Un poeta en París - Caballos galopantes en la poesía

Mario García Obrero sabe lo importantes que son los símbolos en la poesía y en la vida. Hoy hablamos con él de un animal, dice, tremendamente poético que nos presenta con los versos del poeta galego Darío Xohán Cabana, el caballo. Pero, si abundan caballos en la poesía, en Lorca es ya casi una plaga maravillosa y tremendamente poliédrica, describe Obrero. Si nos fijamos en distintos caballos lorquianos, vemos que un mismo símbolo puede ser una cosa y, a la vez, su contraria. Leemos algunos fragmentos de "Poeta en Nueva York".
Recordamos la fecunda tradición equina en la copla y en el cante flamenco más tradicional en las voces de Lola Flores, Estrellita Castro o Joselito. Escuchamos el poema "Canço del Lladre" de Ada Salas, autora fundamental de la poesía actual española. La poesía puede entenderse, confiesa nuestro poeta en París, como ese momento en que el caballo galopante, en su carrera (que no se sabe si es de escape, de llegada, de avance, de retroceso), posa tu mirada sobre la tuya. Es entonces la poesía una captura precisa de la gran carrera infinita de nuestras vidas ligadas, mezcladas, con otros caballos y yeguas en marcha. Leemos algunos de los versos de los los niños poetas del grupo 6ºA del Colegio Público Seseña y Benavente de Getafe y conocemos su trabajo sobre caballos, jinetes y versos. Terminamos con los caballos que pinta, escribe y colorea Juan Carlos Mestre y para despedirnos, acompañamos al poeta brasileño Lêdo Ivo por su maravilloso "Cavalo Morto".