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Kepler 78b es el planeta más similar a la Tierra en masa y tamaño

  • Lo han descubierto los investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts
  • Está compuesto principalmente de roca y hierro como la Tierra
  • El exoplaneta más pequeño gira alrededor de su estrella en solo 8,5 horas

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Sus temperaturas oscilan entre 1.500 y 3.000 °C.
Sus temperaturas oscilan entre 1.500 y 3.000 °C.

Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han descubierto que el pequeño planeta Kepler 78b, que identificaron el pasado mes de agosto, tiene similitudes con la Tierra. Los científicos determinaron que este cuerpo es de aproximadamente 1,7 veces la masa de la Tierra, su densidad es de 5,3 gramos por centímetro cúbico y es 1,2 veces el tamaño de nuestro planeta.

Fue en el mes de agosto cuando los científicos identificaron el exoplaneta, un planeta que no pertenece al Sistema Solar, con un periodo orbital extremadamente breve. El equipo encontró que Kepler 78b, descubierto a 700 años luz de aquí, gira alrededor de su estrella en solo 8,5 horas, rápido como un relámpago en comparación con la órbita de 365 días de nuestro planeta.

Además, el exoplaneta es ciertamente un infierno con sus temperaturas que oscilan entre 1.500 y 3.000 °C. Esto se debe a su extrema cercanía a su estrella y por tanto, es probable que tenga no exista vida, según la investigación, publicada en 'Nature'. No obstante, para los astrónomos tiene cierto interés al poseer un tamaño y una composición muy parecidas a la Tierra.

El exoplaneta más pequeño está compuesto de roca y hierro

Los hallazgos señalan a Kepler 78b como el exoplaneta más pequeño del que que se conoce la masa y el tamaño. Estas nuevas mediciones proporcionan una fuerte evidencia de que está compuesto principalmente de roca y hierro, de forma similar a la Tierra.

Según explica uno de los miembros del equipo, Josch Winn, "es la Tierra en el sentido de que se trata del mismo tamaño y masa, pero por supuesto que es muy diferente, ya que tiene una temperatura por lo menos de 2.000 grados más". "Es un paso en el camino de estudiar planetas realmente similares a la Tierra", ha destacado.

Los planetas con órbitas muy apretadas ofrecen a los científicos una gran cantidad de datos: Kepler 78b rodea su estrella alrededor de 20 veces, dando a los investigadores numerosas oportunidades para observar su comportamiento.

Analizaron la luz emitida por la estrella

Mediante el análisis de la luz emitida por la estrella cuando el planeta pasa por delante de ella o en otros tránsitos, el equipo determinó la órbita y su tamaño. Los investigadores detectaron un tránsito cada vez que la luz de la estrella baja y midieron la regulación para determinar el tamaño del planeta, puesto que cuando mayor es un exoplaneta, más cantidad de luz tapa. 

La medición de la masa fue una tarea un tanto complicada. En lugar de seguir el movimiento del planeta, los expertos siguieron el movimiento de la propia estrella. En función de su masa, un planeta puede ejercer un tirón gravitatorio sobre su estrella. Este movimiento estelar puede ser detectado como un muy ligero bamboleo, conocido como un desplazamiento Doppler.

Winn y sus colegas midieron el desplazamiento Doppler de Kepler 78 gracias al Observatorio Keck en Hawaii, Estados Unidos, que posee uno de los telescopios más grandes del mundo. El equipo analizó datos de luz de las estrellas tomadas durante un periodo de ocho días. No obstante, a pesar de la potencia del telescopio, la señal de la estrella era muy débil, por lo que fue una tarea de enormes proporciones para los científicos.

Las manchas solares confunden los datos

Además del desafío de escoger esas señales pequeñas, los investigadores tuvieron que lidiar con un efecto que inicialmente confunde los datos: las manchas solares, manchas oscuras en la superficie de las estrellas. 

El estudiante de posgrado Roberto Sanchis-Ojeda, quien ha analizado el efecto de manchas solares, ha asegurado que estos molestos parches pueden hacer que el desplazamiento Doppler de la estrella parezca más grande, lo que complica enormemente los cálculos de la masa del planeta. 

Sanchis-Ojeda fue capaz de resolver este rompecabezas al tener en cuenta el periodo de rotación de Kepler 78. Mediante el seguimiento de la frecuencia en la que ciertas manchas estelares reaparecen, este científico determinó que la estrella realiza una rotación completa cada 12,5 días, considerablemente más larga que el periodo orbital del planeta de 8,5 horas.

Asimismo, el investigador entendió que la estrella rota relativamente lenta, a 1,5 metros por segundo, cerca de la velocidad de un trote o una forma de caminar a paso ligero. "La estrella se está moviendo a la misma velocidad que cuando vamos al colegio o salimos de compras", puso como ejemplo Sanchis-Ojeda.