Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Como en la mayoría de sus otras facetas, Ramón y Cajal miraba la Educación con otros ojos. Su nervio óptico era capaz de traducir sus propuestas originales en planes posibles y realizables. Supo entender que en lo diferente y lo diverso estaba el salto y la integración educativa. Es clave su papel en la puesta en marcha de la Junta para Ampliación de Estudios. El “provinciano desprovisto de valedores”, tal y como él se definía, tuvo que hacer surco y hueco entre la endogamia que había en la Universidad y los planes didácticos de la época. Un reportaje elaborado por Álvaro Bravo de la Guía, incluyendo la producción propia de la ambientación musical.

Participan José Ramón Alonso, neurocientífico, catedrático de Biología Celular y coautor de Cajal: un grito por la Ciencia;Laura López-Mascaraque, neurocientífica e investigadora del CSIC; Enriqueta Lewy, secretaria de Santiago Ramón y Cajal durante la última etapa vital del científico, y Juan Andrés de Carlos, investigador del Instituto Cajal, coautor de Cajal: un grito por la Ciencia y responsable del legado del científico español.

La puerta sobre el entendimiento del sistema nervioso fue empujada por Santiago Ramón y Cajal. Por ese arco han desfilado años y décadas después muchos científicos, pero él abrió la ruta del conocimiento que atraviesa una de las estructuras más complejas del universo. Quedan todavía puertas que cruzar para entender el cerebro, pero Cajal fue pionero en encontrar el picaporte. Reportaje elaborado por Álvaro Bravo de la Guía, incluyendo la producción propia de la ambientación musical. 

Participan José Ramón Alonso, neurocientífico, catedrático de Biología Celular y coautor de Cajal: un grito por la Ciencia;Laura López-Mascaraque, neurocientífica e investigadora del CSIC; Enriqueta Lewy, secretaria de Santiago Ramón y Cajal durante la última etapa vital del científico, y Juan Andrés de Carlos, investigador del Instituto Cajal, coautor de Cajal: un grito por la Ciencia y responsable del legado del científico español.

Santiago Ramón y Cajal era una persona fascinada por la exploración y el conocimiento que siempre buscaba satisfacer su curiosidad para pasar al siguiente episodio. A lo largo de su vida tuvo el poso de su padre como elemento clave para ir llenando el vaso de la sabiduría; el apoyo inestimable de su mujer, o los episodios tan lumínicos con Luis Simarro, cuando por primera vez observó una célula nerviosa impregnada prácticamente en su totalidad gracias al método de Golgi. Reportaje elaborado por Álvaro Bravo de la Guía, incluyendo la producción propia de la ambientación musical.

Participan José Ramón Alonso, neurocientífico, catedrático de Biología Celular y coautor de Cajal: un grito por la Ciencia; Enriqueta Lewy, secretaria de Santiago Ramón y Cajal durante la última etapa vital del científico; testimonios rescatados del archivo de RNE de Plácido González Duarte, alumno de Santiago Ramón y Cajal, y Juan Andrés de Carlos, investigador del Instituto Cajal, coautor de Cajal: un grito por la Ciencia y responsable del legado del científico español.

Santiago Ramón y Cajal, nacido en Petilla de Aragón un primero de mayo de 1852, llegó a ser capaz deconectar un puzzle que nadie antes supo ver delante de los ojos. Interpretó correctamente sus piezas y aportó luz sobre esas conexiones dando como resultado su apuesta por la individualidad de la neurona. El reconocimiento de Cajal es intachable aunque, muchas veces, en España solo lo asociemos a un hospital o colegio bautizados con su nombre. Reportaje elaborado por Álvaro Bravo de la Guía, incluyendo la producción propia de laambientación musical.

Colaboran José Ramón Alonso, neurocientífico, catedrático de Biología Celular y coautor de Cajal: un grito por la Ciencia; Laura López-Mascaraque, neurocientífica e investigadora del CSIC; material sonoro rescatado del archivo de RNE de Teófilo Hernando, médico personal de Ramón y Cajal, al que asistió durante su fallecimiento, y Juan Andrés de Carlos, investigador del Instituto Cajal, coautor de Cajal: un grito por la Ciencia y responsable del legado del científico español.

Hablamos de Concha Espina. La escritora santanderina ha sido la escogida para protagonizar el último encuentro celebrado del Ciclo Españolas por Descubrir, que organiza el Círculo de Orellana en colaboración con el Instituto Cervantes. Encuentros que sirven para reconocer el talento y el valor de muchas mujeres que en su día fueron pioneras y avanzadas, como es el caso de Concha Espina, y aun así, permanecen un tanto olvidadas. Están con nosotros Alfredo Pérez de Armiñán y de la Serna, académico de la Real Academia de Artes de San Fernando, biznieto de Concha Espina, y Leticia Espinosa de los Monteros, presidenta del Círculo de Orellana.

A continuación, también hacemos un recuerdo en nuestras Memorias de ayer con Álvaro Sánchez Palomino, a otra gran personalidad de la cultura española como fue Joaquín Marco, maestro de varias generaciones de filólogos, poeta y crítico literario.

Por las fronteras de Europa

Herta Müller: Todo lo que tengo

Nacida en Nitzkydorf, un pueblo aislado perteneciente a la minoría germanófona de Rumanía, en la región del Banato, la escritora y Premio Nobel de Literatura 2009, Herta Müller, vivió sus primeros años -hasta el comienzo de sus estudios en la Universidad en Timisoara- inmersa en un ambiente claustrofóbico dominado por el miedo y por la idea de pertenecer a un gueto vergonzoso a causa de su colaboracionismo durante la guerra.

Escritora de una personalidad fuera de lo común, de una rara e impactante fuerza poética que impregna la angustiosa y seca densidad de su prosa de forma insistente y obstinada, sus historias e imágenes, de gran potencia, tienen el don de permanecer largo tiempo en la mente del lector. Practicante de una prosa no lineal ni realista al modo convencional, sus narraciones avanzan por fragmentos, a base de pequeños relatos que se integran en panoramas, o pesadillas más generales.

Novelas, como, por ejemplo, En tierras bajas, El hombre es un gran faisán en el mundo, La bestia del corazón, La piel del zorro, Hoy hubiera preferido no encontrarme a mí misma, o como la magnífica Todo lo que tengo lo llevo conmigo, todas ellas publicadas por Siruela, absorben, de manera maniática, martilleante y minuciosa, un rastro casi infinito de detritus, restos, objetos aparentemente sin importancia, pequeños detalles, que aportan en ocasiones más veracidad y autenticidad al drama narrado que cientos de novelas realistas.

Akamasoa, significa “buenos amigos” en lengua malgache, la que se habla en Madagascar, y es también el nombre de la ciudad creada por Pedro Opeka, el misionero argentino que ha construido miles de casas, escuelas, pequeñas empresas y hasta un hospital donde antes solo había basura y desperdicios.

Opeka llegó hace más de 50 años a Madagascar y se quedó “mudo”, relata él, ante tanta pobreza, al ver a miles de familias viviendo en un gigantesco vertedero. Y esas familias son las que hoy han recuperado la dignidad. Muchos de los niños que él conoció entre la basura se han convertido en profesores o médicos.

Pedro Opeka ha sido nominado este año al Premio Nobel de la Paz junto al movimiento Black Lives Matter, la OMS o la activista climática Greta Thunberg.

Para saber más sobre la actividad de Pedro Opeka:

https://www.madagascar-association.fr/akamasoa/

El periodista y escritor Albert Camus tiene una extensa obra en la que también ha reflejado sus raíces españolas. Como ejemplo, su libro La Peste ha sido uno de los más leídos durante el confinamiento. En la noche de la verdad, se recogen los textos más destacados de Camus en los que aborda la defensa de la libertad y de la justicia. 61 años después de su muerte, los escritos y artículos de Camus siguen siendo referente en Europa. Foto: Efe

Santiago Ramón y Cajal, el mejor científico español de todos los tiempos y una de las figuras más relevantes de la Historia de la Ciencia, es sin duda reconocido por ganar el Premio Nobel, pero también se preocupó de que la ciencia española tuviese un sitio importante en el mundo cuando puso en marcha la Junta para Ampliación de Estudios. El Cajal como gestor educativo logró muchas cosas, aunque a veces este punto es más olvidado. 

Humanista, docente, fotógrafo o pintor son otras facetas destacadas del padre de la neurociencia. Su legado, compuesto de todas estas perspectivas, sigue en gran parte encerrado, durante más de tres décadas, esperando a tener un museo a la altura de una de las mentes más brillantes de la humanidad. Mientras ese lugar llega, el Museo de Ciencias Naturales otorga un hueco al obrero de laboratorio.

En este reportaje en forma de rapÁlvaro Bravo habla con Laura López-Mascaraque, neurocientífica del Instituto Cajal; Juan Andrés de Carlos, neurocientífico y responsable del Legado Cajal; y José Ramón Alonso, neurocientífico y catedrático de Biología celular. Estos dos últimos son también autores del libro 'Cajal. Un grito por la Ciencia'. Además, cuenta con testimonios únicos de grabaciones de los años treinta al científico español, reflexiones de Enriqueta 'Ketty' Lewy, secretaria personal en los últimos años de vida de Cajal, o las vivencias de Teófilo Hernando, el médico personal de Cajal hasta el momento de su muerte el 17 de octubre de 1934.

Los economistas Paul R. Milgrom, de 72 años, y Robert B. Wilson, de 83 años, han sido los ganadores del Premio Nobel de Economía 2020 por las "mejoras en la teoría de subastas e invenciones de nuevos formatos de subastas". Ambos son vecinos y eso ha permitido que Milgrom se enterara del galardón porque en Suecia no tenían su teléfono. Tanto Wilson como su esposa se acercaron a su casa para darle la buena noticia.