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Corea del Norte ha lanzado este viernes un nuevo misil de alcance intermedio "en dirección este", que ha sobrevolado la isla japonesa de Hokkaido, según apunta la televisión nipona NHK y ha caído en aguas del Pacífico, a 2.000 kilómetros del este de Cabo Erimo, en Hokkaido.

Según ha informado el servicio militar de Corea del Sur, el misil ha alcanzado una altura de 770 kilómetros y ha recorrido una distancia de 3.700 kilómetros. Washington ha confirmado que no ha supuesto ninguna amenaza sobre la isla de Guam, donde el país tiene base militar y que ha sido amenazada en varias ocasiones por Kim Jong-un.

Estados Unidos, que ha detectado y analizado el proyectil junto con Seúl, ha informado de que se trata de un arma de alcance intermedio, y el ministro de Exteriores nipón afirma que, por la naturaleza del fuego, podría ser un misil intercontinental. El cohete ha pasado por la isla a las 06:57 hora local y ha impactado en el océano a las 07:16 hora local (00:16 hora peninsular).

Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU ha convocado una reunión de emergencia este viernes a las 21:00 horas a petición de Estados Unidos y Japón para debatir la nueva provocación del régimen norcoreano, que el lunes fue sancionado con la unanimidad de sus 15 miembros.

Los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU han votado a favor de sancionar al régimen de Pyongyang. Entre las sanciones, la limitación de la venta de petróleo al país y el veto a la compra de productos textiles norcoreanos.

El líder norcoreanoKim Jong-un, ha calificado de "gran victoria" la sexta prueba nuclear realizada por su país el pasado domingo y ha alabado la labor de los funcionarios y expertos que la llevaron a cabo, según informa la agencia estatal KCNA.
Durante un banquete celebrado aparentemente este sábado en Pyongyang coincidiendo con el 69º aniversario de la fundación de Corea del Norte, Kim ha asegurado que el ensayo nuclear fue una "gran victoria ganada por el pueblo coreano a costa de su sangre".
El pasado 3 de septiembre, el Ejército norcoreano llevó a cabo su sexto y más potente ensayo nuclear con una bomba de hidrógeno que desató una fuerte condena de la comunidad internacional y ha elevado aún más la tensión en la región.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg ha dicho este domingo en una entrevista concedida a la BBC que Corea del Norte es una amenaza global y requiere una respuesta global.
El máximo responsable de las Alianza Atlántica ha calificado el comportamiento de Corea del Norte de "imprudente" y ha abogado por una solución pacífica del conflicto.
Este lunes el Consejo de Seguridad de la ONU estudiará un nuevo paquete de sanciones contra el régimen. Su líder, Kim Jong-Um ha calificado de "éxito perfecto" la prueba nuclear del pasado día 3 y agasajó a los científicos que la llevaron a cabo con una fiesta.

Corea del Sur ha completado este jueves el despliegue del sistema antimisiles facilitado por Estados Unidos para hacer frente a la amenaza del Norte tras su última prueba nuclear. Seúl ha instalado este jueves cuatro lanzaderas del sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD en sus siglas en inglés), que se suman a las dos ya instaladas con anterioridad. El Gobierno surcoreano ha asegurado que el despliegue es "provisional".

"La batería estará operativa tan pronto como EE.UU. finalice sus procedimientos internos", ha declarado el portavoz de Defensa, Moon Sang-gyun, en una rueda de prensa recogida por la agencia Yonhap. El primer ministro surcoreano, Lee Nak-yon, ha admitido que se trata de una decisión "difícil" pero "inevitable, para proteger a la población en respuesta a la sofisticación del programa nuclear y de misiles norcoreano", informa Efe. El despliegue ha provocado una protesta de activistas y habitantes de pueblos cercanos. La Policía antidisturbios ha cargado contra unos 300 manifestantes que intentaban cortar el paso a los camiones militares, y 30 de ellos han resultado heridos.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha vuelto a reflejar este lunes las diferencias existentes en la comunidad internacional a la hora de afrontar los ensayos nucleares de Corea del Norte: mientras Estados Unidos avisaba de que el régimen de Kim Jong-un está "implorando una guerra" y reclamaba sanciones más duras para frenarle, China y Rusia pedían mantener la "cabeza fría" y, aunque han condenado la deriva norcoreana, apostaban por el diálogo para desactivar la tensión en la península.