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Argentina entra en cese de pagos selectivo mientras acelera la negociación para reestructurar su deuda externa

  • Lo hace al no abonar 503 millones de dólares de intereses de tres bonos soberanos
  • La pandemia del coronavirus ha profundizado la recesión que el país sufre desde hace dos años

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Una mujer con mascarilla caminando frente al Banco Central de Argentina en Buenos Aires.
Una mujer con mascarilla caminando frente al Banco Central de Argentina en Buenos Aires.

Argentina ha ingresado este viernes en un cese de pagos ("default" ) selectivo al no abonar 503 millones de dólares de intereses de tres bonos soberanos mientras acelera la negociación para reestructurar su deuda externa en momentos en que la pandemia de coronavirus profundiza la recesión que la nación suramericana sufre desde hace dos años.

El impago, que ha sido confirmado a Efe por fuentes oficiales, se produce un día después de que el gobierno argentino decidiera extender hasta el 2 de junio las negociaciones con poderosos fondos de inversión para llegar a un acuerdo que permita reestructurar 66.238 millones de dólares de deuda externa.

Imagen del edificio del Ministerio de Economía de Argentina.

El Gobierno argentino debía abonar 503 millones de dólares de intereses de los bonos Global AA21, AA26 y AA46, que integran el paquete de títulos a reestructurar, al cumplirse este viernes el período de gracia de un mes que regía desde el vencimiento el pasado 22 de abril.

El Ejecutivo liderado por el peronista Alberto Fernández apuesta a llegar a un pronto acuerdo para evitar que los acreedores accionen contra Argentina por este nuevo cese de pagos.

Panorama complicado

El vicepresidente de la agencia calificadora de riesgo Moody's, Gabriel Torres, ha anticipado este viernes que "el panorama para la reestructuración de la deuda de Argentina muy probablemente se tornará más complicado".

"Este incumplimiento de pago es consistente con la opinión crediticia soberana de Moody's, que tal como refleja nuestra actual calificación de Ca, incorpora pérdidas significativas para los inversores", ha advertido.

Imagen de la Casa Rosada, sede del Gobierno argentino.

Ahora, los bonistas podrían reclamar la activación de las cláusulas de aceleración que, al extender el "default" a toda la deuda, permiten reclamar el pago adelantado de todo el capital y sus intereses, pero los analistas confían en que un pronto acuerdo en el proceso de reestructuración evite llegar a esa instancia.

"En la medida que el acuerdo con los acreedores se alcance pronto, y se activen las cláusulas de acción colectivas (CACs) para que todos los bonistas participen, este 'default' no tendría mayores consecuencias. Caso contrario, se complicaría al acceso al crédito externo para el sector privado y las tensiones financieras, por lo cual se deterioraría la capacidad de recuperación de la economía", ha declarado a Efe el economista Gustavo Ber.

Mejora de la oferta

En búsqueda de un acercamiento, el Ministerio de Economía argentino podría presentar en los próximos días una mejora de la oferta, que propone el canje de bonos emitidos entre 2005 y 2016 por otros títulos nuevos con vencimiento entre 2030 y 2047.

La propuesta presentada el 17 de abril prevé un período de gracia de tres años, una quita de 5,4 % sobre el capital adeudado (3.600 millones de dólares) y una reducción de intereses del 62 %, equivalente a 37.900 millones, pero fue rechazada en un inicio por influyentes fondos de inversión que poseen gran parte de los títulos a renegociar.

El presidente de Argentina, Alberto Fernández.

La reestructuración de bonos por 66.238 millones de dólares representa sólo una parte del total de la deuda pública argentina, que asciende a 323.192,6 millones de dólares.

El Grupo Ad Hoc de Tenedores de Bonos, integrado por influyentes fondos de inversión como Ashmore y BlackRock, ha expresado en un comunicado que "si bien la falta de pago de dichos intereses por parte de Argentina resultará en 'defaults' en las distintas emisiones de bonos, entiende que Argentina ha expresado su intención de conversar con los acreedores durante la próxima semana para tratar de encontrar una solución integral".

"El Grupo celebra que Argentina haya expresado una intención de trabajar con los acreedores, pero las acciones hablan más que las palabras. Durante el último mes, Argentina no ha tenido prácticamente ninguna comunicación sustancial con sus acreedores", ha advertido el comité, cuyos integrantes poseen bonos argentinos por unos 16.700 millones de dólares.

La actividad económica se desplomó un 11,5 % interanual en marzo

Ya este jueves el presidente argentino intentó bajarle el tono a la decisión del Gobierno de no pagar el vencimiento de 503 millones de dólares.

"Estamos en 'default' desde hace meses, desde antes de diciembre que estamos en default, solo que no lo escriben, solo que lo ocultan". "No vamos a someter a la Argentina a nuevos compromisos que no podamos cumplir. Yo quiero que el mundo nos vea como un país honorable que cumple sus compromisos y por lo tanto no vamos a hacer más que lo que debamos hacer para que los compromisos que asumamos con nuestros acreedores no signifiquen una nueva postergación de nuestro pueblo", subrayó Fernández.

Un hombre pasando frente a un cartel con un contra el Fondo Monetario Internacional.

Gerry Rice, portavoz del FMI, se mostró este jueves "animado por la voluntad" del Gobierno y los acreedores privados de llegar a un acuerdo. Si bien matizó que no quería "especular sobre el resultado" de la negociación, el funcionario reiteró el optimismo de que Argentina y los acreedores puedan "encontrar un acuerdo para sentar las bases de una senda sostenible para que la economía argentina avance".

La recesión económica que golpea desde hace dos años a Argentina se profundizó a causa de las restricciones que adoptó el Gobierno a partir del 20 de marzo para contener la transmisión de la pandemia de coronavirus, con medidas que casi paralizaron al país suramericano.

La actividad económica se desplomó un 11,5 % interanual en marzo, según los datos oficiales difundidos esta semana, y se mantienen los sombríos pronósticos para todo 2020, con el consiguiente deterioro de indicadores sociales como la pobreza, que ya hoy afecta a más de un tercio de la población, y el desempleo.