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Cárceles para mujeres acusadas de brujería, la realidad en la que viven unas 300 mujeres en Ghana

  • En el país africano algunos hombres acusan a sus esposas de brujería para que las encarcelen
  • En 2014 las autoridades quisieron cerrar las cárceles, pero las comunidades locales se opusieron

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Cientos de mujeres siguen presas en cárceles de Ghana acusadas de brujería

La caza de brujas no es fenómeno del pasado en Ghana. En el país africano existen prisiones para mujeres que han sido acusadas de brujería. En los últimos años se han cerrado varios de estos centros, pero cuatro de ellos siguen activos, según las ONG desplazadas en el terreno.

Asia lleva seis meses cautiva en esta prisión al norte de Ghana, junto a otras 111 mujeres. Su delito, ser una bruja. "Escuché que una multitud se reunió frente a mi casa, entonces alguien se asomó y dijo una mujer está muerta y es tu culpa, tú la mataste", relata Asia. Pero la realidad es que ella ni siquiera la conocía.

"Nunca pensé que me pasaría esto, que un día me acusarían de brujería y me enviarían aquí. Ni siquiera creo en la brujería", añade Asia.

"Aquí el sufrimiento es demasiado grande. Ni encontramos comida"

En este país africano, la superstición le ha arrebatado la libertad a más de 300 mujeres, que al igual que Asia, permanecen encerradas en cuatro cárceles, muchas acompañadas de sus hijos.

Kasua es la más anciana de una de estas prisiones. Lleva 33 años sin poder salir y asegura que su sobrino le debía dinero y la acusó de brujería para no pagar su deuda.

"Aquí el sufrimiento es demasiado grande. Ni encontramos comida. Mira este cuenco hervido, tenemos que conformarnos con esto hasta mañana. Es demasiado difícil. ¿Cómo puedes estar bien cuando la gente te empuja entre la vida y la muerte?", denuncia la propia Kasua.

En 2014 las autoridades quisieron terminar con estos presidios

La mayoría de ellas han sido acusadas por sus maridos o familiares, que encuentran en la brujería la excusa perfecta para desterrarlas de sus vidas. Muchas ven estas cárceles una manera de evitar la muerte o la tortura a manos de una comunidad supersticiosa.

"Los habitantes creen que estas mujeres dañan su comunidad y no están listos para que sean traídas de vuelta", según señala Mustapha Issah, miembro de la ONG "ActionAid".

“Mi madre fue acusada de ser bruja, cuando llegué aquí y crecí me di cuenta de que mi madre era inocente. Todas las mujeres traídas aquí están en la misma situación que mi madre. Lo siento por todas las que son acusadas de brujería”, relata Mustapha.

En 2014, las autoridades de Ghana quisieron terminar con estos presidios, pero las creencias locales lo impidieron. Ahora, tan solo algunas asociaciones luchan para cambiar la mentalidad de sus habitantes.