En el tetragésimo sexto programa de Poesía Exterior -miedo cotidiano a la España vaciada de su propia inteligencia- nos servimos de la editora Charo Fierro, de la firma Huerga y Fierro Editores, para tratar de esclarecer cuáles son las partes de un libro y qué función tienen.
“Libro” proviene del latín liber, libri. Liber era el dios romano de la fertilidad, el vino y la libertad, al que se le honraba -también a su esposa, de nombre Libera- con la fiesta de la Liberalia; siendo ese el modo en que los antiguos romanos celebraban sus derechos y su libertad de expresión. Es el libro, por este motivo y etimológicamente hablando, un ejerció de libertad que, según la Unesco, puede ser impreso o manuscrito, no periódico, que consta de más de 49 páginas unidas por un lado -hasta este número estarían la plaqueta, el folleto y las humildes hojas sueltas-.
Pero hoy, como decimos, nos interesa su constitución —a ver si podemos mejorar en algo la nuestra— y para eso y con la sapiencia de Charo Fierro, vamos a desmembrarlo: cubierta, contracubierta, sobrecubierta, guardas, lomo, hojas de cortesía o de respeto, anteportada o portadilla, contraportada, portada, índice, prólogo o introducción, cita, dedicatoria, epígrafe, cuerpo de la obra, bibliográfica, epílogo, biografía, colofón, texto alógrafo, edición y reedición, impresión y reimpresión...
¡Feliz Júpiter!, estimados afiladores de la lengua castellana.
