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Hoy, en Por tres razones, nos preguntamos cuáles son las condiciones que se deben cumplir para que una persona que viene desde Afganistán pueda residir como refugiado en nuestro país. 

Contamos con la presencia de Rita Grané, directora de la ONG Punt de Referència, una asociación que se dedica al acompañamiento de jóvenes extutelados para intentar que se incorporen a la vida adulta con más oportunidades. Rita nos explica por qué ahora mismo, las personas que viajan desde Afganistán, no tienen la posibilidad de solicitar ni recibir acogida en casas del Estado. En primer lugar, quienes llegan a España desde otros países, deben pedir y obtener el estatuto de refugiado o de asilo, lo que implica gestiones como el permiso de residencia.

La ONG barcelonesa Punt de Referència, realiza un acompañamiento de un tramo máximo de año y medio, trabajando para que en este tiempo se puedan cumplir las condiciones necesarias para tramitar la acogida. Bea Gomis y Ferrán Espinós, familia acogedora, también hablan hoy para explicarnos cómo se puede realizar la acogida y lo que implica compartir experiencias y hogar con personas que provienen de otros países en busca de asilo.

María Jesús Vega, portavoz en España de ACNUR, dice que aunque la situación es distinta a la de la llamada crisis de refugiados de 2015, la clave es que haya un compromiso firme de apoyo a la situación de Afganistán, tanto para ayudar a quienes se han quedado dentro, como los que han salido a países limítrofes. ACNUR dice que es clave que se dejen las fronteras abiertas y tener claro que todo el mundo debe colaborar: “El mensaje es para todos, los países limítrofes y todos los de la UE. Permitir el acceso al asilo salva vidas”. Otro de los focos, asegura Vega, debe estar dentro del país, donde millones de personas corren peligro por no tener ni seguridad ni lo más básico para vivir.

Los últimos soldados estadounidenses han salido del país. La misión internacional en Afganistán ha terminado y los talibanes están de vuelta en el poder. Es el fin de una era. Miles de personas que querían salir siguen al otro lado de las fronteras afganas sin saber qué pasará con ellos. Las ONG dicen que a partir de hoy será prácticamente imposible llevar ayuda humanitaria a Afganistán, porque no tiene instituciones. Aunque los talibanes les han pedido que se queden, recuerdan que no tienen material, solo aquel que consiguieron pasar antes de que empezara todo hace más de dos semanas. La economía está paralizada, los bancos siguen cerrados y la mayoría de la población está confundida. Informa Santiago Barnuevo

A la gran mayoría de los evacuados afganos les espera una nueva vida a 6.000 kilómetros de su país. La mayoría tiene intención de pedir asilo y, si todos los trámites van bien,  en seis meses tendrán el estátus y ayuda económica de dieciocho meses para, por ejemplo, alquilar su propia vivienda. Alba Urrutia ha hablado con organizaciones como CEAR CEPAIM Valladolid para conocer cómo es el proceso.

Javier Baeza, presidente de la Asociación Coordinadora de Barrios para el seguimiento de menores y jóvenes, reconoce alivio tras el auto emitido ayer por el juzgado de Ceuta pero, añade, “con la intranquilidad de si esta suspensión cautelar respecto a un grupillo de pequeñajos, el Gobierno de la nación y de la ciudad lo va a extender al resto, a más de 7 centenares”. Tras la decisión judicial, Baeza plantea: “Habría que suspender todas las devoluciones de niños sin entrar en la manera o el por qué llegan a nuestro país”. Cree que todo el proceso se hizo “con nocturnidad y alevosía” y culpa directamente al ministro de Interior. Ante el argumento de que llegaron muchos de golpe, responde: “Los DDHH no pueden depender del número de personas a quien le afectan. Poner el énfasis en el número de niños que han entrado, cuando menos es un poco ruin”. Ante el encuentro de hoy entre Sánchez y el presidente Ceutí espera que se decida ofrecer a los niños la posibilidad de “soñar un futuro mejor” y argumenta que huyen de realidades muy complicadas: “Estos niños no vienen jugando. Muchos están perseguidos, no tienen familia, llevan una vida empobrecida”.

Luna Blanca es una de las ONG que trabaja en Ceuta. Antes ayudaba a 120 familias. Tras la crisis de mayo ha pasado a alimentar a unas 1.300 personas cada día. Dice su responsable que no estaban preparados y que siguen sin estarlo, porque la situación no mejora. Esta semana, cuentan, se han escapados muchos más niños de las naves donde están acogidos los menores. Hamed es uno de ellos. Dice que ha encontrado ayuda aquí y con algún vecino. No quiere volver a Marruecos. Allí estuvo 3 años viviendo en la calle. Informa Juan Coca

Las devoluciones de menores de Ceuta a Marruecos siguen paralizadas a la espera de la decisión judicial. En una organización donde les ofrece comida, Luna Blanca, llegan a atender a más de un centenar de estos menores.

Algunos de ellos viven en el cementerio o en el puerto, a un paso más cerca de esos barcos que podrían llevarlos a la península. Cuentan a TVE que se han escapado del Centro de Santa Amelia y que allí había unos 200 niños y adolescentes cuando comenzaron las repatriaciones, pero que ahora la mayoría han huido. Pasan frío y también hambre, pero no quieren arriesgarse a volver a Marruecos. Foto: EFE

En Ceuta, solo la ONG Luna Blanca se ocupa de los menores marroquíes que viven en la calle, niños que se fugaron de centros temporales de acogida por el miedo de la repatriación a Marruecos. Esta organización ha pasado de dar comida a 120 personas, a atender a 1.300 cada dia. La situación inquieta a los vecinos y se sienten, dicen, abandonados. Informa el enviado especial Juan Coca.

Sobre el terreno, las ONG piden que la evacuación se haga de forma conjunta, en una lista unificada, para que se aproveche al máximo la capacidad de los aviones, ante el deterioro constante de la situación en la capital afgana. Es el caso de Human Rights Watch, que comprende la dificultad de la situación, pero pide un proceso conjunto y critica a países como Estados Unidos o Alemania, que no completan los pasajes. Informa Isabel Dólera.

En el Día Mundial contra la Trata de Personas, queremos conocer la situación en países como La India, donde la grave crisis económica, la falta de escuela y la orfandad de muchos niños por la pandemia han provocado un aumento del tráfico de personas, ya que las familias empobrecidas son engañadas por las mafias. De todo ello hablamos con Ramón Álvarez Basterrechea, coordinador del departamento de Asia de Manos Unidas.

Desde 2014 la legislación europea establece un régimen gratuito de cuentas de pago básicas para personas en situación de vulnerabilidad o con riesgo de exclusión financiera. Sin embargo, las personas migrantes y solicitantes de asilo encuentran muchas barreras para abrir una cuenta. Las ONG han registrado más de 200 irregularidades desde 2019. Las consecuencias de no tener una cuenta bancaria agravan aun más su exclusión social. Es el caso de Salif, de Guinea Conakri. Nos cuenta su historia Minerva Oso