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La oposición suspende el primer año de un Gobierno que defiende sus reformas

  • Todo el Congreso, salvo PP y UPN, desaprueba la gestión del Ejecutivo
  • Los grupos coinciden en que cabe implantar unas medidas anticrisis distintas
  • Las soluciones para salir de la recesión, en cambio, sí difieren
  • El PP reitera que sus políticas son "indispensables" y augura mejoría en 2013

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Los partidos políticos hacen balance del primer año de legislatura del PP

No hay redención posible para el Gobierno en las filas de la oposición. El arco parlamentario, casi en su totalidad, otorga un suspenso al Ejecutivo de Mariano Rajoy en su primer año de vida. Rechaza, sobre todo, sus políticas para hacer frente a la crisis. Reprueba su "falta de diálogo" con la calle y con el resto de partidos. Condena su manera de gestionar el debate territorial. Frente a ellos, el presidente y su partido recuerdan el abrumador respaldo que recibieron de las urnas hace un año y que se tradujo en una sólida mayoría absoluta, reiteran que las medidas adoptadas son "imprescindibles" para volver a la recuperación y a la creación de empleo y subrayan que no se pueden "romper barajas" y las reglas del juego constitucional.

La desaprobación cala en partidos de distinto color y familia política. Desde la izquierda (PSOE, IU, ICV, CHA, Amaiur, ERC, BNG, Compromís, Geroa Bai), a la derecha (Foro Asturias), pasando por el nacionalismo moderado (CiU, PNV, Coalición Canaria) y por fuerzas como UPyD.

Tan solo Unión del Pueblo Navarro (UPN), que tiene un único representante en la Cámara baja y que concurrió en las elecciones generales del 20N coaligado con el PP, presta apoyo al Gobierno en la mayoría de sus iniciativas. El veredicto es, pues, compartido, como han expresado para RTVE.es 15 portavoces de las 15 formaciones de oposición con escaño en el Congreso.

"Este primer año se puede resumir en dos expresiones sencillas: injusticia social e ineficacia económica –sanciona Óscar López, secretario de Organización de los socialistas–. Rajoy llegó al poder en plena crisis, y resulta que lo que estaba bien, como la sanidad y la educación, van mal, y lo que estaba mal, como la economía y el empleo, van peor. Muchos votantes del PP esperarían los recortes, pero al menos esperarían la recuperación. Pero lo cierto es que no se ve ni una cosa ni la otra. Y algunos hitos como la reforma laboral suponen un retroceso de décadas".

Reformas necesarias, aunque difíciles

La lectura de Carlos Floriano, vicesecretario de Organización del PP, contrapone el Gobierno " a la deriva" de José Luis Rodríguez Zapatero con el "rumbo cierto a la salida de la crisis" que ha tomado Rajoy, apuntalado en cuatro columnas: la reducción del déficit, la reestructuración financiera, el viraje hacia una "economía más productiva" y la presión a la Unión Europea para que ataje el ataque a la deuda soberana.

Alonso (PP): "Puedes no hacer nada o puedes hacer cosas. La diferencia respecto al Ejecutivo anterior es que se están haciendo"

"Puedes no hacer nada o puedes hacer cosas. La diferencia respecto al Ejecutivo anterior es que se están haciendo. Los problemas eran de tal magnitud que corregirlos no es cuestión de poco tiempo. Y solo ha transcurrido un año", enfatiza.

Hoy mismo Alfonso Alonso, portavoz del Grupo Popular, apuntalaba esos mismos argumentos. Reformas, saneamientos y ajustes "indispensables" para salvar el país, en "un año de gobierno tras siete de desgobierno" del PSOE, después de los cuales en el PP se encontraron "todos los deberes sin hacer", destacando la "determinación" del Gobierno para afrontar medidas y "acometer reformas que nadie se había atrevido a hacer", pero que eran "imprescindibles" para sanear la economía y recuperar la creación de empleo.

El distanciamiento de CiU

En el resto de grupos de oposición, se repiten los términos absolutos a la hora de hacer balance. "Un Gobierno nada dialogante, que se ha ido cerrando en sí mismo y que ha presumido de una falsa austeridad", dice Pere Macias, portavoz adjunto de CiU. "Austeridad destructiva", define Josu Erkoreka, máximo representante del PNV en Madrid.

"Injusticia social e ineficiencia económica", resumen el año los socialistas

"Un presidente huido del Parlamento, que ha incumplido claramente su programa, un año de recortes, de paro y de vuelta al pasado, a una cultura preconstitucional", tercia José Luis Centella, primer portavoz adjunto de Izquierda Plural (IU-ICV-CHA). "Fraude democrático, estrepitoso fracaso económico y gestión tremendamente injusta en lo social", complementa su compañero de grupo Joan Coscubiela. Para Carlos Martínez Gorriarán, mano derecha de Rosa Díez, "improvisación y continuismo" imprimen este primer aniversario del PP en el poder, que "ganó el 20N sin tener un proyecto de nada".

Pese a la convergencia en el trazo grueso, también caben las diferencias. Los convergentes sí apoyan a las claras las medidas de "austeridad, que comparte toda Europa". No niegan que han apoyado en el Congreso iniciativas nucleares del Gobierno, como la reforma laboral o la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria, que obliga a las administraciones a cumplir con el objetivo de déficit.

"Sí, respaldamos la reforma del mercado de trabajo aunque sabíamos que comportaría en un primer momento una destrucción de puestos de empleo. Pero había que acompañarlo con un plan de choque a favor del empleo, y no se ha hecho. El gran déficit del Gobierno es que no tiene ni idea de economía productiva", desaprueba Macias.

Macias (CiU): "Apoyamos la reforma laboral, pero faltaba un plan de choque de empleo"

Por encima de CiU, ya muy distanciada de la Moncloa por el choque soberanista, se ha afianzado UPN como báculo más seguro del Ejecutivo, en virtud del pacto electoral del 20N y el compromiso de "andar juntos un duro camino". Su representante en el Congreso, Carlos Salvador, asume que algunas medidas de Rajoy han sido "contradictorias", pero al menos "han servido para parar el golpe e invertir la velocidad de la caída". "Ha afrontado lo inminente, lo urgente, pero queda lo importante, definir qué modelo de sociedad queremos, qué Estado del bienestar podemos soportar", agrega.

Ni siquiera Foro Asturias, el partido segregado del PP en el Principado y liderado por el exministro de Fomento Francisco Álvarez-Cascos, concede una mínima tregua a Rajoy. El parlamentario Enrique Álvarez Sostres le reconoce haber recibido "la peor herencia económica" de toda la historia democrática, pero le reprueba haber seguido "los dictados de Europa y de los mercados", un "altísimo incumplimiento de sus compromisos electorales", la "ralentización de las reformas" y el "uso de la dictadura de una aplastante mayoría absoluta".

¿Hay alternativa?

"¿Qué habría pasado si no hubiéramos tomado estas medidas?". Rajoy recordaba este lunes en la Moncloa que no quedaba más salida, que ha actuado obligado por las circunstancias aun teniendo que renunciar al programa electoral con el que concurrió a las elecciones del 20N.

"Lo que más daño ha hecho a este país es la cultura del único camino –opina el ecosocialista Coscubiela–. Pasó con la burbuja inmobiliaria, o cuando Zapatero negó la crisis. Y ahora igual. No, no es verdad que haya un único camino". "Cualquier Gobierno puede hacer una política distinta. Si no, das una palada más de tierra a la democracia. Asumir eso es menoscabar la esencia misma del funcionamiento democrático", completa Chesús Yuste, diputado de Chunta Aragonesista (CHA).

Su visión es compartida por toda la oposición. Las formaciones con representación en el Congreso insisten en que sí que hay alternativa. Claro que la alternativa de cada uno de ellos no es homogénea.

La izquierda pide una fiscalidad progresiva y estímulos a la economía

La izquierda parlamentaria apuesta por una reforma fiscal progresiva que mejore los ingresos del Estado y reparta la carga del esfuerzo entre los que más tienen, por castigar a la banca, aliviar del peso a las clases medias, estimular la economía desde el Gobierno, y por revertir los recortes.

"El PP ha renunciado a defender su política y busca excusas como esa de que no hay alternativa. Busca culpables, en lugar de buscar soluciones. Nosotros siempre hemos ofrecido una alternativa completa para la financiación de la sanidad, como negamos que haya que hacer ajustes en educación", sostiene López.

Las pequeñas fuerzas de izquierda no se creen el giro del PSOE,  ya que Zapatero, dicen, inauguró la doctrina de la austeridad acosado por la troika (el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la UE) y promovió la reforma de la Constitución para priorizar el pago de los intereses de la deuda, solo que Rajoy "multiplicó y agravó" la senda de ajustes, como condensa Olaia Fernández Dávila, del BNG, juicio en el que coincide Centella.

Martínez Gorriarán habla incluso de "políticas intercambiables", sin demasiada "diferencia" entre las aplicadas por los dos presidentes. Los socialistas se defienden, consideran "injusta" la acusación y recalcan que cuando ocupaban la Moncloa "no se hicieron jamás estos recortes" ni tampoco se aprobó una reforma laboral tan lesiva para los trabajadores.

UPyD juzga "intercambiables" las políticas de PSOE y PP

CiU insiste en que hacen falta medidas para animar la economía productiva e iniciativas para "dar respiro" a las administraciones que soportan el peso del Estado del bienestar, las comunidades autónomas, a las que Rajoy se "ha dedicado a perseguir". Erkoreka le afea que no haya intentado "explorar la vía de trabajar consensos" con el resto de la Cámara para "presentarse en Europa con alternativas viables, puntuales, no radicales".

Ana Oramas, portavoz de Coalición Canaria, señala que no se trata de "discutir tanto los ajustes, pero sí los plazos". Alfred Bosch (ERC), Rafa Larreina (Amaiur) o Uxue Barkos (Geroa Bai) apuntan que se pueden desplegar políticas "arriesgadas, valientes", como las que se están implantando en Islandia –cuya ciudadana rechazó en referéndum pagar la quiebra de la banca–, Holanda o Francia.

Floriano tacha de "demagógico" exigir una subida del gasto

Joan Baldoví, diputado de Compromís-Equo, recuerda que hasta el FMI ha aconsejado aflojar la soga de la austeridad extrema."La dictadura de la troika ya sabemos dónde nos lleva, a Grecia, Irlanda y Portugal", dice Bosch. Y el socialista López, lo mismo: "Todo su plan es recorte sobre recorte, es aplicar el programa de máximos de la derecha".

Las distintas fuerzas desmienten además que la panoplia de medidas puestas en marcha en este año esté desprovista de barniz ideológico. "Claro que responde a ideología", aduce Oramas. Coscubiela: "La crisis ha sido vista como una oportunidad para desmantelar el Estado del bienestar que nos costó mucho edificar. Es la doctrina del shock que cuenta Naomi Klein". En la cuenta de resultados, los parlamentarios reseñan igualmente los retrocesos en los derechos de las mujeres –el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, prepara una reforma de la Ley del Aborto– o en el acceso a la Justicia.

"Decir que hay una única salida no implica austeridad por sí misma, implica no gastar lo que no se tiene, no gastar más de lo que se ingresa –refuta Floriano–. Demagógicamente se puede decir que hay que incrementar el gasto, pero la cuestión es que no te dejan, no consigues financiación de los mercados.

Defender esta salida no nos hace olvidar que tenemos que tener presente a los que menos tienen, y no lo hemos hecho". A la acusación generalizada del desarme del Estado del bienestar, el número tres del PP replica que Rajoy se lo encontró ya "en quiebra" cuando ganó los comicios del 20-N y que ahora trata de garantizar su sostenimiento.

Las manifestaciones que "sirven"

La calle también ha manifestado vívidamente su no a las políticas del Ejecutivo. La oposición estima que la protesta irá a más en 2013, porque la economía no repuntará; el paro, hoy en el 25,02%, seguirá batiendo cifras récord, y las condiciones de vida pueden agravarse si, como sospechan muchos partidos, España solicita ayuda a los fondos de rescate. La izquierda juzga que la respuesta ciudadana aún "no es suficiente", pero enseguida añade que lo importante es que siga manifestándose, expresando su malestar.

Los partidos ponen el plan contra los desahucios como un tanto de la protesta que vale

Los grupos del Congreso indican con el dedo, casi de forma unánime, que la movilización "sí sirve": ahí están las primeras medidas antidesahucios, aprobadas por el Consejo de Ministros la pasada semana.

Son un primer avance –un "parche", dice el PSOE, hasta ahora el único interlocutor del Gobierno–, pero al menos se ha aliviado el sufrimiento de las familias más vulnerables. "Las cosas no se cambian en un día –señala Fernández Dávila–. La presión social sí ha conseguido ya cosas. Si no hubiera habido protestas, los recortes serían aún más duros".

Óscar López (PSOE): "Todo el plan de Rajoy es recorte sobre recorte"

"El conflicto será permanente, porque hay más gente afectada por la crisis. Todos los Gobiernos tienen en su hoja de ruta que no van a cambiar sus políticas por las huelgas o las manifestaciones, pero al final mueven ficha", anticipa Centella. Ese augurio no quita para denunciar que el Ejecutivo, según afirman varios portavoces, se ha negado a "escuchar" la voz de los españoles. Como tampoco escucha, siguen, a la oposición, valiéndose de su mayoría absoluta para imponer sus medidas por la vía rápida y sin casi debate parlamentario. En este año, se han convalidado 27 reales decretos leyes.

Desde el PP, Floriano reivindica la tarea del Gabinete de Rajoy, ocupado en "sacar a España de la crisis", "decir a los ciudadanos la verdad y gestionar la realidad de la situación". A la vez, expresa su "respeto" al derecho de los españoles a protestar.

No buscar más "problemas"

En estos 12 meses se ha cruzado con virulencia otro delicado debate, el modelo de Estado, a cuenta, sobre todo, de las tensiones despertadas en Cataluña. Los populares predican su voluntad de "diálogo" con todo el mundo y la necesidad de no generar más "problemas" en medio de la tormenta económica.

Quejas por el recurso habitual a la fórmula del real decreto ley

CiU vuelca la carga de la culpa en el Gobierno, por haber propinado un "sonoro y profundo portazo" a los anhelos de los catalanes, que habían respaldado en las urnas el pacto fiscal, principal reclamo del programa de la federación nacionalista en las elecciones autonómicas de 2010.

"El Ejecutivo tiene una gravísima responsabilidad en la ruptura de las relaciones Cataluña-España, es el PP el de las campañas contra Cataluña, el que saboteó el Estatut, el que golpea a la gente con la Constitución y el que hace de ella una lectura triste y mojigata", acusa Macias.

Los socialistas responsabilizan a convergentes y populares de la tensión. Un encontronazo con "un tufillo electoral claro", alega López, porque hasta ahora PP y CiU habían votado "juntos todo", en Cataluña y en Madrid, en el Parlament y en el Congreso, porque los dos están de acuerdo en aplicar ajustes duros.

Varios grupos acusan a Rajoy de querer "recentralizar" competencias

La interpretación del resto de grupos va por barrios. Fuerzas como PNV, IU, ICV, CHA, GeBai, Amaiur o BNG reprueban los intentos "recentralizadores" del Gobierno de Rajoy. UPN o UPyD, en cambio, creen que han sido los nacionalistas los que han "sobreexcitado los sentimientos" vertiendo una "acusación intolerable y falsa", el presunto expolio de España hacia Cataluña.

"El presidente no ha sido beligerante con las manifestaciones de soberanismo, se lo ha reprochado hasta su propio partido, pero no ha ofrecido ninguna salida, no ha logrado encauzar las expresiones soberanistas, no ha sido proactivo", puntualiza Erkoreka, que también califica de "inmovilismo" la actitud del líder del PP respecto al País Vasco.

Larreina achaca al jefe del Ejecutivo falta de "coraje" para resolver "el problema de fondo" y, en el caso de Euskadi, avanzar hacia la "normalización política" tras el anuncio del fin del terrorismo de ETA. Bosch opone las sombras de un año para España "negativo y ominoso" a la luz de una "primavera catalana", porque se abre paso un "horizonte de libertades nacionales" nunca experimentado hasta ahora. Izquierda Plural remacha que la solución reside en el Estado federal.

Estimaciones debatidas para 2013

Las previsiones para la oposición no son halagüeñas. Ningún grupo se cree que el PIB caiga solo un 0,5% el próximo año. O que se frene la sangría del paro. Los grupos ponen por delante, más que sus propias cuentas, las proyecciones de distintos organismos nacionales e internacionales, que apuntan un retroceso del entorno del 1,5%.

El PP cree que las previsiones mejorarán según avancen las reformas

La amenaza del rescate, agregan, tampoco se ha disipado. "Ojalá el Gobierno tuviera razón en sus previsiones. Pero nos tememos lo peor. Que se empeore la vida de la gente y no se vea la recuperación de la economía", apostilla López. El catastrofismo anega a otras fuerzas de oposición. Centella recuerda que las medidas no estaban ni siquiera previstas en el programa del PP, y que urge un referéndum, como demandan los sindicatos y la Cumbre Social.

Carlos Floriano, como el PP, como el presidente del Gobierno, pide paciencia. Confía en que las estimaciones de Hacienda se cumplan: "Las previsiones de distintos organismos se hacen sobre la base de que las cosas sigan como están. Pero a este Ejecutivo le caracteriza el reformismo y las cosas irán a mejor y esos mismos organismos mejorarán sus cálculos".

Cambios en la correlación de fuerzas PP-PSOE

Mariano Rajoy cumple su primer aniversario en la Moncloa sin demasiada placidez, más allá de la comodidad que le procura su mayoría absoluta. Pero el calvario ha sido aún mayor para el PSOE, un partido desalojado abruptamente del poder y vapuleado por varias derrotas electorales consecutivas: autonómicas y municipales, generales, gallegas, vascas y, si los sondeos no fallan, catalanas.

De hecho, los sucesivos barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) muestran que el desgaste sufrido por el PP no se corresponde con una remontada de los socialistas. Si los populares se dejan 8,7 puntos desde el 20N, el partido de Alfredo Pérez Rubalcaba baja una décima.

El panorama ha sido aciago casi desde la misma noche electoral de hace un año, con el único sabor dulce de los comicios andaluces y asturianos del 25-M, donde José Antonio Griñán pudo retener la Junta gracias al pacto de gobierno con IU y Javier Fernández conquistó el Principado tras un disputado recuento y en virtud de un apoyo de legislatura de la formación de Cayo Lara.

Rubalcaba venció en el 38º Congreso del PSOE en Sevilla por la mínima (22 votos) a Carme Chacón, pero su liderazgo ha sido contestado internamente, más aún después de los comicios vascos y gallegos. El secretario general descartó su dimisión y aseguró que seguirá al frente de su partido hasta el final de su mandato, en 2016.

Que el PP padezca el castigo de los electores y el PSOE no capitalice el descontento es interpretado, para las pequeñas fuerzas, como una prueba de la "crisis del sistema bipartidista". "Los ciudadanos castigan a los que han gobernado por turnos el país, los que generaron la crisis y los que modificaron la Constitución sin contar con los demás", analiza José Luis Centella, de IU, la formación que, según indican todas las encuestas, más está creciendo a costa del declive del PSOE, casi tres puntos más desde el 20N, según el CIS. También UPyD amplía su base electoral: "La crisis del sistema es muy evidente, y eso que la ley electoral está hecha para los dos grandes portidos", estima Carlos Martínez Gorriarán.

Carlos Floriano, vicesecretario de Organización del PP, recalca que el Gobierno está más empeñado en "sacar a España de la crisis" que en escrutar sondeos. Óscar López, secretario de Organización del PSOE, entiende que hay "más teoría que realidad" en el supuesto resquebrajamiento del bipartidismo, ya que en todas las convocatorias populares y socialistas acaparan la mayor parte de los votos. "Sí es verdad que IU tiene más fuerza, en Galicia ha influido la ruptura del BNG y la vuelta de Xosé Manuel Beiras y en Euskadi estos eran los primeros comicios en los que regresó la izquierda abertzale", explica. El número tres alega que el PSOE sigue gobernando en dos feudos suyos, Andalucía y Asturias, y que en Galicia y País Vasco sus resultados están "en la media" de anteriores convocatorias. "No hay precedentes además de que un partido que pierda el poder recupere apoyos en un año", añade.

López asume no obstante que el PSOE debe cambiar, "recuperar la credibilidad y mostrar alternativa" hacia fuera y "modernizar y fortalecer el partido" internamente. Es tarea que tiene Rubalcaba por delante y que se intensificará tras el 25N, despejada ya la arena política de nuevas elecciones hasta las europeas de 2014.