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Brown presiona a los países del G-20 para que mantengan los planes de estímulo de la economía

  • El primer ministro británico participa en la reunión de ministros de economía del G-20
  • Ha alertado del "exceso de confianza" de algunos países frente a la crisis
  • Cree que es demasiado pronto para hablar de una "estrategia de salida" de la recesión

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El primer ministro británico, Gordon Brown, ha presionado en favor de seguir impulsando los paquetes de estímulo fiscal para salir definitivamente de la recesión, durante la reunión de ministros de Economía y Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20 que se celebra en Londres.

Brown ha inaugurado la reunión de ministros, ante la que ha alertado contra el riesgo de caer en la "complacencia o el exceso de confianza", una vez que las economías han empezado a mostrar signos de recuperación.

El primer ministro británico ha considerado un "grave error" que los países que empiezan a salir de la recesión abandonen los planes de gasto público y de estímulo fiscal que se acordaron en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que el G-20 celebró en abril pasado.

El Gobierno de Londres cree que es demasiado pronto para hablar de "una estrategia de salida", pese a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) haya recortado su previsión de crecimiento negativo de la economía mundial en 2009 del 1,4% al 1,3%, y que haya aumentado la de 2010 del 2,5 al 2,9%. 

"Una coyuntura crítica" para el futuro

Brown ha expuesto que la reunión de hoy, que es preparatoria de la cumbre que se celebrará los días 24 y 25 en Pittsburgh (EEUU), se celebra en "una coyuntura crítica" para el futuro de la cooperación entre las naciones para construir una economía global más fuerte.

El mandatario ha recordado que hace un año se tomaron medidas contundentes para "recapitalizar nuestros bancos" y se inyectaron en el mercado 5 billones de dólares, en un plan de "expansión fiscal mundial", lo que logró "apuntalar el comercio financiero".

"Ahora tenemos nuevas decisiones que tomar. ¿Mantenemos nuestro apoyo hasta que tengamos señales más claras de recuperación o lo dejamos ahora?", preguntó Brown a los ministros y los gobernadores.

Brown ha considerado que "teniendo en cuenta los riesgos que afrontamos, este no es el momento de la complacencia o del exceso de confianza económica", y ha añadido que "los riesgos son sencillamente demasiado grandes para que hagamos los juicios equivocados".

"Decidir ahora que es el momento de empezar a retirar y a revertir las medidas excepcionales que hemos tomado sería a mi juicio un error grave", ha subrayado el primer ministro.

"Por el contrario -ha agregado- con más de la mitad de los 5 billones de dólares de expansión fiscal comprometidos todavía por gastar, creo que el rumbo prudente es que los países del G-20 apliquen los planes fiscales y los paquetes de estímulo que han aprobado y garanticen que se aplican tanto este año como el próximo".

Regulación de los bancos y de los sueldos de los banqueros

En cuanto a la futura regulación de los bancos y de los salarios de sus directivos, un punto en el que surgirán las principales discrepancias en la reunión de hoy, Brown ha defendido "reglas vinculantes y consistentes para los banqueros, con sanciones en el ámbito nacional para los bancos que no se ajusten a éstas".

En este sentido, el primer ministro ha dicho que en la cumbre de Pittsburgh los líderes del G-20 deberán acordar reformas de calado para hacer que las instituciones financieras sean en el futuro "más fiables, mas representativas y más eficaces".

En la línea de lo defendido en la carta que suscribió junto al presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, se ha mostrado partidario de terminar con la práctica de los bonos a los directivos no asociados a los resultados.

Su ministro de economía lo contradice

Sus declaraciones contrastan con las de su ministro de Economía, Alistair Darling, que horas antes del inicio de esta reunión consideró "imposible de ejecutar" la propuesta de poner un límite a esas bonificaciones, posición que también defiende Estados Unidos.

Darling ha manifestado en la BBC que el Gobierno no podría evitar que las bonificaciones se sigan firmando, ni siquiera en el caso de los bancos que están parcialmente en manos del Estado.

Esto es algo que ya ha ocurrido, ya que el Royal Bank of Scotland (RBS), nacionalizado en un 70%, ha concedido recientemente a un directivo un bono de 2,3 millones de libras (2,6 millones de euros), incluido 1 millón que cobrará sólo por estar dos años en el banco, al margen de sus resultados.

También en declaraciones a la BBC horas antes de la reunión de hoy, la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, ha insistido en que hay una determinación entre los países europeos para cambiar las reglas de manera que se eviten los riesgos excesivos.

"La cuestión de poder aplicarlo o no es una cuestión de voluntad, porque siempre hay maneras de hacerlo", afirmó Lagarde, quien subrayó que "si queremos que no vuelva a ocurrir la horrible crisis del pasado año, tenemos que cambiar las reglas".