En Francia los resultados de las elecciones legislativas dejan un panorama complicado. La alianza de los dos grandes grupos contra la ultraderecha ha quedado atrás, y ahora lo difícil será llegar a un acuerdo que permita formar un Gobierno. En la Asamblea Nacional muchos de los elegidos ya han recogido su acta de diputado. Entre ellos el ministro en funciones del Interior, Gerald Darmanin, partidario de un nuevo Gobierno de coalición con todo el arco republicano, pero sin la izquierda radical, ni con la ultraderecha Agrupación Nacional, ha dicho. Tampoco Francia Insumisa quiere sumar con los macronistas e insiste en que el Ejecutivo tiene que ser del Nuevo Frente Popular, para poner en marcha el programa pactado, ha dicho Manuel Bompard, de Francia Insumisa.
A la dificultad de que las tres formaciones estén lejos de la mayoría absoluta para hacer un Gobierno fuerte, se añade que insumisos, socialistas, verdes y comunistas, que formaron el Nuevo Frente Popular, deben decidir un candidato. El mismo Jean-Luc Mélenchon divide a su partido Francia Insumisa ante la posibilidad de que pudiera ser él. La dirigente de los ecologistas habla de que en una semana presentarán un candidato de consenso.
Desde la extrema derecha, Jordan Bardella ha reconocido errores a la hora de designar algunos candidatos controvertidos por declaraciones racistas, y asegura que la victoria tan solo se ha retrasado. Han quedado relegados a tercera fuerza, pero nunca habían tenido tantos diputados, 143. Es la formación que más ha subido en apoyos desde las últimas legislativas de 2022, seis millones y medio más de votos. Así las cosas, de momento el presidente Emmanuel Macron ha rechazado la dimisión del primer ministro Gabriel Attal y ha pedido esperar al 18 de julio cuando se constituya la Asamblea Nacional para hablar del próximo gobierno.
