Asociación "El Taller": jubilados de Pamplona que trabajan para otros jubilados o personas necesitadas

• Hacen reparaciones a domicilio a personas que no pueden pagar un servicio profesional
• Después de 25 años de vida estuvo a punto de desaparecer por la pandemia, pero desde agosto han vuelto al trabajo

Asociación " El Taller"

Una de las mayores preocupaciones de las personas que están cerca de la jubilación es saber como van a organizar su vida y su tiempo cuando ya no estén trabajando. Pero esto no sucede con los veinte jubilados que forman parte de la Asociación El Taller de Pamplona. Invierten buena parte del tiempo en ayudar a los que más lo necesitan . Se les llama los "abuelos manitas",  porque entre todos ellos reúnen experiencias y habilidades para hacer buena parte de los trabajos que necesita un domicilio.

“Es un servicio extraordinario“

Los hemos acompñado en una de sus salida para reparar distintos desperfectos en el domicilio de una persona mayor que no se puede permitir el gasto que supone contratar los múltiples servicios que necesita.

Los "clientes están más que satisfechos". En la mayoría de los casos son personas mayores y migrantes con dificultades económicas.

A punto de desaparecer

“Nos resultaba doloroso no poder ir a cambiar una bombilla a una persona que no se podía subir a una escalera“

La Asociación lleva un cuarto de siglo funcionando. Pero la pandemia la puso contra las cuerdas. Por edad o por fallecimiento habían perdido a numerosos voluntarios. A ello se añadía el temor a ir de casa en casa en casa en unos momentos en los que el coronavirus atacaba con saña, y especialmente a los mayores.

La vacuna les hizo recobrar la confianza y desde agosto han vuelto al trabajo.

Salida a cuatro euros

“Antes cobrábamos dos euros por salir“

Evidentemente no hay afán alguno de lucro detrás de su trabajo. Antes cobraban dos euros por salida, más o menos lo que les costaba el autobús urbano en el que se desplazaban los voluntarios. Ahora el precio es de cuatro euros. Cantidades totalmente insuficientes para mantener su actividad y el taller en el que trabajan. Tampoco las cuotas que se pagan ni las subvenciones les permiten cuadrar las cuentas. Para ello cuentan con el apoyo de la Asociación Lacarra.

“Por favor, si pueden que nos donen el material que a ellos no les sirva, nos vendría muy bien“

Por eso también piden aportaciones económicas y ayudas a las empresas donando el material que no vayan a utilizar, porque ellos, dicen , sabrán sacarle provecho.Por algo se les conoce como "los abuelos manitas".