Enlaces accesibilidad

El francotirador de Washington, un enfermo mental que disfrutaba con el azar y la muerte

  • Los abogados de John Allen Mohamed lo definen como un enfermo mental
  • Será ejecutado por haber matado al azar a diez personas en 2002
  • Mohamed fue en los 90 un hombre "normal" que luchó en Irak
  • Al volver se convirtió al Islam y abrió un negocio de coches usados
  • El fracaso de su matrimonio y su negocio precipitó su caída en la indigencia
  • En un albergue conoció a su compinche Malvo e idearon los asesinatos

Por
Allen Mohamed, ante el tribunal que le juzgó en 2003.
Allen Mohamed, ante el tribunal que le juzgó en 2003.

John Allen Mohamed, conocido como "el francotirador" que causó terror en el área de Washington en 2002 con el asesinato de diez personas en gasolineras y aparcamientos, es, según sus abogados defensores, un enfermo mental.

Pero ya da igual. El Tribunal Supremo de EEUU y el gobernador de Virginia rechazaron la apelación de sus defensores y está previsto que Mohamed reciba a las nueve de esta noche (03.00 hora española) una inyección letal que le convertirá, para siempre, en parte de la historia triste del área metropolitana de la capital estadounidense.

Atrás quedarán las mortales aventuras que Mohamed y su joven pupilo y colega John Lee Malvo vivieron en octubre de 2002, cuando con un rifle de alto poder y unos vehículos burdamente equipados para matar y escapar sin dejar rastro aterrorizaron a la población y obligaron a la policía a trabajar sin descanso para detenerlos.

A Mohamed y Malvo les unían horas compartidas en el albergue para vagabundos donde se conocieron y su gusto por matar y aterrorizar. Ese fue, quizá, el único cometido exitoso de su vida.

Un individuo frustrado

Mohamed, a sus 48 años es, según los testimonios de quienes lo conocieron en tiempos más "normales", un individuo frustrado, veterano de guerra que intentó poner en marcha, sin conseguirlo, una escuela de kárate y un negocio de compra-venta de coches usados.

Divorciado dos veces, Mohamed es padre de cuatro hijos, uno de su primer matrimonio con Carol Williams, con la que contrajo nupcias en 1981 y de la que se separó en 1985; y tres de su segundo enlace, con Mildred Mohamed, en 1988.

Durante este segundo matrimonio, la pareja vivió en el área de Tacoma (estado de Washington), donde algunos de quienes los que los conocieron aseguran que entre 1992 y 1999 Mildred y John, convertidos al islam y miembros de "la Nación del Islam" del reverendo negro Louis Farrakhan, tenían la imagen de "una familia modelo".

Con motivo de esa conversión pasó a llamarse, además, "Mohamed", en honor a su nueva fe. Hoy, Mildred reitera que no está sorprendida de que su "ex" haya terminado así.

Ex militar convertido al Islam

Durante los 90, Mohamed estuvo en la Guerra del Golfo y poco después fue ascendido a sargento. Abandonó el ejército tras comparecer ante dos tribunales militares por desobediencia y por haber golpeado a un superior.

Sin embargo, no tenía fama de violento y quienes estuvieron con él en esta época -en la que se llamaba John Allen Williams-, aseguran que "no lo recuerdan por nada en especial".

Durante los 90, Mohamed montó un negocio de compra-venta de coches usados y, en principio, le fue bastante bien.

A finales de esa década, Mohamed y un socio, Felix Strozier, se lanzaron a la aventura de crear una escuela de kárate, pensando que buena parte de la comunidad musulmana del área llevaría a sus niños allí.

Pero se equivocaron y, al parecer, empezaron los problemas que acabarían afectando al segundo matrimonio de Mohamed, quien un día decidió marcharse de casa.

En 1999, Mildred presentó demanda de divorcio y se negó a que el padre viera a los tres hijos de ambos, lo que afectó profundamente a Mohamed, quien emprendió una batalla por conseguir que sus vástagos vivieran con él.

'Padre e hijo'

La mujer, cansada y sin dinero, dijo a la policía que estaba muy preocupada por la actitud de su ex esposo y que éste la amenazaba. Hoy afirmó que no siente ninguna pena por la suerte de su ex marido.

Agregó que él tenía acceso a armamento y que, como "experto en demolición y armas", podía construir una "de cualquier cosa", según declaraciones que publicó en su día The Washington Post.

Tras separarse, Mohamed llevó una vida de vagabundo que le condujo al albergue para desamparados de Bellingham cercano a Tacoma, donde conoció a Malvo.

Mohamed y Malvo se hicieron muy buenos amigos en el albergue y salieron del mismo diciendo que eran "padre e hijo". Malvo está condenado a cadena perpetua. Hoy, su "padre", si nada lo impide, se irá para siempre.