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La valiente rebelión de las mujeres contra el velo sacude Irán: "Están haciendo historia"

  • Muchas iraníes se han quitado el hiyab en la calle pese a las posibles represalías en protesta por la muerte de Masha Amini
  • El dolor por su fallecimiento ha llegado a más de 20 ciudades del país y el Gobierno ha reaccionado limitando las redes sociales

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Las protestas por el fallecimiento de una mujer por llevar mal el velo se extienden a más de 20 ciudades de Irán

Algunas queman el velo, muchas protestan ondeándolo frente a las universidades y otras han llegado incluso a manifestarse cortándose el pelo. Pueden ser encarceladas, golpeadas y expulsadas de su trabajo, pero la valiente rebelión de las mujeres en Irán contra la obligación de llevar hiyab tras la muerte de Mahsa Amini no cesa. "Al igual que el movimiento por el sufragio femenino, las mujeres iraníes está haciendo historia", celebra en las redes la periodista y activista Masih Alinejad.

Desde plataformas como Twitter, las iraníes están desafiando al Gobierno haciendo llegar vídeos y fotografías de las protestas que sacuden todo el país desde el pasado día 16, cuando se conoció el fallecimiento de la joven de 22 años al sufrir un infarto en una comisaría de Teherán, donde estaba detenida por la llamada Policía de la moral por no llevar bien el velo.

Masih Alinejad es una de las periodistas que está dando voz a las manifestantes a través de sus redes sociales. "He recibido este vídeo desde Saghez, la ciudad en la que Masha Amini nació", dice en una de sus publicaciones, en la que aparece una mujer de la misma edad de Amini cruzando una carretera, con el pelo suelto y un velo rosa en las manos. "El Gobierno ha filtrado Instagram, ha restringido internet y está matando gente en las calles, pero no pueden matar nuestra esperanza y nuestros sueños", cuenta.

Hasta ahora y oficialmente, al menos 17 personas han muerto, entre ellas manifestantes y policías, según ha anunciado este jueves la televisión estatal iraní. Aunque el Ejecutivo ha rechazado la implicación de la Policía en dichas muertes, diversos vídeos difundidos en las redes por activistas muestran escenas de violencia por parte de los antidisturbios.

Dolor y empatía por Amini en más de 20 ciudades de Irán

Lo cierto es que la muerte de Mahsa Amini ha logrado unir a miles de iraníes a través del dolor y la empatía. Aunque algunos ciudadanos ya se echaron a la calle en 2019 por el aumento del precio de los combustibles, ahora el fallecimiento de la joven ha roto la fragmentación de la sociedad. En total, las manifestaciones lideradas por las mujeres sacuden más de 20 ciudades.

El dolor ha abierto el camino a una movilización nueva y más amplia

“Estas protestas están motivadas por el dolor, no por meros agravios. El dolor ha abierto el camino a una movilización nueva y más amplia”, ha explicado en un artículo el analista Esfandyar Batmanghelidj. Así, personas de diferentes entornos y clases sociales se han unido a las protestas, expresando una “solidaridad” que manifestaciones anteriores no lograron, según el articulista.

Ni la represión policial ni las promesas del presidente, Ebrahim Raisí, de que se investigará la muerte de Amini parecen suficientes para poner fin a las protestas. “Incluso los desfavorecidos, que son conservadores, cuestionan por qué se tomaron esas medidas contra Mahsa Amini, pero no se aplican las leyes de la moralidad en los centros comerciales de lujo del norte de Teherán”, ha añadido el académico Ali Alfoneh.

El Gobierno limita las redes sociales para controlar las protestas

Las autoridades, por su parte, insisten en que las protestas, que han prendido fuego a al menos dos comisarías y a multitud de vehículos, están incitadas por el "enemigo extranjero" con la intervención de embajadas y servicios de inteligencia de otros países.

Asimismo, el Gobierno ha reaccionado en la noche de este miércoles, bloqueando el internet móvil casi completamente y limitando aplicaciones como WhatsApp e Instagram en un aparente intento por controlar las manifestaciones.

En los últimos meses, se ha aumentado la presión para que las mujeres cumplan con las estrictas reglas de vestimenta. El velo, sin embargo, es obligatorio desde la revolución de 1979 liderada por el ayatolá Ruholá Jomeiní, quien declaró que sin él las mujeres estaban "desnudas".