Ars sonora   Peggy Ahwesh 19/12/2020 01:00:11

Dedicamos esta edición de Ars Sonora a la cineasta experimental y videoartista Peggy Ahwesh (nacida en Pensilvania —Estados Unidos— en 1954). Si bien la mayor parte de los sonidos que presentamos en este monográfico han sido extraídos —amputados, más bien— de piezas audiovisuales, en las cuales las imágenes obviamente acarrean una parte fundamental de la expresividad de cada obra, hemos considerado que los sonidos que también conforman cada uno de esos trabajos pueden ser merecedores de una escucha atenta e individualizada. De este modo intentaremos verificar si las constantes estéticas que habitualmente identificamos con la poética de Ahwesh se manifiestan también cuando sus “bandas sonoras” son presentadas de manera autónoma.

Los eclécticos trabajos de Ahwesh exploran las identidades culturales y —particularmente— de género mediante una narratividad siempre desbordada. En este sentido, cabe recordar que Ahwesh comienza a hacer películas a principios de la década de los ochenta, proyectando toda la efervescencia del punk en la materia fílmica. Lo hace a través de diversos formatos, como el Súper 8, el celuloide de 16 mm. y, más recientemente, el vídeo digital. Sus obras se han expuesto en diversos museos de todo el mundo, como el MACBA y el CCCB en Barcelona, el Reina Sofía de Madrid, el Guggenheim y el Whitney Museum of American Art en Nueva York, o el Yerba Buena Center for the Arts de San Francisco, entre muchos otros.

Comenzamos escuchando, en “Beirut Outtakes” (2007), los sonidos procedentes de varios retales de celuloide rescatados de un cine libanés clausurado, cuyos archivos nos remiten a tiempos pasados. Los ‘collages’ articulados por Ahwesh con esos materiales nos ubican en el mismo ámbito —cercano al bricolaje fílmico— que también atraviesa “Nocturne” (1998), película rodada en 16 mm. cuyo difuso relato se difumina aún más cuando solamente se recorre a través de la escucha. Finalmente, en “She Puppet” (2001), Peggy Ahwesh parte del videojuego “Tomb Raider”, y nos presenta a su violenta heroína Lara Croft abriéndose paso a punta de pistola a través de diversos escenarios en una relectura crítica de los arquetipos femeninos imperantes en ese tipo de producciones.

Diferentes fragmentos de una colección de piezas propiamente sonoras —es decir, independientes de la imagen—, titulada ‎”Radio Guitar” (2001) y realizada conjuntamente por Peggy Ahwesh y la también artista Barbara Ess, nos sirven para trenzar las escuchas de estas peculiares “bandas sonoras”. En todos estos sonidos se verifica lo que Eileen Myles escribió sobre esta artista estadounidense: “En las películas de Ahwesh jamás podemos olvidar que la mujer es un animal. Algo hermoso, salvaje, patético, rezagado. Algo que suplica ser filmado. (...) El héroe de Peggy es la mujer anónima, un monstruo si la interpretas de una manera; una deidad, una dignataria cautiva, si la interpretas de otra. (...) En toda su operación hay algo travieso. Somos un misterio para nosotras mismas”.

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