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Polonia

Merkel, en Auschwitz: "Me siento profundamente avergonzada por los crímenes atroces de los alemanes"

  • La canciller alemana visita por primera vez el antiguo campo de concentración junto al primer ministro polaco
  • La conservadora ha guardado un minuto de silencio por las víctimas y ha prometido defender la democracia y la libertad

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Merkel visita por primera vez el campo de concentración de Auschwitz

La canciller alemana, Angela Merkel, ha visitado por primera vez en sus 14 años al frente del Gobierno el antiguo campo nazi de concentración de Auschwitz (sur de Polonia), donde fueron asesinados más de un millón de prisioneros durante la II Guerra Mundial, en su mayoría judíos.

No hay palabras para describir toda la tristeza y el sufrimiento de quienes fueron asesinados, torturados y humillados aquí

Allí ha confesado sentirse "profundamente avergonzada por los crímenes atroces que cometieron los alemanes" en el recinto, que "van más allá de todos los límites imaginables". "Cuando se recorre este lugar, una sólo puede guardar un respetuoso silencio, porque no hay palabras para describir toda la tristeza y el sufrimiento de quienes fueron asesinados, torturados y humillados aquí", ha dicho tras su recorrido por Auschwitz, acompañada por el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki.

Merkel es el tercer canciller germano en visitar este campo de concentración, el mayor de los puestos en marcha por la Alemania nazi, después de Helmut Schmidt en 1977 y Helmut Kohl en 1989 y 1995. Allí ha hecho una ofrenda a los fallecidos y ha guardado un minuto de silencio junto al muro donde miles de prisioneros fueron fusilados.

La canciller ha aprovechado su visita para afirmar que Alemania "no tolerará ningún acto de antisemitismo", tras el asesinato a tiros de dos personas en octubre en una sinagoga. "La gente en Alemania y en toda Europa debe sentirse segura y como en casa", por eso "debemos recordar que la dignidad humana es inviolable" y que "la libertad, la democracia y el Estado de derecho pueden ser fácilmente dañados si no perseveramos en su cuidado".

Defensa de la libertad, la democracia y el Estado de Derecho

"Corresponde a los gobiernos y a los políticos proteger y fortalecer estos valores", ha insistido la canciller frente al jefe del Gobierno polaco, señalado por la Unión Europea por vulnerar la democracia con sus polémicas reformas, entre ellas la del sistema judicial, y por rechazar recibir refugiados en 2015.

Merkel también ha querido subrayar el hecho de que Auschwitz operó entre 1940 y 1945 "en la Polonia ocupada" por los nazis (que la habían anexionado en 1939, cuando comenzó la II Guerra Mundial), "por lo que no queda lugar a dudas de que Auschwitz es un campo de concentración alemán, dirigido y administrado por alemanes".

"Quiero enfatizar eso y dejar claro que nosotros (Alemania) no rehusamos asumir la responsabilidad por los hechos que tuvieron lugar aquí", ha añadido.

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Con esta afirmación, la canciller alemana se sumaba a la lucha del Gobierno de Polonia por evitar que medios e historiadores usen el término "campo de concentración polaco" cuando se refieran a Auschwitz, algo que incluso está penado por la legislación en Polonia.

Merkel ha sido invitada a visitar el antiguo campo de concentración por la Fundación Auschwitz-Birkenau, la organización que administra el fondo de conservación de lo que hoy es el museo-memorial de Auschwitz.

Alemania es el mayor donante de esta fundación, que este viernes conmemora sus diez años de existencia, y de hecho Angela Merkel ha prometido una nueva dotación de 60 millones de euros. "Este lugar, sus torres de vigilantes, sus cámaras de gas, sus barracones, todo es testimonio de lo que no puede volver a suceder y es importante preservarlo para que las nuevas generaciones puedan visitarlo y conocer la barbarie que aquí tuvo lugar", ha afirmado la mandataria germana.

Una visita "delicada"

La prensa local destaca que Auschwitz es siempre una visita "difícil y delicada" para un canciller alemán, y agradece la decisión de Merkel de visitar el antiguo campo de concentración en su último periodo al frente del Ejecutivo germano.

La visita se produce en el contexto de la exigencia polaca para que Berlín pague nuevas reparaciones por los daños causados por la Alemania nazi durante la II Guerra Mundial, una reclamación que llevaba años olvidada y que ahora amenaza con enturbiar las relaciones polaco-germanas.

El recinto del antiguo campo de concentración, que comprende el complejo Auschwitz-Birkenau, abarca unas 200 hectáreas de terrenos con 155 edificaciones y 300 ruinas, incluyendo las de las cámaras de gas y los crematorios.

En 1979 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y cada año recibe la visita más de un millón de turistas de todo el mundo.