Bienvenid@s a un bosque sembrado de nuevos relatos que son semillas en fase de germinación y crecimiento.
Semillas que además son buenos pensamientos y que, hasta que se transformaron en historias escritas y contadas en formato libro, viajaban en la mochila ecológica del Contador del Bosque Gustavo Duch. De los cuentos de Gustavo, dijo Eduardo Galeano, que "no ayudan a dormir, pero sí ayudan a despertar".
Y así, despertando como simiente de bosques futuros, nos disponemos a leer, integrar y contar y contar y contar “Cosechas. Relatos de mucha gente pequeña” , ecoeditado por Pol-len Edicions, en forma de un precioso libro con más páginas y más historias de conciencia verde que publicaciones anteriores, para poner, como dice Duch, “la vida en el centro”.
La vida en el centro de muchos relatos árbol, porque, ante nuestra sorpresa, Gustavo nos ha regalado muchos cuentos de árboles: el árbol de agua, el árbol poeta, el árbol médico, el árbol perfume, el árbol antena, el árbol animal, los árboles sustitutivos… Todo un bosque con consignas como “Vivas nos queremos”, “La resistencia”, “Evolución” y que pone también en el centro de la vida a Aleppo, l@s naúfrag@s, las vayas que vayas donde vayas son todo vayas, l@s que deshacen guerras, l@s exiliad@s climátic@s, l@s campesin@s, lo@ expulsad@s de la tierra, l@s desventurado@s, l@s despojad@s y la oportunidad de convertirnos tod@s en enamorad@s, con un calor que se expandirá dentro de nuestro cuerpo, al tragarnos las palabras de Duch.
Y así, dándole la vuelta al mundo, junto a los textos que aparecen en “Cosechas”, contamos con la pluma de la campesina y autora del prólogo, Belén Verdugo, e ilustrando el Herbario Sonoro a Raúl de Tapia que es Raúl Alcanduerca.
Y para terminar de hacer brotar esta huerta literaria de Duch, contamos con las voces primaverales del Club de la Hojarasca de Carolina Alba, José Manuel Sebastián y una pizca de Julio Valverde. Todo ello regado con el agua musical y el baño de sol “Lost souls” y algunas de las canciones del último trabajo de Loreena McKennit.
Y ahora ponte el mandilón, cálzate las botas para pisar tierra, prescinde de los guantes y con un sombrero por toda defensa ante el mundo, disponte a hundir las manos en la huerta literaria donde podrás llenar la cesta con las “Cosechas o Relatos para mucha gente pequeña” del Contador del Bosque, sin duda, territorio conmovido… ¡Arriba las ramas!