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Manolo Escobar, símbolo de la cultura popular española

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Manolo Escobar, un símbolo de la cultura española.
Manolo Escobar, un símbolo de la cultura española.

Manolo Escobar avisó que moriría cantando y a punto estuvo de cumplir su  palabra. Su cuerpo cargaba en los últimos tiempos más cicatrices que un  torero, pero también 82 años de vida y música y, de ellos, más de medio  siglo "porompompereando" sobre los escenarios coplas festivas a la  búsqueda del famoso carro.

Nació el 19 de octubre en Las Norias de Daza, en El Ejido (Almería). Era el quinto de diez hermanos. Su familia se trasladó a Barcelona en 1946. Nueve años después, inició su carrera musical en un programa de Radio Barcelona, donde actuó con sus hermanos Baldomero y Salvador, guitarristas.

Debutó en Córdoba en 1961 con el espectáculo Canta Manolo Escobar y, a partir de entonces, ya en Madrid, le llovieron contratos tanto en la música como en el cine. En las décadas de los 60 y de los 70 Escobar protagonizó películas como Los guerrileros,  Mi canción es para ti Un beso en el puerto. Pero ha sido la música la que le ha otorgado más galardones: más de 40 Discos de Oro y la Medalla de Mérito al Trabajo en 2011.

Entre sus grandes éxitos destacan Mi carro, Viva España, La minifalda, Ay, Caridad, Madrecita María del Carmen, El porromponpero y Los peces en el río.

Sus últimos discos fueron Rumba pa ti (1990), Pa que se alegre el niño Manué (1993), Con mi acento (1996), Aromas (1997), Contemporáneo Grandes éxitos (1999), Jaroteando (2000), De puerto en puerto (2000) y Manolo Escobar (2002).

Alejado de los escenarios varias veces

Por problemas de salud ha estado alejado de los escenarios en varias ocasiones. Escobar fue operado en 2002 de la válvula aórtica con la implantación de dos bypass coronarios, en 2010 de un cáncer de colon y en 2012 de una fractura de cadera.

Hace un mes el cantante canceló sus compromisos musicales a causa de su enfermedad. El pasado 8 de octubre el Gobierno catalán había otorgado al cantante, nacido como Manuel García Escobar, la Medalla al Trabajo President Maciá.

Cantante, actor y coleccionista de arte

Cantante, actor, presentador de televisión, Manolo Escobar era también un gran coleccionista de arte, pasión que le llevó a lo largo de su vida a atesorar cerca de dos mil obras. Hace ahora un año, el cantante mostró parte de su colección privada, que inició en los años 70, en una exposición celebrada en el Centro de Arte de Alcobendas, comisariada por Juan Manuel Bonet.

El retrato del señor Llobet, una acuarela de Francisco Gimeno, fue el inicio de unas compras que abarcan corrientes muy variadas, como la abstracción, el arte figurativo o el expresionismo, uno de sus movimientos preferidos.

Entre los artista presentes en la colección figuran nombres como los de Zuloaga, Juan Gris, Nonell, Vázquez Díaz, Ramón Gaya, Benjamín Palencia, Tàpies, Millares, Guinovart, Chillida, Saura, Canogar, Feito, Chirino, Lucio Muñoz, Gerardo Rueda o Sempere.

Están presentes también Lucio Fontana, Genovés, Úrculo, Darío Villalba, Arroyo, Manolo Valdés, Sam Francis, Gordillo, Carmen Laffón, José Manuel Ballester, Barceló, Sicilia, Broto, Plensa, Uslé o Sigmar Polke.

Todas estas obras fueron seleccionadas con gran mimo por el arista, que nunca quiso contar con asesores en su elección. Con motivo de otra de sus exposiciones, la celebrada en el Monasterio de Veruela (Zaragoza) en 2007, el artista reconocía que su "pasión por la pintura" llegó a absorberle.

Amante del arte desde muy joven, con predilección especial por el dibujo, él mismo se definía como "un coleccionista peligroso", porque no podía "ir a una galería, ver un cuadro y no quedármelo, y esto es malo".

El gran número de obras que forma su colección hizo que durante los últimos años su "fiebre por comprar" disminuyera algo. El cantante confesaba que había estado dos o tres años sin ir a galerías para no adquirir más cuadros.

Un gran listado de obras

La gran lista de obras que componen su colección tienen un punto en común, "algo de Manolo Escobar", ya que solo compraba aquello que le interesara o tuviera algo especial, lo que hacía que quisiera a su colección "como un padre a su hijo". Este cariño aumentaba según el trabajo que le había costado conseguir las piezas, como es el caso de algunas de Manolo Quejido o de Carlos Alcolea.

Frente a esto, Manolo Escobar reconocía también que algunas de las obras ya no le gustaban, pues habían perdido el carisma que tenían cuando las compró. La colección de Manolo Escobar es una aproximación "apasionada" al arte contemporáneo, un "laberinto" en el que destaca la fuerza del color y refleja una parte de su autobiografía, según el crítico Fernando Castro, comisario de la exposición celebrada en Zaragoza.