Enlaces accesibilidad
Cirugía

Un cirujano español reconstruye toda la columna vertebral a un joven "partido en dos"

  • El joven perdió la parte inferior de la columna por una herida de bala hace 21 años y quedó tetrapléjico
  • Aunque sigue sin poder andar, el doctor Pedro Cavadas asegura que puede sentarse "sin dolor"

Por
El cirujano Pedro Cavadas reconstruye la columna vertebral a un joven tetrapléjico

El cirujano Pedro Cavadas ha conseguido la reconstrucción completa de la columna y la pelvis a un joven guatemalteco que quedó tetrapléjico a los 9 años por una bala perdida y que, según el propio médico, estaba "partido en dos".

Según ha explicado en rueda de prensa en el Hospital de Manises (Valencia), el paciente, Willmar Arias, de 28 años, es capaz de sentarse sin sentir dolor. Arias, que se sometió previamente a dos intervenciones para reconstruir la separación completa de la columna y la pelvis, ha calificado el éxito de "increíble", después de años postrado.

El guatemalteco sufrió una infección masiva en la zona sacra con pérdida de la parte inferior de la columna y de la pelvis que le obligaba a permanecer encamado y ponía en riesgo su vida.

"Es una historia bonita y por eso la contamos, porque cirugías complejas hacelos todos los días", ha destacado Cavadas, quien ha precisado que Wilmer, al que ha calificado como un tipo "muy duro", sigue siendo tetrapléjico, "pero puede sentarse y retomar su vida previa al accidente".

Volverá a sentarse "sin dolor" después de 21 años

Arias ha indicado que recibió el impacto de bala en 1999 cuando estaba jugando cerca de la casa de sus abuelos, con los que vivía. Estuvo dos meses y medio en coma y, al no moverse durante ese tiempo, le salieron varías úlceras y todas cerraron menos la del sacro, "que se complicó".

En 2015 le dijeron que tenía que dejar trabajo y estudios y se pasó casi dos años tumbado y con dolores. Cuando le dijeron que no tenía posibilidad de operarse ni en su país ni en Estados Unidos, perdió la esperanza y "entonces apareció Cavadas y dijo: 'esto está chupado'". Ahora puede sentarse sin dolor alguno: "Esto es increíble", ha subrayado el joven.

Tras el balazo, además de las úlceras, estaba desnutrido y con neumonía, y la Fundación Pequeños Hermanos le ayudó a retomar su vida y proseguir sus estudios hasta llegar a la universidad, donde estaba estudiando Administración de Empresas, pero tuvo que dejarlo todo.

"Me decían que mi caso no tenía solución en Guatemala ni en Estados Unidos", ha agregado, aunque siempre creyó que había una solución. Hasta que una enfermera española, Maite, le habló del doctor Cavadas y quiso "intentarlo otra vez, al menos para curar la úlcera y acabar con los dolores".

"Era una infección masiva con pérdida de la parte inferior de la columna y de la pelvis. Estaba partido en dos. Eso es diferente a una úlcera sacra. Le obligaba a estar en cama todo el día y había una situación de riesgo vital porque podía sufrir una meningitis y morir", ha advertido.

"El doctor no se rindió y yo tampoco"

Se programó una doble intervención: una para limpiar la zona afectada y colocar un fijador externo entre ambas partes, y otra, que se prolongó ocho horas, para unir la columna vertebral a la pelvis mediante una transferencia de huesos (peroné) y piel de la pierna.

"Han sido tres meses de camino difícil y doloroso. El doctor no se rindió y yo tampoco, porque tengo ganas de seguir viviendo y hacer grandes cosas", ha explicado Arias, que deberá usar un corsé seis meses y luego quiere retomar sus estudios, hacer un máster en Tecnología Digital, introducirse en el mundo de la Bolsa y, además, "ayudar a quien lo necesite para devolver lo que han hecho por mí".

Cavadas ha valorado la actitud del joven, que ha aguantado sin quejarse las "diabluras" que le ha hecho durante el posoperatorio, y ha asegurado que en este caso han intervenido la medicina y la cooperación humanitaria "en estado puro": el resultado "ha merecido la pena".

El joven ya ha podido disfrutar de la playa, donde no iba desde 2004, de estar tirado en el sofá boca arriba y sentado en una silla, algo que hasta ahora le impedían los dolores. "Esto es increíble", ha reiterado Wilmer.