¿Cómo murió Paco Rabal? El trágico final de un actor "de raza"

• Su muerte ocurrió de forma inesperada, durante un vuelo con destino a Madrid
• Casado con Asunción Balaguer siempre tuvo fama de mujeriego
• Carlos Saura le eligió para protagonizar Goya en Burdeos (1999)

El actor Francisco Rabal (1926-2001)

Francisco Rabal fue un actor de raza, con un talento innato que desparramó en algunas de las películas más memorables de nuestro cine. Referente para los actores y actrices de generaciones posteriores, el protagonista de Los santos inocentes, poseía una calidad interpretativa difícil de igualar. La noticia de su muerte, un 29 de agosto de 2001, llegó de forma inesperada. Ocurrió durante un vuelo de regreso a España, país al que no pudo llegar con vida.

El actor llevaba varios días en la ciudad canadiense de Montreal, el mismo lugar al que uno años antes había viajado para recoger el premio a la mejor interpretación masculina por su papel en El hombre que perdió su sombra, de Alain Tanner. Sin embargo, aquel vuelo destino Madrid jamás le llevaría a casa. Tras realizar una escala en el aeropuerto de Londres, en pleno vuelo, Rabal, que padecía desde hacía tiempo una bronquitis crónica, se asfixió en el momento de la presurización del avión.

Uno de los pasajeros que viajaba en el avión era médico y Rabal pudo ser atendido a bordo, de inmediato. Pero todo ocurrió demasido rápido. Su esposa, Asunción Balaguer, estaba a su lado en el momento en el que ocurrió todo. El piloto del avión decidió hacer una parada de emergencias en Burdeos, a muy poco para su llegada a España. Sin embargo, cuando el avión toco suelo francés, el actor de 75 años yano tenía pulso. Un enfisema pulmonar había terminado con su vida.

Paco Rabal en un hospital

Los santos inocentes (Mario Camus, 1984)

Si hubo una película que destaca en su trayectoria es Los santos inocentes, adaptación de Mario Camus de la obra literaria de Miguel Delibes. Interpretar a Azarías le reportó un reconocimiento unánime y por el que obtuvo el premio de interpretación del Festival de Cannes en 1984, galardón que compartía con su compañero de largometraje, Alfredo Landa. Algo que no le haría especial ilusión y menos después de la polémica que hubo con los créditos en el cartel.

Y es que el ego de Paco Rabal pesaba mucho y no quería permitir que el nombre de Alfredo Landa fuera antes que el suyo. No sabemos si fue gracias a la amenaza de su mujer Asunción, que le dijo que hacía la película o se separaban, o porque Rabal entró en razón, pero finalmente grabó la película. Algo que seguro agradecería más tarde al ver lo que supuso su interpretración en esa película para otros actores.

Cuando se metió en la piel de Goya

En 1999, en una de sus últimas películas, Rabal se pusó a las órdenes de Carlos Saura para interpertar al pintor aragonés más universal de España. Goya en Burdeos, una película que puede verse en RTVE Play, es un cuadro preciosista y poético de la vida y pintura del genio Francisco de Goya, al que da vida un magistral Francisco Rabal. Su trabajo fue reconocido con un Premio Goya. José Coronado es el encargado de interpretar al artista en la juventud.

Pero la cinta se centra en la vida de un Goya crepuscular y dió la oportunidad a Rabal de lucirse en su último papel protagonista. La historia nos lleva hasta el exilio del pintor en Burdeos, ya cerca de su muerte, cuando tenía 82 años. En ese ocaso de su vida, Goya (Francisco Rabal) reconstruye para su hija Rosario (Dafne Fernández) los acontecimientos que marcaron su vida.

Un gran actor, peor marido

Otro de sus grandes éxitos lo obtuvo con su papel en ¡Átame! de Pedro Almodóvar, por el que fue nominado al Goya de mejor actor de reparto. En el plano personal, sin embargo, hay muchas sombras. Era un actor brillante y un gran compañero, pero la relación con Asunción Balaguer, junto a él hasta su muerte, siembre está envuelta en polémica.

Paco Rabal junto a su mujer, Asunción Balaguer, recibe La Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo

Paco le pidió renunciar a su trabajo como actriz para dedicarse a él y a sus hijos, y Asunción se acostumbró a ver a su marido escaparse de casa para ir de fiesta y no regresar hasta la mañana siguiente. Con quien pasaba la noche y donde era un misterio para ella, pero siempre dijo que “Paco le dejaba miguitas para que entendiera”. Aunque ella misma a veces no quería entender. La libertad de Paco ensombreció a Asunción, así lo contaba en Lazos de Sangre, donde se descumbre todas las facetas del actor.