Sinopsis
Rafael y José Luis intentan que Adriana reaccione después de caer desmayada, y tras ayudarla a sentarse, el patriarca de los Gálvez de Aguirre insiste en que un galeno reconozca a su nuera. Sin embargo, la joven dice que ha sido un simple mareo, y que se encuentra bien, que mañana puede hacerle la revisión si lo cree oportuno, pero que ahora mismo solo necesita calma. El heredero de Valle Salvaje acompaña a sus aposentos a la embarazada, mientras que el duque se dirige hacia Victoria.
"No se te ve demasiado preocupada por el estado de salud de tu sobrina", le dice a su mujer, que alega que la implicada tampoco lo estaba. Es en ese momento cuando José Luis vuelve a lanzar otra amenaza sobre su esposa: "Vuelve a alterarla de esa manera y te las verás conmigo. El hijo de Julio está creciendo en su vientre, por el amor de Dios. ¿A caso quieres que se malogre? Adriana necesita tranquilidad, ¿te ves capaz de procurársela mordiéndote la lengua o voy pidiendo que te busquen una alcoba en la posada del pueblo?".
Ante esta declaración de intenciones, a Victoria se le hace un nudo en la garganta, incapaz de responder a su marido que insiste: "¿Te vas a comportar, sí o no? Después de lo que ha ocurrido con Úrsula no sé cómo te atreves a seguir desafiándome. Deberías agachar la cabeza y obedecer cualquier orden que te dé. Ni una más Victoria, no voy a permitirte ni una más. Como a Adriana le pase algo, no vas a tener valle donde esconderte".
