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Alcoa no vende San Cibrao y fracasa la negociación del ajuste de empleo

  • En el caso de la SEPI, el desacuerdo de Alcoa impide llegar a un entendimiento en "condiciones razonables"
  • El comité de empresa sigue reclamando al Gobierno central que, llegado el caso, intervenga la fábrica para evitar su cierre

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Trabajadores de Alcoa cortan el tráfico en la Autovía del Noroeste (A-6), a la altura del municipio lucense de Outeiro de Rei.
Trabajadores de Alcoa cortan el tráfico en la Autovía del Noroeste (A-6), a la altura del municipio lucense de Outeiro de Rei.

Las negociaciones para vender la planta de Alcoa en San Cibrao a Liberty House han fracasado, según ha informado la empresa en un comunicado. La multinacional ha rechazado vender a la británica GFG Alliance debido a las demandas "poco razonables" del potencial comprador y también declina la oferta de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) por falta de condiciones comerciales.

El secretario general de la CIG, Paulo Carril, ha informado a la prensa congregada en el Pazo de Cea, en Nigrán (Pontevedra), de la situación actual y ha avanzado que este martes a las siete de la mañana celebrarán un acto de protesta muy importante justo al lado de la factoría, situada en el ayuntamiento lucense de Cervo, a 280 kilómetros del municipio pontevedrés al que hoy se han trasladado para mantener este infructuoso encuentro.

Alcoa ha mantenido durante las seis semanas en las que ha durado el proceso para una eventual transacción el mismo discurso, el de que no podía atender las "demandas poco razonables" del grupo siderúrgico británico, que a su vez no veía la "oferta equilibrada" de la que ha estado hablando la propietaria, incluso hoy mismo vía comunicado.

Alcoa no quiere vender ni a GFG ni a la SEPI

Sin cuerdo en "condiciones razonables"

En el caso de la SEPI, el desacuerdo de Alcoa con una compra temporal ha estado motivado por una serie de cuestiones que impiden llegar a un entendimiento en "condiciones razonables", entre ellas, pero no exclusivamente, según la firma dueña de este emporio industrial, la solicitud de derechos preferenciales sobre la refinería.

Esta larga jornada, que se ha saldado con una operación comercial abortada y sin avances en el caso del ERTE, arrancó a las 09.30 horas con la última reunión de la mesa multilateral en la que se constató de manera fehaciente que Alcoa no iba a ceder con San Cibrao.

Tras ese encuentro telemático,  la multinacional estadounidense mantuvo la convocatoria en Nigrán de la asamblea preceptiva para avanzar en un ajuste de empleo.

El presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, ha lamentado en sus palabras a la prensa un hecho que desconocían, que Alcoa ha llegado a condicionar a "despidos firmados" la ampliación de un hipotético entendimiento con la SEPI para una eventual transacción, sin que de tal movimiento tuviese constancia alguna la plantilla.

Alcoa ha indicado al respecto que, conforme a lo tratado con Liberty House, el 27 de septiembre debía firmarse un contrato de compraventa y que ante la aparición de la SEPI en los últimos días y la imposibilidad de tener rubricado uno, se accedió a la posibilidad de un termsheet (carta de intenciones) y se propuso asimismo que se acordasen, con los representantes de los trabajadores, las condiciones que aplicarían en un ERTE (sin despidos) o un ERE, en el caso de que finalmente no se produjese la venta, como ha ocurrido.

Esta propuesta, añade Alcoa, fue acatada inicialmente por el Gobierno, "aunque posteriormente se retiró".

Negativa a negociar un ERE o un ERTE

En la reunión de Nigrán se intentó debatir desde la una de la tarde hasta cerca de las nueve, con un par de recesos por medio, la negociación de las condiciones para aplicar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) y, en caso de que no hubiera acuerdo, la aplicación de un ERE -un despido colectivo- que podría afectar a 534 trabajadores de la fábrica de aluminio primario, así como a los empleados de las compañías auxiliares.

Por ello, el comité de empresa sigue reclamando al Gobierno central que, llegado el caso, intervenga la fábrica para evitar su cierre, pues creen que la propuesta de Alcoa pasa por realizar una “hibernación ordenada de las cubas de electrolisis”, una “línea roja” que este órgano no está dispuesto a traspasar.

Los representantes de los trabajadores recuerdan que las cubas de electrólisis son el verdadero “corazón de la fábrica”, de modo que su parada supondría la “muerte” del complejo industrial.

El comité insiste en que cualquier acuerdo debe cimentarse sobre la premisa "de mantener el 100 % de la producción" y, consecuentemente, de los puestos de trabajo.

Alcoa ha vendido en 2019 al fondo de inversión suizo Parter Capital las plantas que tenía en Avilés (Asturias) y A Coruña, después de un largo proceso que arrancó a finales de 2018 cuando la multinacional estadounidense anunció su intención de cerrar las dos fábricas, que justificó por los altos costes de la electricidad en España, la necesidad de hacer fuertes inversiones en las mismas y la difícil coyuntura en los mercados de aluminio.

Pero Parter Capital no ha tardado en deshacerse de las dos plantas de Alcoa, que fueron adquiridas por el Grupo Riesgo ya bajo la denominación de Alu Ibérica.

Este grupo garantizó en principio el mantenimiento del empleo y anunció una inversión de 250 millones en cinco años en las instalaciones, pero las dudas sobre que Riesgo tenga un plan industrial provocó las protestas de los trabajadores, que han pedido al Gobierno que las intervenga.

El complejo industrial de San Cibrao, asentado entre los municipios mariñanos de Xove y Cervo, el único que le queda a Alcoa en España, está compuesto por una fábrica de aluminio y una planta de alúmina, que emplean a 633 y 510 personas,  respectivamente, y su peso en la economía local es de tal envergadura que representa un tercio del producto interior bruto de la provincia de Lugo.