una campaña de las fuerzas de seguridad contra el tráfico de personas. La operación policial llevó a los traficantes a abandonar a miles de personas en el mar, en su mayoría musulmanes rohinyá que huyen de las persecuciones en Myanmar (la antigua Birmania).

El primer ministro de Malasia, Najib Razak, ha ordenado este jueves a la Armada y el servicio de guardacostas que rescaten a todos los inmigrantes indocumentados y refugiados de Bangladesh y Myanmar que navegan en barcos en aguas malasias. La mayoría de ellos pertenecen a la minoría musulmana de los rohinyás, una de las más perseguidas del mundo.