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Una carrera militar que comenzó hace medio siglo

  • Pyongyang inició su carrera armamentística tras el fin de la Guerra de Corea
  • Corea del Norte ha orientado su economía a alimentar al mayor Ejército del mundo
  • Desde los años 60 se ha centrado en la consecución de capacidad nuclear 

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El lanzamiento del último cohete norcoreano es un nuevo paso de una carrera armamentística que el régimen comunista de Pyongyang inició tras el fin de la Guerra de Corea en 1953 para disuadir a su vecino del Sur y su aliado estadounidense.

La opaca y depauperada Corea del Norte ha orientado su economía a alimentar al mayor Ejército del mundo en número de efectivos, con 1,2 millones de soldados listos para el combate y un gasto militar que el Departamento de Estado de EEUU sitúa en el 20 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).

A pesar de que la tecnología utilizada por Pyongyang en la mayoría de los casos no supera los estándares de los años de la Guerra Fría, su arsenal dobla al de Corea del Sur en aspectos como artillería, tanques o vehículos de transporte de tropas.

No obstante, como en el caso del satélite de comunicaciones Kwangmyongsong-2 que Corea del Norte dice haber puesto en órbita ahora, que no pasa de ser un remedo de "Sputnik", el país comunista carece de un Ejército moderno como el de sus vecinos.

Desde los años 60 Pyongyang se ha centrado en la consecución de capacidad nuclear y balística con el principal objetivo de disuadir y presionar a Estados Unidos y Corea del Sur y evitar, según el régimen comunista, una invasión.

Con la intención de convertirse en una potencia militar, Corea del Norte ha pasado por numerosas etapas y crisis diplomáticas e incluso ha llegado a puntuales enfrentamientos armados con Seúl, tras firmar en 1953 un armisticio y no un tratado de paz en la península.

A mediados de los 60, poco después del fin de la guerra, Corea del Norte ya comenzó a investigar y desarrollar su capacidad para enriquecer plutonio y con ayuda soviética abrió el reactor de Yongbyon, que en 1987 empezó a operar con una potencia de cinco megavatios.

En esta central, Corea del Norte obtuvo el combustible nuclear que posteriormente utilizó en la primera prueba atómica de su historia, en octubre de 2006, que el Consejo de Seguridad de la ONU penalizó con duras sanciones.

Desde que el líder norcoreano, Kim Jong-il, llegó al poder en 1994, ha dado concesiones y tensado las relaciones con Seúl, Washington y Japón en el tema nuclear para conseguir prebendas con el consentimiento de sus aliados chinos y rusos.

2003 marcó un momento crítico, cuando Corea del Norte expulsó a los inspectores del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) y se convirtió en el primer país en abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear.

El otro punto de fricción con la comunidad internacional es el desarrollo de misiles que ha permitido a Corea del Norte obtener proyectiles intercontinentales capaces de llevar armas nucleares.

El Taepodong-2, que otorgó al régimen norcoreano la capacidad teórica de alcanzar EE.UU, comenzó a ver la luz a mediados de los 90, justo cuando las relaciones con Washington y el OIEA estaban en su peor momento.

Las versiones civiles de los Taepodong, que en coreano significa "gran cañón", han servido a Pyongyang para reclamar, como en esta ocasión, su derecho a una carrera espacial con fines pacíficos.

Corea del Sur y sus aliados creen que el desarrollo científico es un pretexto para ocultar su desarrollo armamentístico limitado desde 2006 por la resolución 1718 del Consejo de Seguridad de la ONU.

En 1998, una variante del Taepodong-1, conocida como Baekdusan-1, intentó poner la primera versión de su satélite de comunicaciones en la órbita terrestre, aunque el cohete, que atravesó previamente cielo nipón, se precipitó en el Pacífico.

Japón criticó duramente a Corea del Norte y decidió desarrollar un sistema antimisiles de última generación, algo que también ha hecho Corea del Sur en una carrera armamentística a la que ninguno parece querer renunciar.

Según la CIA, el Taepodong-2 no es fiable ya que ninguna prueba ha resultado exitosa, aunque si se sigue investigando y probando el sistema, el misil podría llegar a 10.000 kilómetros desde el punto de lanzamiento e impactar en el centro de EE.UU.

En julio de 2006, Pyongyang de nuevo quiso demostrar a la comunidad internacional su poderío militar con el lanzamiento de la segunda versión de su misil Taepodong, pero el proyectil se precipitó al mar a los pocos segundos.

No obstante, los países más críticos con Pyongyang (Corea del Sur, Japón y Estados Unidos) volvieron a temer por la estabilidad en la región con la prueba nuclear que tan sólo cuatro meses después llevó a cabo con éxito el régimen comunista.

Tres años más tarde y a pesar de los intentos de acercamiento de Seúl y Washington, Pyongyang ha vuelto a probar esa tecnología que le permitiría amenazar territorio estadounidense.