Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Plena guerra de Afganistán y un general confiesa "No sabíamos qué estábamos haciendo". "No había ninguna estrategia", alerta un funcionario. "Las cifras siempre se manipulaban", cuenta otro. Una agencia federal los entrevistó, habló con cientos de militares, diplomáticos y asesores para entender qué fallaba en Afganistán.

[Especial: 20 aniversario del 11-S]

FOTO: Una bandera estadounidense cuelga de la fachada del Pentágono durante los actos en memoria del 20 aniversario del 11-S. REUTERS/Al Drago.

En un parque de Kabul, la preocupación es sobrevivirMás de 200 familias viven con lo puesto, huyeron cuando avanzaba la ofensiva de los talibanes que finalmente les llevó a tomar Kabul. Hoy están sin futuro, sin ayuda y con quienes les amenazaban, en el poder.

Islamudin, de 42 años trabajaba de policía para el anterior gobierno y resultó herido en Humruz. "No tenemos agua ni techo, nadie nos presta ayuda", se lamenta.

Expolicías, exmilitares, civiles que huían de los combates: el parque es un cajón de sastre.

Bibigol vino de la provincia de Tajar. Usaba burka antes de la llegada de los talibanes, pero el nuevo régimen le da pavor. "Los niños enferman, no tenemos medicamentos", se queja esta madre de cinco hijos.

Poco después de la entrevista una patrulla de talibanes irrumpe en el parque. Piden nuestros permisos, se los mostramos, pero aun así nos echan. Y nos advierten: que sea la última vez que firmamos a las mujeres.

Foto: EFE/EPA

Nuestro país ha tenido un papel activo en la evaciación de los colaboradores afganos tras la caída de Kabul y se ha convertido en punto de acogida. Una maniobra que ha gustado a la mayoría de la población, un 48% que considera que el Gobierno ha estado a la altura, frente al 38% que opina lo contrario. Es la conclusión de un estudio de Metroscopia, que realizó más de un millar de entrevistas entre el 2 y el 2 de septiembre. Su director general, Andrés Medina, lo ha explicado en Las Mañanas de RNELas Mañanas de RNE.

"El Gobierno no ha salido debilitado con su actuación", ha concluído, aunque sí lo ha hecho ligeramente la opinión sobre la oposición. 8 de cada 10 españoles no han visto adecuado su proceder, también dentro de sus propios votantes. En términos de opinión pública, ha añadido Medina, el Ejecutivo "se siente más cómodo en aguas internacionales".

En referencia a la acogida de los refugiados, en general, la población "apenas muestra rechazo [...], solo el 18% cree que el número actual de acogidas estén siendo excesivas". Medida ha destacado que son los votantes con enfoques radicalmente diferentes, difieren en su opinión sobre este tema: "Más de la mitad de los votantes de Unidas Podemos consideran que España está acogiendo demasiado pocos, [...] por otra parte más de la mitad de los votantes de Vox considera que son demasiados".

Los españoles enfrentan el próximo curso con una mezcla entre alivio y peocupación. 3 de cada 4 españoles consideran que lo peor ha pasado, una aparente sensación de alivio que convive con la resignación, ha señalado, aunque la mayoría no ven cerca el final de la pandemia "y que habrá que esperar al menos un año más". A pesar de ello, el 80% cree que el tiempo que se abre ahora es positivo, aunque solo 1 de cada 3 lo afronta con ilusión.

Entrevistamos a Ignacio Casares, el jefe de la subdelegación del Comité Internacional de Cruz Roja en Kandahar, en el sureste del Afganistán y el feudo de los talibanes en el país. Con él hablamos de las condiciones de trabajo de las organizaciones humanitarias y de las relaciones con el nuevo régimen de Kabul. 

Un equipo de TVE, con el enviado especial Luis Pérez, se encuentra ya en Kabul, capital de Afganistán. Han llegado desde Jalalabad, donde el caos típico del centro de la ciudada daba un aire de normalidad.

Sin embargo, en el principal núcleo urbano del este de Afganistán, los detalles cuentan. Hay poquísimas mujeres en la calle y todas con burqa. Los niños intentan ganarse la vida vendiendo banderas del Emirato, pero ni siquiera los milicanos las compran. Los talibanes se pasean con vehículos arrebatadasos a la policía, el Ejército afgano e incluso del estadounidense.

La ruta de Jalalabad a Kabul está plagada de controles militares. Los talibanes revisan sin mucho orden ni entusiasmo los coches, no hay interrogatorios profundos. La presencia de talibanes armados aumenta según se avanza hacia Kabul. 180 km y 5 horas después, otro control da la bienvenida a quienes cruzan las puertas de la capital de lo que hoy es el Emirato Islámico de Afganistán.

Los talibanes insisten en que el país va a ofrecer seguridad, orden y estabilidad, y que no van a alojar a terroristas. Buscan el reconocimiento internacional para recibir la ayuda humanitaria que recibía el anterior gobierno, y que ahora está paralizada. La ONU advierte que el 97% de la población se expone a la pobreza a mediados de 2022 si la actual crisis no se supera.

Foto: Controles de los talibanes en Kabul. EFE/EPA/Colaborador

Un equipo de TVE, con el enviado especial Luis Pérez, ha entrado en al Afganistán de los talibanes tras un largo viaje desde Pakistán.

Las guardia talibán y paquistaní están separadas apenas cuatro metros en el paso fronterizo de Torkham, donde la bandera del Emirato ondea desde hace tres semanas. Es el final del territorio Pakistan e inicio del Emirato Islámico de Afganistán. El movimiento de camiones de mercancías contrasta con las familias afganas que quieren huir y que llevan días chocando con la negativa de Pakistán. Islamabad no quiere un refugiado afgano más al otro lado de la frontera.

Para llegar al Emirato hace falta un salvoconducto de los talibanes. Para que el equipo de TVE pudiera rodar, hizo falta una larga conversación a media tarde con los mandos de la zona. "El pueblo de Afganistán y la comunidad internacional pueden esperar seguridad y orden del nuevo gobierno", afirma tajante el jefe de las tropas de frontera. 20 años después de ser desalojados del poder por la invasión de Estados Unidos, no quieren cometer los mismos errores. Asegura que Afganistán no será otra vez refugio de grupos terroristas.

Sobre la situación de la mujer, se remite a la sharia, la ley islámica. "Sus derechos están protegidos", asegura, así que todo depende, para variar, de la interpretación que hagan los talibanes.

Foto: Paso fronterizo de Torkham. REUTERS/Gibran Peshimam

Muchos de los miembros del gobierno anunciado por los talibanes en Afganistán, así como el propio fundador de los talibanes, el Mulá Omar, se formaron en la escuela coránica de Haqqaniya, en Pakistán, en la que ha entrado un equipo de televisión española y el enviado especial Óscar Mijallo. 

Hamid ul Haqqani es el rector de esta madrasa, situada a 50 km de Peshawar, y considerada el centro de formación religioso más importante de Pakistán y de buena parte de Asia. "El Islam no es terrorismo", asegura Ul Haqqani. 

Unos 2.000 alumnos estudian el Corán, la jurisprudencia islámica y el hadith, las conversaciones de Mahoma, para obtener un titular superior equivalente a un máster académico.

Antes de caer, el depuesto gobierno afgano había pedido su cierre y la calificó como "la universidad de la yihad", por formar talibanes para luchar en Afganistán.

Foto: TVE

A pocas horas de que comience el juicio por los atentados de París en 2015, y que sentará en el banquillo al único autor material que queda con vida, Salah Abdeslam, y 19 cómplices. Las mañanas de RNE ha hablado con Fernando Reinares, investigador principal y director del Programa sobre Radicalización Violenta y Terrorismo Global del Real Instituto Elcano, que ha asegurado que hoy "Francia ha hecho algunos ajustes, todavía muy limitados, a una serie de fallos de seguridad que resultaron evidentes" no sólo dentro de sus fronteras, "sino también en otros países europeos". El experto ha recordado que los atentados, llevados a cabo hace 6 años, "solamente son una de las posibles manifestaciones de la amenza que plantea el terrorismo yihadista". En su opinión, hay tres tipos de posibles acciones, como son "la actuación de individuos a modo de actores solitarios", los "atentados de células inspiradas o que mantienen algún tipo de enlace con su organización de referencia" y, por último, los atentados, "que suelen ser los más letales", en los que interviene "el mando de operaciones externas de una organización asentada fuera de Europa occidental". Además, ha avisado de las posibles consecuencias para la seguridad global de la macabra competición entre Al Qaeda, con el respaldo del Gobierno talibán en Afganistán, y el Estado Islámico por conseguir un atentado de magnitud en Europa occidental.