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La ausencia de San Gil se hace sentir con fuerza en las intervenciones del Congreso

  • La todavía presidente del PP vasco decidió no acudir finalmente al congreso
  • Primero la mencionó Acebes, que aseguró que "nunca" se agradecerá lo suficiente su trabajo
  • Aznar ha subrayado que el PP no sería lo que es sin la presidente popular vasca

Rajoy ha agradecido especialmente la labor de los militantes vascos pero sin mencionarla

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Ha sido la gran ausente, pero también la más nombrada. La presidenta del PP del País Vasco, María San Gil, una de las piezas clave de los lunes negros de Mariano Rajoy, ha ocupado un asiento virtual en el XVI Congreso del Partido Popular en los discursos de muchos de los que han pasado por el atril del escenario, donde el PP quiere cerrar la crisis de los últimos meses.

San Gil anunció que dejaba la redacción de la ponencia política por diferencias de criterio "fundamentales" el domingo 11 de mayo. A pesar de que la ponencia recogió su discurso más duro sobre el PNV y los nacionalismos, la presidenta vasca tardó sólo diez días en decidir que no se volvería a presentar a la reelección. Tenía un problema de confianza con Rajoy, al que acusó de querer cambiar los principios.

A pesar de todo, hasta un día antes del congreso no confirmó si iría o no al cónclave de Valencia. Pero no ha hecho falta. San Gil ha estado en Valencia más presente que nunca.

El primer en nombrar a San Gil en el plenario fue Ángel Acebes, que se despidió este viernes de su cargo de secretario general, que ahora ocupará María Dolores de Cospedal.

Acebes afirmó que "nunca" podrán "agradecer los suficiente a ese puñado de hombres y mujeres que, con María San Gil a la cabeza, llevan años luchando contra viento y marea, contra la cobardía de unos y las amenazas de otros, para que todos y cada una de los españoles tengamos plena libertad".

Este sábado, ha sido el turno del presidente de honor del partido y ex presidente del Gobierno. Aznar ha calificado de "compañeros excepcionales" a María San Gil y José Antonio Ortega Lara, que se dio de baja como afiliado tras el abandono de la primera.

Aznar ha querido hacer "explícito" su reconocimiento, porque si no "traicionaría" toda su vida política y "no sería fiel" a sí mismo. Aznar ha sido claro: "sin personas como ellos el Partido Popular ni habría sobrevivido ni sería lo que es".

Esto ha sido por la mañana, por la tarde ha tomado el relevo de los halagos a la compañera ausente, el portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, que horas antes, en declaraciones a los periodistas, deseó que transcurriera "el menor tiempo posible para que el PP vuelva a comprender que María San Gil es indispensable" en su proyecto para toda España.

Ya en su intervención en el plenario, ha señalado que San Gil será siempre una "referencia" entre los populares, entre los españoles y entre todos aquellos que "saben admirar el descubrimiento, la generosidad y la lealtad por unas ideas y unas convicciones".

Presente en pasillos y a puerta cerrada

Pero las referencias a San Gil también se han hecho en los pasillos, ante los micrófonos.

Ha sido, por ejemplo, el caso de Federico Trillo, que será coordinador de Justicia y Libertades Públicas en el nuevo equipo de dirección de Mariano Rajoy. Que ha dicho que todos los populares desean que vuelva San Gil y que él, en concreto, se lo pide.

Pero San Gil ha estado también en los debates a puerta cerrada, como el de la ponencia política, donde el ex vicepresidente del Gobierno y ex secretario general del PP Francisco Álvarez Cascos aseguró que no se sentirá cómodo en el partido "hasta que se recupere a María San Gil".

Una ponencia política, por cierto, que ha suavizado sus planteamientos sobre los nacionalistas eliminando toda referencia explícita a las siglas del PNV, como recogía la propuesta inicial como consiguió imponer San Gil.

En lugar de citar claramente del PNV se habla de que "algunos sectores y fuerzas políticas del País Vasco" dentro del Gobierno de Euskadi, "apuestan por la derrota del terrorismo, pero sus actos desmienten sus palabras".

Colaboran, dice finalmente la ponencia, en la derrota de ETA pero de "manera insuficiente" para acabar con las pretensiones de los terroristas.

También estuvo en la de estatutos, en la que se rechazó una enmienda para que San Gil fuera nombrada presidenta de honor del partido, un cargo que solo tiene José María Aznar y que está reservado a personas que hayan sido presidentes nacionales.

Estaba por ver si Mariano Rajoy, en su primera intervención ante el plenario de esta tarde, citaba o no a San Gil. El presidente nacional del PP ha optado al final por un reconocimiento especial de los militantes del País Vasco, de los que ha dicho que "no son unos más, porque en ninguna otra parte es tan difícil, tan exigente y tan peligroso defender las ideas del Partido Popular como en aquella tarde".

Rajoy ha explicado que se siente "orgulloso" de ser su compañero. De María San Gil también, aunque no la haya llamado por su nombre.