Proteger la naturaleza

El 30 de abril de 2008 el cadáver de Lucía Garrido aparece en la piscina de Los Naranjos, la finca de Alhaurín de la Torre (Málaga) en la que vivía y cuya propiedad seguía compartiendo con su expareja, Manuel Alonso. Trece años después aún no se ha podido determinar quién o quiénes la asesinaron. La hermana de la víctima, Rosa Garrido, reconstruye los últimos años de la vida de Lucía desde que conoció a Alonso. La pareja tuvo una hija, levantó una vivienda en la finca e inició una actividad económica en su interior: un criadero de perros que pronto se amplió a centro de recogida de animales exóticos. El ex guardia civil Ignacio Carrasco, como agente del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), acudió a esa finca en diferentes ocasiones dado que era el lugar autorizado para depositar los animales exóticos decomisados en la provincia. Pero la finca también era uno de los vértices de la relación triangular entre el superior de Carrasco, el gerente de una empresa de gases refrigerantes y Alonso.