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'Noé', el cómic que sirvió a Aronofsky de campo de pruebas para la película

  • Antes del film, el director adaptó la historia a las viñetas
  • Aronofsky ejerce de guionista junto a su productor, Ari Handel
  • Os ofrecemos un clip de la película, que se estrena este viernes

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Fragmento de la portada de 'Noé', de Aronofsky, Handel y Henrichon
Fragmento de la portada de 'Noé', de Aronofsky, Handel y Henrichon

Las historias sobre el fin del mundo siempre han acompañado al ser humano desde tiempos remotos; y en particular el relato del diluvio universal ha formado parte distintas mitologías y textos sagrados. La inquietud sobre el final de todas las cosas y el resurgir de un nuevo universo tras la destrucción total parece impreso en el código genético del ser humano, y multitud de culturas y civilizaciones a lo largo de la Historia lo han plasmado en diferentes versiones.

Atendiendo a profecías, predicciones y fenómenos meteorológicos extremos, el cine de los últimos años ha plagado de catástrofes apocalípticas la gran pantalla, con argumentos que van desde lo científico a lo mitológico y religioso, adecuándolo a una ficción lo más impactante posible para el espectador.

Este viernes, 4 de abril, el cineasta Darren Aronofsky, director de obras tan personales como La fuente de la vida o Cisne negro, estrena Noé la adaptación cinematográfica de la historia del diluvio universal. Por cierto que en la columna de la izquierda tenéis un clip que rtve.es estrena en exclusiva.

Pero realizar esta película no ha sido un trabajo fácil y antes de embarcarse en este titánico proyecto,  optó por trasladarlo primero al cómic.

¡Un cómic espectacular!

Así, en 2011 y 2012 la editorial belga Le Lombard publicó dos álbumes con la personal versión del realizador estadounidense del relato bíblico. Son esos dos álbumes los que aparecen ahora recopilados en un tomo de cómodo formato publicado por De Bols!llo (del grupo editorial Penguin Random House).

La historia se completa con dos nuevos álbumes que acaban de aparecer en el país vecino, coincidiendo con el estreno del filme, y que en España se publicarán en abril, también recopilados en un manejable volumen.

Aronofsky ejerce de guionista junto a su colaborador habitual y productor Ari Handel, con quien comparte la autoría de todos sus trabajos para el comic.

Del dibujo y el color se encarga el canadiense Niko Henrichon, un autor formado en la escuela Saint-Luc de Lieja, y que ha trabajado tanto para las grandes editoriales norteamericanas como para la industria de la historieta francobelga, y eso se nota tanto en la composición de las páginas como en la planificación de las viñetas.

Un cómic más audaz que la película

En ocasiones la figura de Noé nos puede recordar al poderoso Thor de los tebeos Marvel y otras veces nos encontramos con viñetas que perfectamente podrían encajar en obras de Moebius.

La estética nos recuerda la aridez de Dune, con escenarios que parecen sacados de El Señor de los anillos 300, con unos evocadores cielos estrellados plagados de enormes astros, que nos remiten a grandes sagas de ciencia ficción.

En líneas generales, y vistos algunos trailers y fotogramas de la película, podemos afirmar que la propuesta gráfica del comic es mucho más audaz, grandiosa y atrevida que lo que veremos finalmente en los cines, aunque se hayan dejado buena parte del presupuesto en efectos digitales.

Se retrata un mundo desértico y sin esperanza, dominado por hordas bárbaras, en el que habita Noé, que sólo quiere vivir en paz con su familia. Sin embargo noche tras noche tiene oscuras visiones sobre la destrucción del mundo, que le alertan del peligro que corre la raza humana por su violencia y corrupción. Inspirado por estas visiones, comienza la construcción de un gigantesco navío en el que salvará a todas las criaturas inocentes…

Es la historia ya conocida por todos con alguna que otra sorprendente licencia que se toma el autor.

Mitológico, religioso, épico, o ecológico son sólo algunos de los aspectos del relato de Noé que pueden despertar el interés del lector. Sea cual sea el motivo, es innegable que a nivel gráfico y narrativo Aronofsky, Handel y Henrichon han puesto máxima dedicación en esta obra.