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Charlamos sobre la propuesta de regulación del "derecho a morir" que el gobierno holandés ha presentado hace unos días en su parlamento. Dicha propuesta contempla la posibilidad de ayudar a morir a todas aquellas personas mayores que consideren que han vivido ya suficiente. La gran particularidad es que, a diferencia de la eutanasia, aquellos que lo soliciten no tienen por qué padecer ninguna enfermedad grave o terminal. ¿Tenemos derecho a cansarnos de vivir? ¿Qué respuesta debemos dar en estos casos? ¿Esta ley es la solución o deberíamos buscar otras alternativas?

Holanda legalizó la eutanasia en 2002 y sólo el año pasado se aplicó en más de 5.000 casos. Catorce años después de esta normativa, Holanda quiere ir un paso más allá y regular el suicidio asistido para los ancianos que consideren que ya han vivido demasiado. Los ministros de Sanidad y Justicia indican en una propuesta que han enviado al Parlamento que no hay salida para quienes no desean vivir, y es legítimo que reclamen ayuda.

Holanda fue el primer país europeo que legalizó la eutanasia; después lo han hecho Bélgica y Luxemburgo. Dos médicos deben confirmar que no hay alternativas para el enfermo ni posibilidades de mejora y que su sufrimiento es insoportable. Pueden solicitarla los mayores de 12 años. Sólo el año pasado recurrieron a ella 5.516 personas, casi el 4% de los fallecidos en el país. Más del 70% tenían cáncer. Los defensores del suicidio asistido, como la Asociación para el Fin Voluntario de la Vida, sostienen que para quienes se han cansado de vivir es una solución frente a medidas drásticas, como dejar de comer y beber. Pero otros interpretan que se está enviando a las personas mayores el mensaje de que sobran, lo que puede aumentar su ansiedad.

Paralímpicos Río 2016

El deporte como refugio al dolor

  • Marieke Vervoort anuncia que pedirá la eutanasia después de Río 2016
  • Le diagnosticaron una enfermedad degenerativa a los 15 años
  • Es la actual campeona del mundo de T52 en 100, 200 y 400 metros

Hablamos del suicidio asistido a propósito del caso de una mujer de Avilés que requirió la ayuda de la Asociación Derecho a una Muerte Digna para quitarse la vida porque su sufrimiento era insoportable. Quienes atendieron su demanda se enfrentaban a una pena de seis años de cárcel, pero finalmente no ingresarán en prisión porque han llegado a un acuerdo con la Fiscalía. Sin embargo, el debate sigue ahí. Hablamos de ello con Carlos Barra, médico y miembro de la Asociación Federal Derecho a una Muerte Digna (24/05/16).

  • España vuelta y vuelta analiza también la eutanasia y los cuidados paliativos
  • Desde el punto de vista médico, jurídico, filosófico y ético

Hasta los 51 años Inmaculada no vio cumplido su deseo. Una distrofia muscular la mantuvo postrada en una cama desde los once. En 2006 solicitó a la Junta de Andalucía que le retirasen el respirador, lo que provocó una gran polémica. Un año después,  fallecía sin dolor. Es solo uno de los casos polémicos sobre peticiones de muerte digna que han saltado a los medios en España y en el mundo. 

Los padres piden que los médicos interrumpan la vida de su hija Andrea, de 12 años, hospitalizada desde hace cuatro meses con una enfermedad neurodegenerativa irreversible. Aseguran que la niña no admite la alimentación artificial. El comité de bioética asistencial avala interrumpirle la alimentación. Lo dice en un informe solicitado por el servicio de pediatría del hospital, que, sin embargo, ha decidido continuar alimentando a la niña. La dirección del Hospital asegura que cumple con la legalidad, y señala que ese informe no es vinculante. 

Una polémica decisión judicial autoriza que se pueda desconectar a Vincent Lambert, un ciudadano francés en coma desde hace 7 años. Para el Tribunal, dejarle morir no viola su derecho a la vida. Lambert quedo tetrapléjico y en coma en 2008 tras un accidente de tráfico. Pero hay disparidad de opiniones por un lado su mujer, alguno de sus hermanos y el equipo médico son partidarios de desconectarle. Pero por otro lado sus padres y dos de sus hermanos no están de acuerdo aunque Estrasburgo no les da la razón.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha resuelto dejar  morir al tetrapléjico francés en estado vegetativo Vincent Lambert porque según se dice en el fallo no viola su derecho a la vida.  La corte da así la razón a la esposa y a varios hermanos de Lambert, partidarios de que el enfermo sea desconectado de los aparatos que le mantienen con vida. El tribunal rechaza la petición de sus padres y otros dos de sus hermanos que recurrieron en Estrasburgo la decisión del Consejo de Estado, máxima instancia administrativa de Francia, que autorizó en 2014 a dejar de mantener artificialmente la vida de Lambert.